Por Darío Soto
Por estos días, los padres que tienen hijos en edad escolar
siguen con preocupación las escaramuzas que mantienen funcionarios
de educación y dirigentes gremiales en el marco de las negociaciones
paritarias.
La semana que se inicia será de asambleas en todas las seccionales
de la Unter para analizar las últimas propuestas del gobierno
y decidir si inician las clases o van al paro.
Aparentemente existe voluntad conciliatoria en el mas alto nivel de
ambas partes. Por un lado el gobierno mejoró su propuesta inicial,
y por otro el propio Secretario General del gremio rescató
como positiva esa actitud y fue el mensaje que intentó bajar
a sus pares de cada una de las seccionales, sin por ello resignar
ningún posicionamiento en defensa de los intereses de sus afiliados.
Pero son las asambleas de docentes las que en definitiva comenzarán
a delinear lo que será el futuro accionar de los trabajadores
de la educación rionegrina.
«PARO», es la palabra que nadie quiere escuchar ni ver
publicada en ningún lado, hasta un alto porcentaje de los propios
docentes desearía desterrarla de las posibilidades, al tiempo
que saben que es muy probable que pesen posiciones extremas de algunas
seccionales consideradas duras
Repitencia
Padres y docentes saben de las consecuencias de planes de lucha extensos
como los acaecidos el año pasado. Los días caídos
por huelga sumados a los otros muchos perdidos por suspensiones de
clases debido a falencias edilicias, se reflejan hoy en la gran cantidad
de repitentes que se registrarán, luego de finalizado el período
de exámenes en el nivel medio. Habrá que observar también
el nivel de deserción en que derivará esta situación,
factor -sin lugar a dudas- de exclusión social de muchos jóvenes
rionegrinos.
La deserción escolar es «Deserción del Estado»
en su obligación de educar a sus miembros, según un
slogan de la Unesco.
Si miramos retrospectivamente veinte años, cuesta creer la
involución que se observa en el sistema educativo provincial,
siendo la década del noventa la que arroja la peor performance.
La provincia de Río Negro supo sentirse orgullosa de su sistema
educativo, hoy zozobra como un barco a la deriva sin encontrar su
rumbo.
El diseño curricular del nivel medio es una deuda que el gobierno
debería comenzar a pagar en el corto plazo.
En ese marco la recuperación de la educación técnica
debería ser una de las prioridades, a tono con lo que se viene
proyectando desde la cartera nacional.
El retorno de las Escuelas Industriales debe encontrar su reflejo
en la reconversión de un país agroexportador en uno
manufacturero con proyección exportable.
Obligación y compromiso
Si bien es cierto que es un gran avance la existencia de una ley de
financiamiento educativo, son tantos los problemas a resolver que
ese paraguas no es suficiente.
La recuperación de la infraestructura edilicia está
tan atrasada que en gran medida dificulta el acompañamiento
del crecimiento vegetativo de la matrícula agravado por el
alto porcentaje de repitencia.
Los problemas a resolver son muchos y graves, pero no son excluyentes
del gobierno provincial o de la comunidad docente, en el debate también
deben participar los padres.
Ya es hora que el gobierno cumpla con la obligación constitucional
de incluir a un representante de la comunidad en el seno del Consejo
Provincial.
La educación es una cuestión que todos debemos contribuir
a resolver, pero algunos tienen mayores obligaciones y responsabilidades
que otros, quienes así debieran comprenderlo y hacerse cargo.
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