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El ataque ocurrió a poco de
iniciado el mes sagrado para los musulmanes.
Bagdad (AFP-NA-dpa) > El primer atentado en Bagdad
del mes de ayuno musulmán del Ramadán dejó 31
muertos ayer en una gasolinera, donde los habitantes hacían
cola para llenar de combustible sus bidones.
Unas horas después del inicio de este mes sagrado, que los
sunitas y kurdos iraquíes iniciaron al amanecer, 31 personas
perdieron la vida y otras 34 sufrieron lesiones al estallar dos bidones
bomba, de 70 litros de capacidad cada uno, delante de un camión
cisterna, anunció un teniente de la policía. La explosión
prendió fuego el vehículo y numerosos automóviles
cercanos, añadió.
La mayoría de víctimas eran mujeres y niños que
se habían congregado en el lugar para aprovisionarse de gas
para cocinar y preparar los alimentos especiales con los que los musulmanes
se alimentan tras la puesta del sol en estas fechas, como marca la
tradición.
Un grupo insurgente autodenominado Jamaat Jund al Sahaba (Escuadrón
Militar de los Companeros del Profeta) se atribuyó el atentado,
aparentemente de origen sectarista, mediante un comunicado publicado
en Internet.
En el comunicado, la organización insurgente explicaba que
el atentado formaba parte de una lucha por el poder, aunque sobre
todo era una respuesta a «los crímenes del Ejército
Al Dujal contra nuestro pueblo sunita en Bagdad».
El grupo rebelde acusó al Ejército al Dujal -una milicia
dominada por chiitas- de ser responsable del «incendio de mezquitas,
secuestros y asesinatos» de sunitas en Bagdad y de prestar apoyo
a los «cruzados», término con el que los grupos
radicales usualmente hacen referencia al Ejército de Estados
Unidos y las fuerzas de la coalición internacional en Irak.
Jamaat Jund al Sahaba ya había reivindicado anteriores ataques
contra chiitas, entre ellos uno perpetrado contra un mercado de verduras
al sur de Bagdad, en el que murieron decenas de civiles.
El Ejército estadounidense en Irak prevé que las actividades
de los insurgentes y terroristas en Irak se intensifiquen durante
el Ramadán.
Mientras, la policía iraquí y tropas estadounidenses
detuvieron al líder de la organización terrorista iraquí
Ansar al Sunna, Muntassir al Yiburi, y dos de sus lugartenientes,
en la ciudad de Muktadiya, 110 kilómetros al noreste de Bagdad,
según confirmaron hoy las autoridades iraquíes en Bagdad.
Ansar al Sunna es un grupo compuesto principalmente por kurdos islamistas
y está ligado a la red terrorista Al Qaida de Osama bin Laden.
Varios sangrientos ataques cometidos en el norte de Irak, entre ellos
los atentados suicidas contra las oficinas de los dos partidos kurdos
en Erbil, en febrero de 2004, que causaron 109 muertos, y contra la
cantina de una base militar estadounidense en Mosul, en diciembre
de 2004, que dejó 24 muertos, fueron perpetrados por Ansar
al Sunna, que también ha realizado secuestros en todo Irak.
Por otra parte, la policía realizó hoy en Beyi, a 200
kilómetros al norte de Bagada, un macabro hallazgo. En una
fosa excavada en la carretera descubrió las cabezas separadas
del cuerpo de diez soldados iraquíes junto con sus carnés
de servicio.
Un soldado estadounidense murió también hoy al norte
de Bagdad, cuando su automóvil pasó por encima de un
explosivo, informó el comando militar estadounidense en la
capital iraquí.
En Mosul, 400 kilómetros al norte de Bagdad, fuerzas policiales
iraquíes mataron durante una redada a cinco extremistas ligados
a Al Qaida e hirieron a un quinto, informó hoy el portavoz
del Ministerio iraquí del Interior.
El ministerio senaló que los extremistas pertenecían
al grupo Jamaat al Tawhid wa al Yihad (Escuadra de Unidad e Yihad),
que es leal a Osama bin Laden y que se autodefine como base de la
Yihad (Guerra Santa) en el país mesopotamo.
Dos de los muertos son saudíes. El extremista herido está
siendo interrogado para obtener información acerca del grupo
terrorista, indicó el portavoz del Ministerio del Interior.
Jamaat al Tawhid wa al Yihad está acusado de haber colocado
explosivos y haber realizado asesinatos en todo Irak.
Ayuno, oraciones y nada de alcohol
Buenos Aires (Télam) > Entre el ocaso
de ayer y el del 22 de octubre próximos, los islámicos
celebran con ayuno y fiesta el ramadán del ano 1427 de la Hégira,
mes en el que, según la tradición, se conmemora la primera
revelación que Alá le hizo a Mahoma, y que luego fue
transcrita al Corán.
La adopción de la Hégira («alejamiento»,
en árabe) como inicio de la era musulmana tuvo lugar bajo Umar
Ibn al-Kahttab, el segundo califa, en honor a que el 20 de septiembre
de 622 (en 2006, correspondió al 31 de enero, Ano Nuevo musulmán)
Mahoma llegó a Medina tras abandonar La Meca y romper con los
vínculos tribales.
El ramadán es el noveno mes del calendario lunar musulmán
y en todo su transcurso, desde el alba hasta que se pone el Sol, no
se puede comer, beber, fumar, perfumarse o mantener relaciones sexuales
-y ni tan siquiera pensarlas- porque se interrumpiría el ayuno
impuesto para venerar a Dios y renovar la fe.
Como compensación, en las noches suelen servirse opíparas
comidas con familiares y amigos, que expresan la alegría por
el deber cumplido durante el día.
Regalos
En las ciudades y pueblos islámicos de Oriente se engalanan
las calles, la gente se visita y se hace regalos, los chicos cantan
de puerta en puerta y se preparan comidas y bebidas especiales.
A semejanza de los judíos, que cuentan los días a partir
de la primera estrella, los musulmanes lo hacen tras la puesta del
Sol, «cuando ya no es posible distinguir un hilo blanco de un
hilo negro», y no a medianoche, como es la usanza de occidente.
Dudas
Determinar con exactitud cuándo comienza ramadán es
importante para empezar a cumplir las prescripciones religiosas.
Se inicia al ocaso (este ano, del 23 de septiembre) al percibirse
el primer creciente tras la Luna nueva, lo que unos logran escudriñando
el cielo, y la mayoría, mediante el anuncio oficial de algún
organismo islámico, que anticipa la fecha y hora correctas
para cada zona.
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