Por Ángel Castillo
En mayo el gobernador neuquino Jorge Sobisch había anunciado
que las definiciones políticas para las próximas elecciones
se tomarían después del Mundial.
Pero el fragor político adelantó los tiempos y antes
del fin de la participación argentina en Alemania el tablero
provincial comenzó a moverse pensando en 2007.
En este gran tablero, las blancas parecen haberle correspondido al
oficialismo que comenzó una etapa de definiciones por lo menos
en lo que a calendario y candidaturas se refiere.
A mediados de semana, el hasta entonces precandidato a gobernador,
Federico Brollo anunció que abandonaba su candidatura y en
consecuencia son tres quienes buscarán ser los representantes
del MPN, Pedro Salvatori, José Brillo y Jorge Sapag. Aunque,
para muchos, la esperanza de alcanzar un consenso que evite la elección
todavía está en pié.
Las internas serán en noviembre y a partir de ahora la captación
de adeptos a las ideas y proyectos irá creciendo día
a día. Lo que los candidatos no deberán olvidar es que
no sólo deben atraer a los afiliados emepenistas porque también
se confirmó que la elección partidaria será abierta.
El tiempo ya corre y ahora, sin fútbol mundial, la política
volvió a la escena central.
Otra vez el gas en la polémica
El desmanejo de la política energética a nivel nacional
sigue produciendo efectos a corto plazo, en los que priman los intereses
políticos y perjudican las relaciones diplomáticas que
son el emblema internacional entre los países.
El gasoducto que parte de Neuquén hacia la zona central de
Chile trasnporta sólo un 40% de la cantidad de gas que llevaba
a mediados de los 90, cuando se inauguró.
A partir del 2004 Argentina violó el protocolo gasífero
que había firmado al imponer retenciones a la exportación
y reducir los envíos por la necesidad que tenía el mercado
interno de ese gas.
A diferencia de Argentina, Chile le da una prioridad superlativa a
los acuerdos bilaterales al momento de poner en marcha su diplomacia.
De allí que, apenas se enteró que el ministro de Planificación,
Julio de Vido, dijo que el aumento del precio del gas boliviano no
se iba a trasladar al mercado interno sino al externo, la presidenta
chilena Michelle Bachelet la llamó a su colaboradora, la ministra
de Energía Karen Poniachik, y le exigió «dureza
en la negociación».
El próximo jueves la ministra chilena se reunirá con
su par argentino, el poderoso ministro K, Julio De Vido para interiorizarse
sobre los pormenores del acuerdo que firmó Kirchner con Evo
Morales.
En octubre se debe definir en Chile el precio de la energía
eléctrica que ya tiene el condimento del alza del petróleo
y el dólar. La administración trasandina hará
lo imposible para no sumarle el mayor costo del gas.
La provincia postergada
La provincia de Neuquén había mostrado su oposición
a esta política energética nacional, advirtiendo medidas
que tenían que ver con la ausencia de incentivos para la exploración
y explotación de los hidrocarburos. Esta actividad requiere
de condiciones de estabilidad económica y jurídica al
tratarse de inversiones a largo plazo.
El pronóstico se cumplió y afectó seriamente
la relación con el vecino país que desde la provincia
se abonó con fuertes medidas políticas.
El gasoducto al Pacífico está subutilizado y no se ha
tenido en cuenta a nivel nacional la propuesta para enlazarlo por
territorio chileno con el GasAndes que termina en la región
industrial de Santiago.
Ese desinterés basado en cuestiones más políticas
que de sentido común también se observó en la
alianza que teje, por estos días, el presidente Néstor
Kirchner con el gobernador radical, el mendocino Julio Cobos.
Como un gesto de «buena voluntad» destrabó un crédito
de 80 millones de dólares que tomará la Nación
para constuir el paso El Pehuenche, en el sur mendocino, de la Corporación
Andina de Fomento.
Este paso no está priorizado en la relación con Chile,
a diferencia del Cardenal Samoré y Pino Hachado en Neuquén,
siendo el primero el segundo paso comercial del país después
del Libertadores. Estos pasos requieren inversiones periódicas
como la circunvalación en La Angostura, la terminación
de la ruta de los 7 Lagos y la culminación del pavimento en
Pino Hachado. Ni hablar del tren trasandino. En estas inversiones
la Nación se mantuvo muy distante.
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