Por dario soto
El traspié sufrido por el justicialismo en Sierra Grande,
aunque minimizado por estos y potenciado por el oficialismo provincial
derivó en algunos hechos que hacen suponer que no fue tan intrascendente
lo sucedido en la localidad serrana.
El nuevo cruce de acusaciones y desconfianzas varias entre el intendente
de General Roca, Carlos Soria y el diputado nacional (FpV) Julio Arriaga,
no fue solo un aporte mas al folklore de la oposición rionegrina
sino que apareció como una fotografía de un pasado con
proyección de futuro que, al menos entre los frentistas, todos
pretender evitar.
Por eso es que una fotografía que mostrara a los cuatro máximos
referentes del Frente para la Victoria era de imperiosa necesidad.
Y se logró, aunque no son pocos los que especulan que no fue
nada más que eso, una reunión para la foto, y que no
muchas cosas cambiarán en el frente opositor. Sin embargo es
claro que era necesario enviar un mensaje tranquilizador a la sociedad
rionegrina, o al menos a parte de ella, en cuanto a que la oposición
tiene serias aspiraciones de poder que no serán entorpecidas
por mezquinos intereses personales, como muestra la historia.
Pero mas allá de la denuncia que Sierra Grande fue una trampa
que los radicales le hicieron al FpV, eso no quita que el gran perdedor
fue el senador Miguel Pichetto. Tampoco se debe dejar de tener en
cuenta la «verónica» realizada por Arriaga intentando
que la derrota sufrida no lo roce; por que en su incontinencia verbal
especuló también con la posibilidad de que Carlos Soria
abra el juego y convoque a destiempo a elecciones comunales, siendo
funcional al radicalismo gobernante. Lo dijo Arriaga, que de esto
sabe un montón y cuenta de ello puede dar sobradamente Remo
Costanzo, que vio escurrirse lastimosamente entre sus dedos la última
oportunidad de gobernar Río Negro gracias a una magistral jugada
de la que el cipoleño no fue ajeno.
Es posible que haya algo de cierto en que el resultado del domingo
pasado no tenga mayor significancia para las generales del próximo
año, pero no se puede dejar de tener en cuenta el mensaje positivo
que hacia adentro del radicalismo deja el contundente triunfo logrado.
Pero es cierto también que los radicales cometerían
un error si no toman en cuenta la reflexión del ex gobernador
y titular del partido, Pablo Verani, en cuanto al riesgo de realizar
una lectura demasiado triunfalista.
Apuro
Habrá que ver si el anuncio del frente de contar con una fórmula
consensuada en el corto plazo no conspira y limita las aspiraciones
de alguno de sus alfiles determinando nuevos desencuentros. Los encuestadores
oficiosos ya deben montar guardia al lado del teléfono aguardando
la convocatoria a realizar sondeos de imagen y proyección de
voto, si es cierto que este será el sistema elegido para establecer
quién es el más adecuado para encabezar la fórmula
del Frente opositor. El intendente de Roca, Carlos Soria, quién
no ha renunciado a sus aspiraciones, tal vez requeriría algo
mas de tiempo para jugar con mejores cartas, mas allá de septiembre
se supone contaría con mejores vientos, sobre todo si el presidente
Néstor Kirchner (el gran elector) visita nuevamente la capital
del Valle de las manzanas.
Si la nominación recayera en el senador Pichetto, un eventual
triunfo de éste el año próximo relegaría
las aspiraciones del roquense por ocho años, eso es una eternidad
en la política vernácula, todos los protagonistas de
este tiempo lo saben y algunos lo asumen.
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