«En su momento no me di cuenta
de la trascendencia que esto iba a tener», señaló
Mastice acerca de su creación.
Neuquén
> Se conmemoró ayer el día del Escudo de
la provincia de Neuquén, cuyo creador es el dibujante Mario
Aldo Mastice. El 19 de setiembre de 1958 la Legislatura sancionó
la Ley Nº16, mediante la cual se estableció la adopción
del primer símbolo que identificó a Neuquén.
Mastice había resultado ganador del concurso realizado por
la Intervención Federal, el 25 de febrero de 1958, y que por
lo tanto pasaría a ser el primer símbolo oficial provincial
(ayer fue su 48 aniversario).
“Es un gran orgullo ser el creador del Escudo. Lo más
increíble es que en poco tiempo más se van a cumplir
50 años desde que gané el concurso”, indicó
el dibujante.
Relató que “en su momento no me di cuenta de la trascendencia
que esto iba a tener. Yo quiero mucho a esta provincia que me dio
muchas oportunidades”.
Mastice recordó que más de 100 participantes de todo
el país presentaron sus trabajos para la creación del
Escudo. “Cuando lo gané casi me desmayo, yo era muy pibe
en ese momento, no lo podía creer”, manifestó.
Dibujante, piloto y aeromodelista, casi tres décadas más
tarde -en 1989-, Mastice creó también el diseño
ganador del concurso para elegir a la bandera de la provincia.
Fue además el autor del escudo de la Municipalidad de Neuquén
y de Chos Malal, del tradicional logo de Canal 7 de Neuquén,
del logo del Ente Provincial de Energía del Neuquén
(Epen) y el del Poder Judicial, entre otros premios y distinciones
a nivel local y nacional.
Mastice, hijo de un italiano y una española, nació en
Chile y a los seis años se fue a vivir con su familia a Tierra
del Fuego. A los 15 llegó a Neuquén, donde fue piloto
de una línea aérea, tuvo 4 hijos y hoy disfruta de sus
3 nietos.
Simbología
La interpretación del Escudo, tal como figura en la Ley, es
la siguiente: “Su forma estilizada y el equilibrio todo que
trasunta su figura es el sentir del siglo que vivimos, el adelanto
y la superación. Los laureles y el Sol -parte de nuestro Escudo
Nacional- simbolizan el legado de gloria y libertad heredado de nuestros
mayores y, junto con el azul celeste y blanco, son testimonio de argentinidad”.
Y agrega que “la figura del Lanín, la más bella
expresión de nuestra cordillera nevada, por la majestuosidad
de su forma -milagrosamente perfecta- y por la imponencia de su cúspide
bravía, representa junto con el Pehuén -nuestro árbol
típico- el Neuquén de la leyenda y al indio, el del
arcano telúrico, el de la historia nunca aprendida”.
También menciona que “las dos manos en actitud de ofrenda
dan sensación de la naturaleza que prodiga, dispensa sus dones
a esta tierra del Neuquén. Los extremos de sus dedos sostienen
una diadema de dieciséis estrellas que corresponden a cada
uno de los departamentos que componen la provincia, simbolizando con
esta representación su vida, sus afanes, su indivisibilidad
y su venturoso porvenir. Por último, de entre sus palmas extendidas
se desprende un río caudaloso, típico de montaña
-como el Limay y el Neuquén- que sintetiza en su figura el
significado de impetuoso, fuerte y arrogante del vocablo araucano
‘Neuquén’ así como de la provincia que adoptó
su nombre».
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