Por María Argel
La foto final fue más que elocuente: Pablo Verani con los
brazos en alto y a su lado, Miguel Saiz y Bautista Mendioroz.
«Estamos vivos y seguiremos siendo gobierno más allá
de 2007». Ese fue el mensaje directo que dirigió en Bariloche,
a la oposición, el radicalismo de Río Negro.
Durante dos días, dirigentes, funcionarios, ministros y aliados
debatieron las cuestiones internas del Partido y del Gobierno y renovaron
la energía para enfrentar la dura campaña que los aguarda,
rumbo a 2007.
Fue además la presentación de la fórmula oficialista:
Saiz-Mendioroz, que iría a elecciones internas el 16 de julio
si José Luis Rodríguez persiste en su intención
de ser gobernador.
El ex ministro de Economía de Pablo Verani no se quedó
para los aplausos ni el final. Dio su presente con afiches que tenían
la leyenda: «el próximo gobernador». Sin sutilezas,
dio a entender la necesidad de llegar a un acuerdo o, en el escenario
más complicado para el gobierno, de dirimir el asunto en una
elección interna.
La contracara fue Bautista Mendioroz, quien aspira a volver a presidir
la Legislatura y tras ello ganarse la candidatura a gobernador, hasta
ahora tan esquiva.
El lugar
La decisión de hacer una reunión multitudinaria en Bariloche,
el territorio del intendente Alberto Icare, no fue casual para el
radicalismo. Era una deuda pendiente, dijeron, pero a la vez fue un
revanchismo, una provocación, una forma de azuzar a los militantes
y preparar el terreno para 2007. Fue una demostración de fuerzas,
justo pocas horas después de que Icare regresara de aplaudir
el discurso del Presidente Néstor Kirchner en Buenos Aires,
ese mismo que Pablo Verani criticó con tanto ahínco.
Icare ya no es el de antes. Dio el paso y se cambio de vereda. Cambió
a Saiz por Kirchner y ahora teme represalias de parte del gobierno
de Viedma.
Rojo y Blanco
En tono enardecido, Pablo Verani, lanzó una exhortación
a los radicales de todos los puntos de la provincia. Destacó
la figura de Miguel Saiz, a quien en el pasado había criticado
por su falta de diálogo interno. Ahora lo elogió casi
con exageración y con ello dio su aval para que se postule
para otro período de gobierno.
El de Bariloche fue un encuentro similar al de Sierra Grande, en el
verano pasado, cuando todo el radicalismo se unió frente a
un peligroso enemigo externo, que mostró la medida de sus dientes
en octubre de 2005: el Frente para la Victoria.
Antes en tierra de Pichetto, ayer en el área de Icare, la intención
del radicalismo es la misma: desplegar su arrolladora máquina
política y recordar por qué Río Negro ha sido
una provincia gobernada por un solo partido, desde la recuperación
de la democracia en 1983.
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