Pollos de la meseta

Neuquén > Con la llegada de la energía eléctrica y la consolidación de la producción, lo que hace diez años comenzó como una verdadera patriada tuvo un nuevo eslabón de desarrollo. Esta semana se comenzaron a faenar pollos en el matadero de Colonia Nueva Esperanza, la zona situada al noroeste de la ciudad de Neuquén sobre la meseta.
Fue una quimera donde abrevaron subocupados que no tenían su lugar en el mercado formal urbano. Cada servicio fue el epílogo de esfuerzos y luchas.
Primero fue el agua, tan necesaria en la yerma tierra de la meseta. Después, tal vez de rebote, se encaró un programa sanitario que incluyó el matadero para que los productores minifundistas tengan la oportunidad de vender sus producción en el circuito comercial.
La semana que pasó se realizó una faena experimental a pocos días de que el sector comenzara a disfrutar del servicio de energía eléctrica, necesaria para el funcionamiento de las cámaras frigoríficas.
La Dirección de Calidad Alimentaria del municipio de Neuquén realizó la faena demostrativa de pollos.
Oficialmente se informó que el centro de faena, que actualmente procesa lechones y cerdos de los criadores pertenecientes a la Asociación de Fomento Rural de Nueva Esperanza, tendrá una capacidad para procesar 100 pollos por día.
El director de Comercio e Industria, Alberto Chandía, explicó que con la incorporación del instrumental y una cámara frigorífica necesarios, el centro estará en condiciones de faenar pollos y otras especies menores, como conejos y chivos de los productores de la meseta.
La demostración estuvo a cargo de un veterinario del Municipio y otro perteneciente al gobierno de la provincia del Neuquén.
La obra de energía eléctrica a los 336 lotes, al matadero municipal y al centro comunitario, con la instalación de aproximadamente 14 kilómetros de líneas de media tensión, 16 subestaciones transformadoras y 111 luminarias para alumbrado público, se costeó en forma conjunta entre ambos estados.