Sufrió quemaduras gravísimas
en más del 90 por ciento de su cuerpo que le provocaron severas
lesiones en las vías aéreas superiores.
Neuquén
> Un hombre, que estaba internado en el hospital Heller
por problemas neurológicos, se prendió fuego a lo bonzo,
sufrió quemaduras en más del 90 por ciento de su cuerpo
y permanecía anoche al borde de la muerte, internado en el
hospital Castro Rendón.
Todo comenzó alrededor de las 10.30, cuando los médicos
hacían su habitual recorrida revisando a los pacientes del
sector 12 del pabellón psiquiátrico del hospital Heller.
Los profesionales visitaron a Miguel Alejandro Bravo en su habitación,
a quien, según informó el director del hospital, “se
evaluaba la posibilidad de darle el alta médica hoy mismo (por
ayer)”.
A las 10.45, sonó el teléfono en el sector donde estaba
internado Bravo y desde la guardia anunciaron que el mencionado paciente
se encontraba en ese sector del hospital. La sorpresa de quienes lo
había visto 15 minutos antes en la ronda habitual fue grande
y se dirigieron a ver que había pasado. Ahí encontraron
a Bravo, totalmente quemado.
Es que luego de esa visita que recibió el internado, que tenía
un régimen que le permitía desplazarse libremente por
el hospital, ya que, según los médicos, su estado no
revestía gravedad, salió del edificio e inmediatamente
se dirigió al quiosco que se encuentra frente al hospital y
pidió fósforos, los cuales les fueron negados por la
encargada del negocio.
Después, sin que se sepa de dónde sacó el combustible
y el fuego, Bravo, en medio del descampado que se encuentra en cercanías
del Heller, prendió fuegos sus ropas y comenzó a correr,
cerca de 100 metros, hasta caer en la esquina de Quimey y Godoy, ante
la mirada de algunos vecinos y transeúntes que pasaban por
la zona.
Inmediatamente, un taxista bajó con un matafuego y, junto a
otras personas, apagó las llamas, que a esa altura habían
tomado todo su cuerpo.
Auxilio
La Policía, los Bomberos y una ambulancia llegaron de inmediato
y ayudaron a trasladar a Bravo hasta el cercano hospital, para luego
ser trasladado al Castro Rendón, donde anoche permanecía
internado en estado “desesperante”.
Fuentes médicas indicaron que el paciente sufrió quemaduras
en más del 90 por ciento de su cuerpo y severas lesiones en
las vías aéreas superiores, complicaciones que “suelen
ser letales”.
Detalles del dramático episodio
Miguel Alejandro Bravo, de 36 años.
Tenía
marcas en el brazo de que había tenido suero.
Tenía
problemas psiquiátricos, neurológicos y sería
adicto.
Ingresó
al hospital Heller la semana, con convulsiones, ya que abandonaba
la medicación que se le daba.
Vivía
en una casilla de la zona Oeste. Su familia, aparentemente, lo había
abandonado. Sólo era visitado por una asistente social.
Sufrió
quemaduras de grado A-B y B en más del 90% del cuerpo.
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