Por Laura E. Rotundo
Hoy se celebra el Día del Maestro en la República Argentina
y el jueves último -8 de setiembre- en todo el mundo se conmemoró
una vez más el Día Internacional de la Alfabetización.
Pablo Pineau es Doctor en Educación (UBA), Máster en
Ciencias Sociales (FLACSO) y Maestro de Enseñanza Primaria.
En diálogo con La Mañana de Neuquén planteó
cuáles son las principales problemáticas del sistema
educativo.
En primer lugar, quisiera saber cómo observa el actual
panorama educativo de la República Argentina.
Es una pregunta complicada de responder y lo adecuado sería
hacer un balance de los últimos años. La educación
ha sufrido un durísimo golpe en la década del ’90.
Hubo una transformación en el embate neoliberal que ha reordenado
el ámbito educativo y hoy existe una crisis estructural, donde
muchos de los basamentos que movieron las distintas posiciones político-pedagógicas
del último siglo XX... cayeron. La lógica del debate
sobre qué hacer también se cayó y esto dejó
el campo libre para que el neoliberalismo actuara.
Sin embargo, hay que atender a grandes cuestiones culturales que se
dieron más allá del sistema que rigió en la última
década. Los vínculos generacionales por ejemplo, las
problemáticas en los modelos basados en la oferta y la crisis
de autoridad que actualmente existe.
¿Cuáles considera que son los errores más
graves en lo que hace a la educación?
Tenemos un sistema educativo claramente fragmentado. En los ’80
había una distribución desigual de cantidades, de capital
cultural. Hoy lo que se ve es un inconveniente relacionado con la
calidad. Lo que el sistema educativo distribuye es distinto en cada
circuito y se ha roto la posibilidad de comunicación.
Este gran problema surgió en un contexto de crisis cultural
y generacional.
Otro punto grave que también habría que revisar es detectar
en qué momento la palabra homogeneización se volvió
un insulto. Creo que la idea de cuál es la buena unidad, la
buena humanidad deben ser retomadas para comenzar a resolver los actuales
conflictos.
¿Qué políticas deberían implementarse
entonces para revertir este deterioro?
Creo que es muy importante esta insinuación del Estado de querer
volver a ser un agente educador.
Hay que volver a creer en la escuela. En un momento, la escuela se
movió como la palanca del anti-destino, esto significa que
podía cambiar el destino prefijado de la gente y uno entendía
que la educación podía generar un cambio en cada individuo.
Creo que hoy esta idea no existe, que la educación no cambia
destinos y por eso insisto en que es muy grave.
Silvia Serra es una pedagoga rosarina muy lúcida, una de las
mejores del país, y sostiene que hay que dejar de pensar en
satisfacer la demanda de los alumnos y pensar realmente en lo que
queremos transmitir y creemos que hay que hacer nosotros, los maestros.
¿Cuánto influye la falta de capacitación
docente en las falencias
que antes enumeró?
Yo no creo que falte capacitación docente e incluso considero
que hay un exceso de esto. En todo caso, hay que revisar si la ‘bulimia
de capacitación’ que hubo en los ’90 fue buena
o no.
Creo que, en parte, la instrucción se montó sobre diagnósticos
que planteaban que los docentes no hacían nada y no sabían
nada. A su vez, los docentes también cuestionaban a los inspectores
y se habilitó un discurso en donde siempre existía otro
que era el portador de todo el mal.
¿Y la crisis social cuánto repercute en las
aulas?
No sé, no puedo medirlo y me niego a pensar en relaciones causales
porque sería creer que la educación está determinada
por el afuera y no lo creo.
No entiendo cuál es la relación entre padres sin trabajo
y oraciones bimembres o entre padres separados y no poder entender
la regla de tres simple.
Si el chico no puede estar cien por ciento en el aula, con su cabeza
en el aprendizaje, es porque la escuela no se lo permite.
La violencia familiar está inscripta es la historia de la humanidad
y, si algo demuestra la historia de nuestro país, es que aquí
la infancia nunca fue feliz. Los abusos hacia los chicos, el maltrato
han sido y son cosas cotidianas... es probable que hoy esto tenga
mucha más difusión y antes no.
No creo que haya más violencia familiar, sino que hoy se conoce...
ésa es la diferencia.
Creo que la escuela perdió la capacidad de decir: ‘Acá
pasan otras cosas, acá es distinto o acá las reglas
son éstas’.
¿Qué opinión le merece la Ley Federal
de Educación?
No me cae en gracia. Pero también creo que hay que hacerse
cargo de lo que pasó en los últimos 12 años,
que ya pasaron desde la sanción de la ley.
De ninguna manera se puede pensar que derogando esta norma, el sistema
educativo va a resolver todos sus problemas. Lo acertado sería
hacer una propuesta superadora.
¿Qué medidas o políticas de Estado considera
imprescindibles para avanzar en el mejoramiento del área educativa
en general?
Creo que con voluntad política todo se puede revertir. Todavía
soy relativamente optimista.
Insisto en que lo más importante es volver a creer en la escuela
y en el sistema educativo porque en la educación se juega el
destino de la humanidad.
Hay medidas concretas para tomar como recuperar la presencia del Estado
nacional, las posibilidades de que surjan mejoras salariales auguran
un mejor contexto, el proceso de formación docente, las ideas
políticas de la juventud y tenemos que intentar de pensar la
escuela como un lugar donde se ejercen derechos y no donde se satisface
una demanda de la comunidad.
¿Nota algún cambio a favor o en contra desde
que asumió el gobierno del presidente Néstor Kirchner,
en lo referente a la educación?
Soy realmente optimista.
Observo algunos puntos en los que coincido y otros en los que no,
pero me parece interesante por ejemplo que se luche por más
días de clases... en esto estoy realmente de acuerdo porque
no es lo mismo estar en la escuela que no estar, a pesar de que no
se haga nada.
Este gobierno está intentando definitivamente un cambio en
lo educativo y, obviamente, siempre se puede hacer más.
¿Admira algún sistema educativo?
No. Hay muchas cosas a tomar como ejemplo de varios países,
como en Francia donde existe la idea de recuperar el ‘Estado
Docente’ y de recuperar la cultura y el espacio académico.
El caso de Cuba y esa pasión que existe para que todos los
jóvenes ingresen al sistema educativo y en algunos lugares
de México en los que les dan tanta importancia a los pueblos
originarios.
Son elementos que podrían imitarse o tenerse en cuenta, porque
en realidad cada sistema educativo tienen que ver con el sistema en
el que está inscripto cada país.
De los niveles educativos, ¿cuál es el que
está en peor situación, el primario, el secundario o
el superior?
El Medio, claramente es el nivel que está más jaqueado
hoy por hoy.
Es delirante la cantidad de formas distintas que hay para cursar la
Escuela Media en la República Argentina, esto es un problema
de base.
Hay muchos problemas por resolver y va a llevar mucho tiempo solucionarlos,
pero no es imposible.
El jueves último se conmemoró el Día
Internacional de la Alfabetización y hoy es el Día del
Maestro… ¿Qué le sugieren estas dos fechas?
La primera fecha que me mencionaste ya no tendría que existir.
Me da mucha pena que aún se conmemore el Día Internacional
de la Alfabetización porque es realmente una injusticia reclamar
que no haya más analfabetos en todo el mundo.
Y el Día del Maestro es siempre una ocasión de festejo
para recordar a aquellos que nos enseñaron, para bien y para
mal y también de tomar conciencia de las responsabilidades
que tenemos los maestros a la hora de educar.
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