La vacunación está
a cargo de entes sanitarios locales con la fiscalización sanitaria
del Senasa.
En la provincia de Río Negro se aplicarán 714.510 dosis
de vacuna contra la fiebre aftosa mientras que en la provincia de
Neuquén serán 4.927. Ambas provincias están surcadas
por tres barreras sanitarias y son las que tienen que pagar los platos
rotos de esta enfermedad que afecta al ganado bovino y que hace perder
mercados externos.
No es por la cantidad de ganado que tienen, de hecho la ganadería
está considerada como de secano en forma extensiva, sino por
la ubicación geográfica. Debajo del paralelo 42 la Patagonia
Sur está considerada como libre de aftosa sin vacunación
mientras que al Norte del río Colorado, se vacuna.
Según informó el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad
Agroalimentaria, Senasa, fueron más de 59 millones de dosis
aplicadas en la primera campaña de vacunación contra
la aftosa de 2006.
Asimismo ya esta en marcha la segunda campaña de vacunación
del año, la duodécima implementada por el Senasa a partir
de abril de 2001 (resolución 5/2001), en la que se estima que
se aplicarán más de 61 millones de dosis de la vacuna.
El organismo especificó que durante la primera campaña
de vacunación contra la fiebre aftosa de 2006, desarrollada
en el territorio nacional situado al Norte del río Negro, se
aplicaron 59.788.770 dosis.
De ese total, 21.572.452 dosis correspondieron a aplicaciones en la
provincia de Buenos Aires; 7.479.175 dosis en la provincia de Santa
Fe; 6.581.185 en la provincia de Córdoba y 5.086.506 en la
provincia de Corrientes.
Asimismo en la provincia de Entre Ríos se aplicaron 4.814.863
dosis de vacunas antiaftosa; en la provincia de La Pampa, 4.058.062
dosis y en la provincia de Chaco, 2.505.884.
Resto del país
En tanto las dosis de vacunas contra la fiebre aftosa aplicadas al
ganado en la provincia de San Luis alcanzaron a 1.788.696 dosis; en
la provincia de Formosa, 1.702.232 dosis y en la provincia de Santiago
del Estero, 1.249.645 dosis.
Además se aplicaron 764.582 dosis de vacunas en el ganado de
la provincia de Salta; 714.510 dosis en el de la provincia de Río
Negro (zona buffer); 529.639 dosis en la provincia de Mendoza; 311.952
dosis en la provincia de Misiones; 211.681 en la provincia de Catamarca;
192.872 dosis en la provincia de La Rioja y 129.390 dosis en la provincia
de Tucumán.
También se aplicaron 65.747 dosis en la provincia de Jujuy;
24.376 dosis en la provincia de San Juan y 4.927 en la provincia de
Neuquén (zona buffer).
El Plan Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa prevé
la vacunación de todo el rodeo nacional dos veces al año,
una acción sanitaria indispensable para resguardar la inmunidad
de la ganadería argentina.
Recomendaciones
La vacunación total de los animales de cada establecimiento
debe realizarse en una sola etapa y dentro de los 60 días establecidos
por el plan local.
Los movimientos de ganado solamente se pueden realizar desde campo
vacunado a campo vacunado.
Todos los animales que se movilicen a otro destino que no sea faena,
deben recibir dos vacunaciones dentro de los 180 días.
Se debe mantener la cadena de frío para asegurar la efectividad
y la calidad de la vacuna.
Ganaderos se capacitan
Los días 20 y 21 de octubre, se llevarán a cabo en
la ciudad de Loncopué, nuevas jornadas de la ganadería
neuquina. Las mismas se vienen realizando desde hace algunos años,
con el objeto de incorporar tecnología, conocimientos y trabajo
conjunto a la producción neuquina.
Las jornadas estarán organizadas por la empresa A. Neiman Servicios
y la Dirección Provincial de Ganadería y contarán
con el auspicio del Banco Provincia del Neuquén, Loteo el Hípico
y Valles del Sur.
Durante estos días se realizarán charlas, que contarán
con la asistencia de los representantes de la Sociedad Rural de Neuquén
y de la Sociedad Rural del Noroeste, como así también
de productores de la provincia y la región.
Las disertaciones comenzarán a realizarse a partir del jueves
a las 18, con una charla ofrecida por el Banco Provincia del Neuquén
sobre herramientas de crédito para la producción. El
viernes están planificadas entre otras, las charlas del ministro
de Producción y Turismo Marcelo Fernandez Dotzel, el médico
veterinario Mario Villa, Tomás Gibeli y Marcelo Nogueira.
Conociendo al enemigo
El virus que aqueja a la ganadería argentina.
El país ha perdido mercados externos a raíz
de los últimos focos de aftosa.
La Fiebre Aftosa es una enfermedad viral, de gran difusibilidad,
que se transmite por contacto directo entre animales susceptibles
y por alimentación y contacto con productos infectados. Ataca
a todas las especies animales de pezuña hendida. Las poblaciones
ganaderas que la padecen disminuyen notablemente su productividad,
presentándose una menor producción lechera, pérdida
de peso del animal y llegando incluso, en casos extremos, a la muerte
del mismo. Es una enfermedad que afecta al comercio, pero no a la
salud pública.
La causa de la enfermedad es un virus, del cual existen varios tipos.
Es factible de controlar, y el método más eficiente,
consiste en la vacunación de toda la población ganadera.
Síntomas
Según un artículo elaborado por el ingeniero agrónomo
Ernesto Grandón y la médica veterintaria Marcela Leybor,
del Consejo Agrario Provincial de Santa Cruz, en cuanto aparecen los
síntomas de la aftosa, se inicia con un decaimiento general,
pérdida de apetito y fiebre. Las lesiones en la boca, hacen
frecuente la salivación (babeo). También produce dificultad
para caminar (cojera de los animales), debido a las lesiones que causa
el virus en las patas. Se forman vesículas especialmente en
la lengua, hocico y encías que les impide comer adecuadamente.
La mastitis o inflamación de la ubre es un complicación
asociada y la disminución en la producción de leche,
es drástica.
El virus ocasiona lesiones en todo el tubo digestivo y como consecuencia,
disminuye la absorción de nutrientes, se desperdicia el forraje
y decrece la producción de carne. En los terneros, la mortalidad
aumenta por las lesiones cardíacas que causa el virus.
Con respecto a los medios de transmisión, el virus se elimina
por saliva, orina, moco intestinal y nasal y por el semen. Por todo
ello la diseminación de la enfermedad entre el ganado, es rápida.
Los equipos y las instalaciones son posibles fuentes de infección
para otros animales. En estas condiciones, el mayor peligro para diseminar
la enfermedad, está constituido por el movimiento de la hacienda
entre establecimientos ganaderos vecinos o alejados.
El hombre que convive en los establecimientos ganaderos con los animales,
sirve de factor de contagio, llevando el virus a otros lugares. También
existe la denominada “transmisión mecánica”
de la enfermedad, es decir, a través de diversos medios de
transporte, por ejemplo: camiones de carga de animales, vehículos
utilitarios utilizados para el traslado de personal, transporte público
de pasajeros, vehículos particulares, maquinarias agrícolas,
etc.
Transporte
Igualmente importante se considera aquel material orgánico
factible de vehiculizar el virus a través de cargas portadas
por los pasajeros o a través de la ropa y calzado de los mismos;
o de aquellos residuos orgánicos provenientes de las comidas
que se brindan a bordo de transportes terrestres, aéreos o
marítimos. En estos casos, si no existiera por parte de los
organismos de control sanitario, un sistema de prevención que
permita el control, el decomiso y destrucción de ese material
orgánico, esto se convertiría en una fuerte vía
de infección.
Existen en el mundo, muchos ejemplos que al no tener implementadas
medidas de control sanitario y tratamiento de los residuos orgánicos
en puertos, aeropuertos y pasos fronterizos, posibilitaron el ingreso
de enfermedades exóticas tan o más importantes que la
fiebre aftosa, afectando así las producciones agropecuarias,
con un fuerte impacto negativo en lo social-económico con pérdidas
de mercados.
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