Por Darío soto
No hay otro mejor que yo, dijo Carlos Soria, obviamente refiriéndose
a la indefinición que padece el Frente para la Victoria para
definir su candidato a gobernador.
El roquense usufructuó hasta el hartazgo el escenario que le
propuso la reunión de la liga de intendentes del FpV y fustigó
hacia adentro y hacia fuera del arco político que lo contiene.
Por ejemplo afirmó que: “En el peronismo rionegrino tenemos
por ahora muchos soldados y ningún general capaz de llevarnos
a la victoria”.
El ex jefe de los «espías» argentinos se manifestó
también comprensivo con su par de Cipolletti, Alberto Weretilneck,
quién propuso municipalizar el hospital nuevo de su ciudad
considerando que esa inquietud “es la misma que tienen todos
aquellos intendentes que tienen hospitales grandes” y aprovechó
la volada para castigar al gobierno provincial al manifestar que su
preocupación en particular “es por que la Salud Pública
en Río Negro es tan cara, el presupuesto es tan alto y la salud
es tan mala”.
Encuesta reveladora
Por otra parte Soria dijo que en las encuestas aventaja a todos sus
rivales de la oposición, a pesar de un sondeo que fue ventilado
en Cipolletti y que daba una ventaja abismal al Senador Miguel Pichetto,
(69,037% frente a un magro 1,67% que registraría el intendente
valletano).
Sin dudar calificó al sondeo pichetista como una “alcahuetería
barata” al tiempo que aprovechó para advertir que “indudablemente
hace pensar que tendremos que hacer internas en el frente”.
No conforme con lo realizado en Cipolleti, el jefe de la comuna roquense
continuó abusando de escenarios cómodos al presentar
el cementado de los dos kilómetros del canal de riego que atraviesa
por el corazón de la ciudad, una obra que originalmente había
generado escepticismo en cuanto a su concreción.
Un Soria seguro se plantó frente a los presentes en el acto
y habló de «lo hecho y de lo por hacer», anticipó
la casi segura visita presidencial para el aniversario de la ciudad,
y en todos sus gestos parecía darle la razón a aquellos
que en los primeros días de su gestión consideraban
que “el Gringo hará campaña, los próximos
cuatro años, desde el sillón de la intendencia”.
“Hoy estoy ganando por paliza en General Roca, con lo que bien
podría ser ya el gobernador de Río Negro”, dijo
eufórico recordando que en 2003 “me plantaron un candidato
alternativo (Eduardo Rosso) y a pesar de la paliza que nos dieron
en Cipolletti y General Roca perdimos por 5.000 votos en toda la provincia”.
Desde el radicalismo se consideró que lo de Cipolletti (la
reunión de la liga de intendentes del Frente para la Victoria)
fue sólo una puesta en escena ante la necesidad de generar
hechos políticos frente a la actitud dubitativa y oscilante
que muestra la oposición, incapaz todavía de mostrarse
como una fuerza cohesionada y dejando al descubierto varias fisuras
como sucede con el armado del frente en San Carlos Bariloche para
las elecciones de Convencionales Municipales.
Un proyecto viable
El gobernador Miguel Saiz, una vez más hizo gala de sus buenas
relaciones con el Poder Ejecutivo Nacional al obtener una buena recepción
del proyecto de Sistematización del Río Negro Superior
(que fuera adelantado por este diario y que consiste en construir
un canal paralelo al río Negro) por parte del ministro de Planificación
Federal, el poderoso Julio De Vido.
Fuentes cercanas al mandatario provincial dieron cuenta de que desde
Nación solicitaron la presencia, en forma permanente, de técnicos
de la provincia para trabajar con sus pares para analizar la factibilidad
del proyecto.
“Esto no es común y consideramos que esta predisposición
es una muestra de que el proyecto contará con el apoyo del
presidente Kirchner”.
Parafraseando a Carlos Soria, es evidente que los radicales rionegrinos
cuentan con general y oficiales para el combate del próximo
año, una ventaja no menor si nos atenemos a la extrema preocupación
del hombre de General Roca que no pierde las esperanzas de convertirse
en el próximo gobernador de Río Negro.
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