Los que más crecieron fueron
los lubricantes para vehículos gasoleros. Neuquén
> El forceps que puso el gobierno nacional para que no
aumenten los combustibles está provocando desajustes importantes
en otros derivados del petróleo. Durante los últimos
cinco meses se comprobó un fuerte incremento en los precios
de los lubricantes vehiculares. En general, los índices rondan
el 20 por ciento, pero alcanzan hasta el 32 cuando se trata de los
que se utilizan en motores diesel.
La atenta mirada reguladora del gobierno sobre el mercado de los hidrocarburos
dejó abierto un resquicio por donde se escaparon los precios
de los lubricantes para uso automotor, ya que estos experimentaron
durante los últimos cinco meses aumentos de hasta el 32 por
ciento, especialmente en aquellos que son utilizados en motores diesel.
Por tipo
En general, los del tipo nafteros en todas sus variedades, monogrados,
multigrados y sintéticos, subieron un promedio del 20 por ciento.
El mismo porcentaje alcanzó a todas las presentaciones, ya
sean de litro, bidones, baldes y tambores, y también a aquellos
de uso específico para unidades motrices de GNC.
Los lubricantes exclusivos para motores gasoleros fueron los más
afectados por los aumentos. En efecto, durante este período
la variedad que ocupa a los multigrados más aditivados sufrió
un incremento del 22 por ciento, los que le siguen por abajo en la
escala de calidad un 24 por ciento, mientras que los monogrados (aún
de inferiores propiedades) un 32 por ciento.
Por marca
De acuerdo a un relevamiento realizado por distintos puntos de venta,
se pudo observar que las principales compañías que operan
en el mercado modificaron los importes de los aceites el último
mes alrededor de un 10 por ciento. Así lo hicieron Repsol YPF,
Petrobrás y Esso, mientras que Shell aún no informó
cambios en sus listas. De esta forma, la firma angloholandesa que
contaba históricamente con los valores más altos pasó
a ser la más económica del segmento.
Mercado
El mercado de los aceites en nuestro país se encuentra en ascenso,
fundamentalmente por la mayor demanda del sector industrial. El crecimiento
alcanzó tal magnitud que algunas empresas petroleras implementaron
un sistema de venta a domicilio mediante camiones cisterna acondicionados
para tal fin, un mecanismo similar al de comercialización directa
de gasoil.
Por la crisis se profundizó el cierre
de estaciones
Neuquén > Cientos de emplazamientos han
cerrado sus puertas en estos últimos meses. El motivo: crisis
de rentabilidad y falta de abastecimiento. En las rutas solo quedan
estaciones oficiales y algunas pocas independientes. Lo mismo está
ocurriendo en las ciudades.
Pese a las advertencias de las Cámaras que nuclean al sector
expendedor de que miles de estaciones de servicio habían cesado
su actividad durante los últimos años, la crisis se
profundizó con mayor énfasis en estos meses. La falta
de abastecimiento y la crisis de rentabilidad golpeó con fuerza
al empresariado independiente, que en gran número y pese a
los esfuerzos por mantener a salvo sus negocios -y con ellos a su
personal-, se vieron obligados a tomar la drástica decisión.
Historia repetida
La situación no es nueva, ya por el año 2002, los expendedores
de combustibles reclamaban un ajuste en el margen de comercialización,
el que se encontraba congelado al mismo valor en pesos que tenía
antes de la devaluación. Según los expendedores, el
cambio de la política comercial de las petroleras hubiera permitido
evitar que continúe el cierre masivo de estaciones de servicio,
que sólo en los últimos dos años había
sumado más de 1200.
El fenómeno es cada vez más notable en las rutas, especialmente
en las provinciales, que son atendidas en su mayoría por estacioneros
blancos.
Jaqueados por la escasez y por el sistema de venta directa, ya no
pueden proveer al sector agrícola y por ende tampoco afrontar
los gastos derivados de la actividad. «La rentabilidad por cada
litro vendido se encuentra congelada desde 2003, mientras que los
costos han crecido considerablemente.
El costo salarial ha superado el 60% y el resto de los insumos de
la actividad han incrementado holgadamente por encima del 100%»,
señaló el titular de la Confederación de Empresarios
de los Hidrocarburos, Raúl Castellano.
«En forma reiterada, y además infructuosa, hemos reclamado
a la Secretaría de Energía por la falta de rentabilidad
de los negocios que representamos.
De acuerdo a un informe elaborado por las Cámaras de Estacioneros,
a fines del año 2005 había 4.753 establecimientos que
expendían combustibles, de las cuales 514 son de las petroleras.
De estos, subsisten 341 «sin bandera», pese a que el segmento
se redujo 56 por ciento desde el 2001. La misma decantación
sucedió con otras marcas, como Dapsa que disminuyó su
participación un 45 por ciento o Petrolera del Plata un 32
por ciento.
«Una estación de servicio tenía que vender por
lo menos 150.000 litros de combustible para estar en su punto de equilibrio,
pero hoy sólo se venden mucho menos de 100.000 litros por mes»,
apuntaron desde Cecha. |