El mundo del cine, y sobre todo el proveniente
de la factoría hollywoodense, no han dejado público
sin una película que esté destinada exclusivamente a
él. Están las cintas para los fanáticos de los
videojuegos, para los que el romanticismo les aflora de la piel, para
los que sólo quieren ver PTP (piñas, tiros y patadas)
y hay algunas dedicadas para los que siempre se preguntaron cómo
sería en la gran pantalla esa obra de teatro que tanto les
gustó.
Hace cinco años, Rob Cohen (Bruce Lee: La leyenda del dragón)
mantuvo una reunión con un grupo de productores, en la que
decidieron que había un género que faltaba en la cinematografía:
el tuning. Es decir, las carreras de los autos personalizados.
La fórmula era, por demás, tentadora. Sólo era
necesario contar con dos actores protagónicos no necesariamente
conocidos pero que impactaran en la pantalla, muchas mujeres hermosas
y de grandes curvas y el apoyo económico de las tiendas especializadas
en repuestos automotores.
Y así, de la nada, surgía "Rápido y furioso",
un éxito absoluto y con un récord de taquilla algo modesto.
En el 2003, se estrenó su secuela, pero sólo uno de
los actores originales repetía su papel. Aparentemente, el
resto de elenco no quería saber más del ruido de un
motor.
Y en "Rápido y Furioso: Reto Tokio", directamente
no ha quedado nadie. Se nota el cansancio de la trama y de sus propios
realizadores.
De todas formas, "Reto Tokio" no deja de ser entretenida.
Y ésta es, al fin y al cabo, parte de la esencia del cine.
regular
Director: Justin Li
Guión: Chris Morgan
Idioma: Inglés
Título original: "Fast and furious":
Tokyo drift.
Género: Acción
País: Estados Unidos
Calificación: Apta para mayores de 13 años.
Duración: 104 minutos
Elenco: Lucas Black, Brandon Bendel, Nathalie Kelley
y Bow Wow.
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