Por Luis castillo
Neuquén
> Finalmente, nadie se quedo sin ver a Piñón
Fijo. Es que luego de su reprogramación de show por cuestiones
personales, el payaso más popular del país desembarcó
–en dos funciones- el último jueves al Cine Teatro Español.
Otra vez, como sucede en cada presentación, el desfile de “enanos”
juntos a padres, abuelos y tíos invadió el reducto ubicado
sobre Avenida Argentina, para vivir las canciones, el humor simple
de este personaje al cual Fabián Gómez le dio vida hace
casi 19 años.
Acompañado por su socio Raúl Pandolfí, en teclados,
Piñón Fijo comenzó con sus canciones y mensajes
para en poco más de una hora, dejar claro y demostrar que en
el mundo de este payaso se puede hacer reír sanamente.
De dialogo permanente con los chicos y hasta padre, Gómez,
se encarga de interactuar permanentemente con su publico. Por eso,
lo consulta, lo hace cantar, aplaudir, para que todo vaya de la mano
en un clima continuo de risas.
Entre sus compañeros de ruta, Cabrito -querido personaje que
reconocen los niños-, tiene su espacio para dejar de lado al
principal protagonista. Justamente este último le da pié
para que con un acento simpático y netamente cordobés
bromee y muestre sus celos con “Ñomi”, duende amigo
de Piñón.
A la hora de las invitaciones, papás y mamás, suben
a escena para cantara las canciones predilectas de su niñez.
Es así, que Piñón logra conjugar generaciones
para que se escuche temas de toda la vida como “El payaso Plin
Plin”, “Manuelita”, “La gallina turuleca”
(clásico de Gaby, Fofo y Miliki) y “El elefante trompita”,
el primer elefante reprimido del país según las palabras
de Piñón.
De constante ida y vuelta con la asistencia, saltando de un generó
musical a otro desde el sonido de candombe, cuartetaso o melodía
folkloricas, Piñón y sus miles de expresiones, crea
un mundo especial del cual todos se sienten parte de él. Tantos
padres como abuelas sacan –como se dice habitualmente- el niño
de adentro para sumarse a este viaje.
Funciones especiales estás dos ofrecidas por Piñón
Fijo en un teatro dónde los niños le ratificaron su
amor incondicional. Porque ante la pérdida de un ser querido,
Fabián Gómez, “en los ojos de los chicos neuquinos
pudo encontrar los de sus madre”.
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