Por Ángel castillo
Lamentablemente la provincia está viviendo un conflicto docente
que comienza a preocupar, no por el acatamiento en las aulas que es
bajo, sino por la metología utilizada por los agremiados a
la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén
(Aten) que, de a poco, comienza a generar un enrarecido clima social.
La pelea en Senillosa, entre los automovilistas y los manifestantes
de Aten fue la primera señal de alerta de un enfrentarmiento
social que no conduce a ningún lado. Que por el contrario sólo
sirve para sembrar más malestar.
Porque más allá de lo justificadas que puedan resultar
las demandas salariales por parte de los docentes, la medida de fuerza
gremial es demostrativa de una singular incapacidad de diálogo
y resulta más preocupante todavía cuando se tiene en
cuenta que surge de los encargados de la educación de los niños,
los cuales una vez más están en situación de
rehenes en medio de un vergonzoso campo de batalla, son los responsables
de la situación que se vive.
En ese campo de batalla, llama la atención que mientras la
adhesión a la huelga no alcanza el cinco por ciento y los alumnos
casi en su totalidad comenzaron a tener clases, la virulencia de la
medida es cada vez mayor. Algo que, al menos, resulta sospechoso.
Los días perdidos
En este caso, tanto el gremio docente como las autoridades provinciales
y tambien nacionales -obligadas a garantizar el funcionamiento de
la enseñanza- deberían advertir los daños muchas
veces irreparables que genera la falta de días de clases que
muy rara vez se recuperan.
Lo incomprensible es que Neuquén fue una de las pocas provincias
argentinas que durante el año pasado había alcanzado
y superado los 180 días de clases necesarios para un ciclo
lectivo.
Por ello, también es grave que estos hechos terminan formando
cimientos de una cultura de mediocridad y desidia, con nefastas consecuencias.
En otras palabras, la propia comunidad educativa termina acostumbrándose
a lo peor.
Es de esperar que prime la cordura, paradójicamente el jueves
el intendente de Senillosa Raúl Bettiga había realizado
la advertencia antes de los hechos de violencia, y que, más
allá de la importancia de llegar a un acuerdo salarial satisfactorio,
los cortes sean levantados inmediatamente.
Aunque no basta con eso: es imprescindible que hechos como el ocurrido
en Senillosa no vuelvan a repetirse, para bien de las futuras generaciones
y de una provincia que no se merece ser un vergonzoso ejemplo social.
Es imprescindible que la reflexión prime sobre la irracionalidad
y que la violencia no le gane a la cordura, no sólo por la
paz social, sino también por el propio sistema educativo, por
los estudiantes y por la sociedad en su conjunto que no merecen la
situación que está viviendo la provincia.
San Martín
Otro hecho de importancia fue que la ciudad que comanda el justicialista
Jorge Carro se sumará al resto de los municipios que aceptaron
que sea la provincia la que administre el impuesto Inmobiliario y
después lo distribuya en coparticipación.
|