Por Ángel Castillo
Las relaciones entre el sector del campo argentino y el gobierno
de Néstor Kirchner pasan por el peor momento de tirantez, escenario
que fue aprovechado por el gobernador neuquino, Jorge Sobisch, para
convertirse, tal vez sin proponérselo, en la figura política
de mayor jerarquía institucional que ayer estuvo presente en
la tradicional inauguración de la Exposición Rural de
Palermo.
A nivel interno provincial sobresalió en la semana la decisión
de la Junta de Gobierno del Movimiento Popular Neuquino de no realizar
internas para los cargos partidarios, después de que el partido
recibiera una intimación de la Justicia Electoral para su normalización.
Los esfuerzos de los precandidatos estará focalizado en el
mes de noviembre cuando se convoque a las internas abiertas de las
que saldrá el nombre que representará al partido en
las elecciones del año que viene. De todas formas en 7 de las
22 seccionales del partido no se llegó a acordar un candidato,
por lo que las diferencias se dirimirán en las urnas.
La construcción de represas en el río Neuquén
con el objetivo de evitar que se repita lo que ocurrió el jueves
13 de julio motivó que renaciera la polémica sobre si
es Chihuido I o Chihuido II. El mismo Sobisch se encargó de
aclarar que lo ideal sería hacer las dos represas y de allí
que convocó a los intendentes y legisladores a que acompañen
el pedido que ya hizo al presidente Kirchner. Se trata de dos represas
que tendrán un triple objetivo: la generación de energía
tan necesaria en el país, la creación de nuevas zonas
bajo riego en la provincia para cambiar la matriz productiva hoy hiperdependiente
de los hidrocarburos y la regulación del río Neuquén
cuyas obras quedaron inconclusas en la década del ‘60
cuando se hicieron las grandes presas.
El mensaje estuvo dirigido al intendente de Cutral Co, Tomás
Eduardo Benítez, y al diputado Carlos Moraña, quienes
paradójicamente habían apoyado, en su momento, la sanción
de la ley que llamó a licitación para la construcción
de Chihuido II después de la presentación que hizo Impsa
dentro del esquema de iniciativa privada.
La rural
Por primera vez en 120 ediciones que tiene la tradicional muestra
ganadera de la Sociedad Rural Argentina en Palermo, no concurrió
ninguna autoridad nacional. Ya se sabía que el presidente Néstor
Kirchner no es amigo de participar de esta ceremonia, tal vez temeroso
de las silbatinas con las que se lo recibió alguna vez al presidente
Raúl Alfonsín. Pero siempre envió a un representante,
casi como un gesto de institucionalidad. Ayer no fue ninguna autoridad
nacional.
El recorte a las exportaciones de carne y el paro agrario que culminó
el martes fueron los elementos que minaron la relación entre
la dirigencia rural y el gobierno que apuesta, con mayor firmeza,
a un intervencionismo estatal que es mirado con recelo por las empresas
agrarias.
El gobernador neuquino aprovechó para mostrar los logros que
tiene a nivel doméstico con la actividad rural en Neuquén,
haciendo mención al diálogo que siempre primó
en esas relaciones inclusive en períodos que podrían
haber sido muy tensos como fue cuando se impusieron las barreras sanitarias
contra la fiebre aftosa.
El presidente de la SRA, Luciano Miguens, le agradeció la presencia
al gobernador, quien tuvo un sitio de privilegio en el palco, la vidriera
más destacada de la agroindustria nacional. Tomó el
guante que dejó Sobisch en cuanto a la necesidad de llegar
a acuerdos y dijo que los funcionarios nacionales no debieran temer
al disenso y fue más allá al indicar que la autoridad
no se impone por decreto. Esta entidad es la más conservadora
de las cuatro entidades del campo y siempre es renuente a efectuar
protestas o palabras disonantes que puedan significar un enfrentamiento
con el gobierno.
Pasos
Alrededor de u$s 5 millones diarios es lo que se pierde por el cierre
del paso Cristo Redentor, entre Mendoza y Chile, según las
estimaciones del sector privado que reclamó una solución
alternativa para no obstaculizar el comercio binacional. El viernes
se rehabilitó el paso después de 7 días que permaneció
cerrado –el acceso al túnel de 3.000 metros estaba tapado
de nieve- mientras unos 7.000 camiones de un lado y otro de la cordillera
esperaban la medida.
Los serios inconvenientes que se producen en este paso ubicado a 3.200
metros en la cordillera no parecen intranquilizar al gobierno que
insiste en fortalecerlos, en detrimento de los pasos por Neuquén
que son más bajos y rara vez se cierran por un temporal. La
inquietud será planteada el martes en Santiago ante la Cancillería.
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