Los pereginos arribarán hoy
a Luján donde se oficiará una multitudinaria misa.
Buenos Aires (Télam-NA) > Una multitud
de jóvenes comenzó Ayer la marchar a pie desde el santuario
de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, hacia la
basílica de Nuestra Señora de Luján, en la tradicional
peregrinación que todos los años se realiza para demostrar
la devoción por la Patrona de la Argentina.
«Madre, necesitamos vivir como hermanos» es el lema de
la 32 edición de la jornada mariana, que comenzó oficialmente
ayer al mediodía con la despedida de la «Imagen Cabecera»
de la Virgen, en el santuario de Cuzco 150.
El obispo local, monseñor Eduardo García, impartió
junto con varios sacerdotes la bendición a la gran cantidad
de creyentes que desde horas tempranas permanecieron en las inmediaciones
de la iglesia aguardando por la Virgen para, a medida que iban siendo
bendecidos, comenzar a marchar.
García destacó en su misa la fidelidad a «Nuestra
Señora de Luján» y discurrió acerca del
«pedido esencial» que el lema de este año instaura:
reconocer al otro como un hermano para hacer surgir la ayuda «desde
el amor en el corazón».
Adelantados
Muchos contingentes comenzaron marchar desde antes de la partida de
la Virgen, inclusive desde anoche, para recibirla en Luján,
y algunos lo hicieron desde otros lugares.
Las comunidades que peregrinan se identifican con ciertos atuendos
distintivos, como gorros amarillos, pañuelos o coquetos sombreros
anaranjados.
También lo hacen con leyendas, que señalaban la participación
de grupos de Concepción del Uruguay y Gualeguaychú (Entre
Ríos) y de General Villegas y Trenque Lauquen (Buenos Aires),
entre muchos otros que se mezclaban en torno a la imagen de la Virgen,
a la cual intentaban tocar con alegría.
El contingente principal se unificó en la intersección
de las avenidas General Paz y Rivadavia, a unas cuadras del santuario,
desde donde la caminata durará más de 12 horas, por
lo que quienes salieron al mediodía llegarán a destino
en la madrugada.
Fuentes eclesiásticas manifestaron la extraordinaria muestra
de fe, pues «aunque nosotros no hiciéramos nada, ni acompañáramos,
la gente iría igual; la Virgen es la que convoca», afirmaron.
También resaltaron la identidad que el lema de esta edición
tiene con las necesidades del país, pues su idea surgió
de todos los pedidos que los peregrinos manifiestan el año
pasado en cuadernos en el último tramo del trayecto, en un
puesto ubicado en la Ruta 6. |