Por María Argel
El partido gobernante en Río Negro medirá hoy su fortaleza
en Bariloche. Tratará de recuperarse, por un lado, de la derrota
de octubre de 2005 e intentará demostrar su mayoría,
sin el aporte de aliados, por otro.
Hoy la ciudad de los grandes lagos y montañas elige a quince
convencionales constituyentes quienes tendrán la misión
de reformar su Carta Orgánica. Sin embargo, a juzgar por la
campaña que desplegó el gobierno de Viedma, la de hoy
parece una elección de autoridades. Será como un anticipo
del escenario que podría presentarse en 2007.
El radicalismo hizo campaña barrio por barrio, organizó
comidas multitudinarias, y el gobernador Miguel Saiz se puso al frente
de nuevas promesas, de la entrega de subsidios, del corte de cintas.
Sus rivales del Centro Cívico fueron también audaces
y presentaron un proyecto para pasar a planta a nada menos que a 900
empleados municipales.
El tercero con chances en las elecciones de Bariloche, el Partido
de la Victoria, impulsado por el legislador Enrique Muena, quedó
en el centro de las disputas y cerró la campaña tal
como la inició: con la polémica en la Justicia Electoral
acerca del uso de ese nombre.
Incertidumbre
Oposición y gobierno en Río Negro se confundieron entre
los electores de Bariloche. El gobernador, miembros de su gabinete,
legisladores, funcionarios. Todos se trasladaron a la ciudad a orillas
del Nahuel Huapi para presenciar lo que decidirán hoy estas
urnas que son impredecibles.
A lo largo de la semana que pasó fueron incesantes las acusaciones,
anuncios de denuncias, desmentidas, descalificaciones.
Entre las más resonantes figuró la dirigida hacia la
política de la aseguradora Horizonte de pagar los teléfonos
celulares de funcionarios del gobierno. Además, desde Encuentro
se descalificó a la primera candidata del radicalismo, Nelly
Meana, de ejercer doble función y tener doble percepción
en el Estado. Pero todo asomó con la misma rapidez que luego
desapareció. Fue como una tormenta de verano o como la efímera
nieve cuando se derrite.
El Frente
Pero no sólo el gobierno radical tiene un test importante hoy.
También el Frente para la Victoria y las pretensiones del senador
Miguel Pichetto de erigirse como candidato a gobernador, con la bendición
del presidente Kirchner.
El gobierno nacional mantuvo su distancia en esta campaña.
No se escuchó una determinación, una certeza hacia Frente
para la Victoria. Se prefirió la ambigüedad, en vista
del acercamiento que propició el gobernador Miguel Saiz hacia
el Presidente.
En cada elección, Bariloche, el mayor distrito electoral de
la provincia, ha dado sorpresas. Sus urnas siempre traen un mensaje
contundente para los políticos. Hoy finalmente se develará
cuál es la lección y los deberes que se les encargarán
a los funcionarios en los tiempos que corren. Un ensayo severo de
lo que será el crucial 2007
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