Para el actual consultor, el proyecto
del Gasoducto del Sur todavía está muy inmaduro.
Neuquén > Aunque no guste, el futuro energético
a mediano plazo de la Argentina parece estar cada vez más ligado
a Bolivia. Así lo demuestran los últimos acuerdos firmados
por los dos países, pero también las opiniones de los
analistas.
Jorge Lapeña, presidente del Instituto Argentino de la Energía
General Mosconi, sostuvo en un reciente congreso realizado en San
Pablo, Brasil, el proveedor natural de gas en grandes cantidades de
Argentina es Bolivia. En este sentido, remarcó que “está
cerca; tiene mucho gas; consume poco y necesita vender”.
El ex secretario de Energía y actual consultor pone a Bolivia
sobre Venezuela, porque considera que el proyecto del Gasoducto del
Sur “todavía está inmaduro”.
Esas consideraciones fueron expuestas el 21 de junio pasado en el
marco del 3er. Congreso Latinoamericano Nuevas Fronteras Exploratorias,
Tendencias Políticas, Viabilidad de los Proyectos Latinoamericanos.
Bolivia
Si bien asegura que el proveedor natural de gas para Argentina es
Bolivia, Lapeña advierte sobre algunas dificultades que puede
haber en el camino.
“La transformación en Bolivia tiene tiempos políticos
que pueden no coincidir con las urgencias técnicas (el proceso
de cambio político tiene al gas natural, y a los recursos naturales
en general, en el centro de la escena)”, sostiene el ex secretario
de Energía.
Asimismo, advierte que los altos precios del petróleo en el
mercado mundial también impulsaron los del gas natural en todos
los mercados mundiales. Cuando éstos son comparados con los
vigentes en la exportación de gas boliviano a Brasil y a Argentina
actúan como un disparador de gran impacto político.
Inmaduros
Para Lapeña, en el contexto de fuerte perturbación actual
(ver recuadro) aparecen proyectos todavía inmaduros:
1) El denominado “anillo energético”, un gasoducto
que uniría a los yacimientos peruanos de Camisea con el Norte
de Chile y luego con Argentina, es uno de ellos; hoy el nacionalismo
y las reivindicaciones juegan un rol importante; en este contexto
todo indica que no será fácil tomar una rápida
decisión sobre el aprovechamiento de este gas.
2) El otro proyecto es el “gasoducto sudamericano” que
uniría a los riquísimos yacimientos de Venezuela con
los mercados consumidores del sudeste brasileño, la Argentina,
Uruguay, Paraguay…, una obra de magnitud continental, que algún
día podrá ser realidad (estudios de factibilidad mediante)
pero que difícilmente se compatibilice con las actuales exigencias
que requieren plazos perentorios.
Mapa de situación
Neuquén > Para Jorge Lapeña, “Argentina
tiene menos gas del que creía tener; su sistema energético
es “gas dependiente” y no puede hacer frente a la demanda
en forma sostenible creciente del mercado interno (crece al 6%) anual
y a los compromisos externos de largo plazo”.
El país se encuentra en un proceso caracterizado por un fuerte
crecimiento económico después de la crisis del año
2001 con fuerte crecimiento en los principales servicios energéticos:
1) Argentina se encuentra desde 1998 en una fuerte declinación
de la producción de petróleo;
2) Las reservas de gas natural -la columna vertebral del sistema argentino-
han bajado desde los 30 años a fines de los ´80 a menos
de 10 en la actualidad.
3) el consumo interno aumenta; los saldos exportables se reducen dramáticamente;
4) no se ha descubierto ningún yacimiento importante desde
hace por lo menos 15 años y la actividad exploratoria es menor
ahora que hace 20 años.
Bolivia
En los hechos la “nacionalización” que da nombre
al decreto es mucho más que eso:
1) el estado boliviano adquiere el dominio y la propiedad de los hidrocarburos
una vez producidos por las empresas petroleras;
2) la comercialización de estos hidrocarburos y la definición
de las condiciones de venta será realizada por el estado;
3) el estado toma el control de la producción, transporte,
refinación, almacenaje, distribución, comercialización
e industrialización de hidrocarburos;
4) el estado a través YPFB adquiere el 50% más 1 de
las acciones de las empresas más Transredes SA ; Andina SA;
Chaco SA y Petrobras Bolivia Refinación SA;
5) las empresas privadas sólo podrán participar con
contratos de servicios.
Corto y largo plazo
* Es importante el grado de racionalidad con que encare la renegociación
y reconversión de los contratos:
- si primara la racionalidad en las negociaciones, el proceso podría
ser armónico;
- si en cambio se impusiera el voluntarismo y el dogmatismo, se podría
entrar en una fase de alta conflictividad.
En el largo plazo la incógnita se refiere a los precios que
será necesario fijar al gas boliviano que hoy se vende a Brasil
y a la Argentina que contemple la nueva forma de repartición
de la renta entre Estado y empresas; y sobre todo si estos precios
resultantes son compatibles o no con las economías energéticas
de Argentina y de Brasil, respectivamente. |