Por Ángel Castillo
El último discurso de apertura de sesiones ordinarias de la
Legislatura provincial dado por Jorge Sobisch fue el último
en, al menos, dos aspectos.
Por un lado, el período 2007 se iniciará un 1º
de marzo, como lo establece la reformada Constitución provincial
y no el Día del Trabajador como era costumbre, es decir que
se transformó en el último mandatario en hacerlo en
esa fecha.
Por el otro, Sobisch prometió que el próximo período
se inaugurará en el nuevo edificio de la Legislatura.
Fue una de las pocas promesas en un discurso que se caracterizó
por el llamado al trabajo en equipo de los tres poderes del Estado
para continuar con el crecimiento neuquino.
Además, a diferencia de aperturas anteriores, no realizó
una síntesis de lo realizado y tampoco fue grandilocuente con
los anuncios.
Llamó a debatir ideas y para sorpresa de muchos reconoció
estar de acuerdo con las políticas que implementa el gobierno
nacional en lo que respecta al sistema de salud y educación.
Dos puntos en los que Neuquén registró índices
que demuestran que se está por el buen camino.
Sin embargo, las críticas para el gobierno nacional fueron
casi premonitorias, porque a la misma hora en la que Sobisch realizaba
su apertura, en Bolivia Evo Morales anunció la nacionalización
de los hidrocarburos y entonces el pedido del gobernador neuquino
sobre la importancia del cálculo de las regalías, dejando
de lado las restricciones fijadas por la administración central
pasaron a un primer plano. Además también solicitó
que se trate una ley de hidrocarburos nacional, lo que a la luz de
los acontecimientos resulta vital, no sólo para Neuquén
sino para la Argentina.
Sin saberlo, el gobernador estaba anticipándose a una situación
nacional e inclusive internacional que puso en vilo y en crisis al
mismo Mercosur.
A partir de la nacionalización del comercio de hidrocarburos
en Bolivia se planteó un aumento en el precio de venta a la
Argentina. El millón de BTU, Unidades Térmicas Británicas,
pasará a costar más de 5 dólares. A Neuquén
se le reconoce 1 dólar esa misma medida por el gas que se extrae
de su territorio. De allí que los decretos neuquinos pusieron
el precio boliviano como base para el cálculo de las regalías,
pero sin tener en cuenta el gas para consumo residencial a fin de
no presionar una suba de las tarifas y su consecuencia sobre la inflación.
El gobernador había hecho referencia hace más de dos
años sobre la inestabilidad política de Bolivia cuando
se planteó la construcción de un gasoducto a una conocida
empresa nacional que costaba 2.000 millones de dólares. Ahora
ese proyecto está en vilo.
De fondo, lo que se plantea es la nula participación que tiene
Neuquén como la mayor provincia productora de gas en la diagramación
de la política energética nacional.
Créditos y ganancias
La vivienda en la provincia se transformó en una cuestión
de Estado, no sólo por el crecimiento acelerado que se vive,
sino por los valores y la imposibilidad de lograr un crédito
para la vivienda.
El 1 de mayo Sobisch anunció que desde el Banco Provincia de
Neuquén se estará lanzando un plan de financiamiento
para la construcción y adquisición de viviendas para
los sectores sociales de clase media. Esta noticia fue un alivio para
un sector de la sociedad que muchas veces sintió ser «dejado
de lado» por proyectos y programas económicos.
El gobierno provincial estará completando la asistencia crediticia
que instrumenta a través de la Agencia de Desarrollo Urbano
Sustentable (Adus).
Pero no fue el único anuncio que tuvo como protagonista al
BPN, fue el propio gobernador el que destacó que «no
cejaremos hasta encontrar a los culpables y que la Justicia actúe
con total severidad para que aquellos que han estafado al banco paguen»,
en obvia alusión al caso Temux. Sin embargo, pese a las pérdidas
de la entidad, Sobisch también dijo que las ganancias para
este años superarán los 20 millones de pesos.
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