A 100 años del nacimiento de Osvaldo Pugliese
Acordes e ideales

 
 
Osvaldo Pugliese. Hoy se cumplen 100 años de su nacimiento.
El cantor Carlos Varela y el director Roberto Álvarez recuerdan no sólo la genialidad musical sino su costado humano. Editaron trabajos inéditos.


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Los discos apuntan a rescatar desde un repertorio inédito, la esencia y un costado desconocido de la obra de Osvaldo Pugliese.

Buenos Aires (Télam) > El cantor Carlos Varela y la Orquesta Color Tango, dirigida por el bandoneonista Roberto álvarez, acaban de editar «Ojalá Pugliese» y «Pugliese inéditos», respectivamente, dos discos que apuntan a rescatar desde un repertorio inédito, la esencia y un costado desconocido de la obra DE Osvaldo Pugliese, al cumplirse 10 años de su muerte y 100 años de su nacimiento.
Varela, uno de los referentes más destacados de la canción porteña, y álvarez, quien durante mucho tiempo fue el primer bandoneonista de la orquesta del reconocido compositor y pianista, son amigos desde hace 20 años y, en una extensa charla, hablaron con admiración y entusiasmo contagioso del Pugliese hombre, artista, de su ideología y hasta del mito que lo convierte en una suerte de amuleto entre los músicos.
«Es un hombre que ha compuesto entre 200 y 300 obras, de las cuales sólo grabó 50. Era tan humilde que en cada disco grababa un sólo tema suyo, después grababa ocho de sus músicos y otros cuatro de compositores fuera de la orquesta», recordó álvarez, quien sostuvo con orgullo ser un seguidor de la obra y de la manera en que Pugliese encaraba el trabajo en la orquesta.

Pensamiento
«Esto -continuó- demuestra que él en su pensamiento político mantuvo siempre una conducta, siempre ha estado en los mejores y peores momentos al lado del tango. Fue el único que no desarmó nunca su orquesta».
Durante una hora de entrevista realizada en un café del barrio porteño de Boedo, a media cuadra del estudio de Álvarez, ambos artistas supieron ser cómplices y colegas, cada una de sus intervenciones y bocadillos tenía un único sentido: apoyar o intentar aclarar o redondear la idea del otro.
«Don Osvaldo siempre pensaba en sus músicos, había que pensar en el ‘morfi’ de los músicos que no es cosa banal -agregó Varela-. Él llevaba dentro de su grupo esa ideología».
En ese sentido, Álvarez aclaró que Pugliese jamás quiso imponer su pensamiento en los músicos, aunque «sí hemos tocado gratis para el Partido Comunista. Él decía: ‘muchachos, el que quiera cobrar se le pagará, pero si no cobran mejor’».
«Daba el ejemplo con lo que más le duele al hombre que es el bolsillo. Estuvo preso miles de veces y él seguía insistiendo con sus ideas, pienso que eso es algo, hizo bien en la vida porque estaba convencido de un camino, porque cuando no tenés una decisión, tambaleás», afirmó.
Cantante y bandoneonista coincidieron en que pese a ser un músico preparado y talentoso, siempre apostó al campo de lo popular pero conservando la calidad en su obra. «En los ensayos, para embromar, a veces traía un arreglo con unas armonías tremendas, pero lo hacía como un chiste, después recogía las partes y nunca más las tocábamos. Lo hacía como para decir ‘si quiero puedo escribir difícil’, pero él pensaba en algo que tuviese calidad y que al mismo tiempo lo pudiera silbar el abañil que está laburando con la cuchara», graficó Alvarez.
Otro de los rasgos que destacó Varela era la incapacidad de «Don Osvaldo» (así lo nombró en toda la nota) para sentir envidia. «Alguna vez tuve oportunidad de conocerlo y nunca habló mal de otro músico, se hacía el que no te escuchaba, nunca primó en él la envidia porque era envidiado. Esto es motivo por el cual tiene una estampita», señaló Varela, quien en la tapa de su disco aparece abrazando a un Pugliese plasmado con alas en una ilustración memorable de Hermenegildo Sábat.
El cantante sonrió al pensar en voz alta cómo reaccionaría Pugliese si supiese que muchos lo adoptaron como una suerte de santo, especialmente en el ambiente musical. «El fue ateo toda su vida, creo que si conociera al que inventó la estampita lo mata, o tal vez lo hubiera tomado con mucho humor».
Las anécdotas sobran y los recuerdos abundan, pero Álvarez, como si de alguna manera lo revivira en palabras, no se cansó de describir y de evocar al artista y a su obra.

Social
«Fue un luchador de la parte social -definió el instrumentista-, uno de los fundadores del sindicato de músicos (SADEM). Con esa figura débil tenía una fortaleza por dentro impresionante, era perfecto casi en todo».
Dejando de lado cualquier gesto de vanidad, el director de Color Tango confesó con orgullo haber seguido los pasos de Pugliese dentro de su orquesta porque «siento que todo lo que hacía era lo más correcto que se podía hacer».
«Era muy quisquilloso con los músicos, porque el suyo es un estilo en el que no pueden reemplazarse de un día para otro. Cuando alguno andaba con problemas o fallaba en algo lo invitaba a que se retirara de la orquesta. Siempre decía ‘tomamos una copita y hacemos la despedida’, hasta en eso lo sigo», admitió.
«El no agarraba músicos profesionales, porque prefería que se fueran haciendo en la orquesta. Yo me cansé de ‘hacer’ violinistas, bandoneonistas, pianistas, porque elijo a pibes que toquen pero que no tengan vicios, porque los podés hacer a tu manera y sabés que por dos o tres años van a ser fieles a la causa», agregó.
Al igual que la orquesta de Osvaldo Pugliese, Color Tango funciona como una cooperativa. «No es que todos ganemos lo mismo, pero acá todos pueden sentirse dueños de la orquesta porque las cosas se deciden entre todos y cada uno sabe lo que se cobra en un lugar y lo que va a ganar», graficó.
Inevitablemente volvió el maestro a su mente y evocó que «en una época hubo músicos que llegaron a ganar más que él, como fue el caso del cantor Ricardo Morán, quien en ese momento era popular».
«Pugliese te invitaba a tomar un café y llamaba al mozo a pagar y tenía una moneda en el bolsillo, no sabía de la plata, por eso su mujer, Lidia Elman, era la que manejaba sus finanzas», apuntó.

Homenaje

Buenos Aires (Télam) > El centenario del nacimiento del maestro Osvaldo Pugliese fue celebrado en el frente del solar en que nació, Raúl Scalabrini Ortiz 392, del barrio de Villa Crespo por la agrupación Aporta (Ateneo Porteño del Tango), con el apoyo de la Secretaría de Cultura porteña, ayer a las 19.
Fue en plena calle frente al lugar donde Pugliese nació el 2 de diciembre de 1905, y en el homenaje actuaron su hija Beba, con un trío, y su nieta Carla, pianista, al tiempo que fue descubierta una plaqueta realizada por el fileteador Luis Zorz.
La parte oratoria corrió por cuenta del actor Luis Brandoni, el titular de Aporta, Segismundo Holzman, el poeta Héctor Negro, el presidente de Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Jorge Kirszenbaum, y el académico Oscar del Priore. Adhieren Mariano Mores, Osvaldo Miranda, Eduardo Bergara
Leumann, Leopoldo Federico y de los músicos de Pugliese, Emilio Balcarce, Rodolfo Mederos, Daniel Binelli, Lisandro Adrover, Mauricio Marcelli, Alejandro Prevignano y Merei Brain, y el cantor Abel Córdoba.

Inédito

Buenos Aires> Con la intención de recobrar la memoria de uno de los más grandes compositores de la música ciudadana, el cantor Carlos Varela registró en «Ojalá Pugliese» tres tangos inéditos y otros pocos difundidos, mientras que Color Tango interpretó en «Pugliese inéditos» 10 composiciones que nunca fueron grabadas y cinco tangos propios.
En el caso de Varela y en el campo del tango canción -el área menos explorada por Pugliese-, el camino elegido tiene el valor del riesgo ya que lejos de la comodidad, decidió grabar temas que podrían haber quedado en el olvido y estrenar melodías nunca estrenadas por el artista.
En su disco, el cantor estrenó tres piezas «A barquinazos» y «Viejo barrio poligrillo», ambos con música de Pugliese y letra de Homero Expósito, y «Tu abrazo hermano», que reúne al autor de «La yumba» con Héctor Negro, uno de los letristas fundamentales de la generación del ’70.
«Ojalá Pugliese» también está integrado por composiciones poco difundidas como son «El negro Cambamba» (Pugliese-Francisco Bagala) y el vals «Y somos la gente» (Pugliese-Eladia Blázquez), entre otras obras.
En «Pugliese inédito», la orquesta Color Tango interpretó una decena de obras inéditas del artista, entre las que se cuentan «Barriada», «Para Héctor Larrea», «De mi corral», úMarga», «Amorando», «Los obreros gráficos» y «Como flor de yuyo». Como una suerte de continuidad de la obra del maestro, Álvarez se anima a incorporar en el disco nuevos tangos (con autoría de diferentes integrantes de la orquesta) que en la línea compositiva de Pugliese se titulan «Cadenero», «Pa`los tres», «Estación Paternal», «Oxidado» y «Piqueteros».

Ambos tomaron el riesgo de interpretar obras inéditas o poco conocidas de Pugliese. ¿Cómo surgió la idea?
Es una forma de homenajear a alguien que sigue haciendo mucho por la música aún no estando en vida. En el caso de Color Tango el riesgo quizá es más grande, porque se pusieron en el rescate de un material que Don Osvaldo no había ni atisbado a arreglar. Yo lo único que pude encontrar de su obra con letra fueron tres temas, el resto son obras conocidas y otras no tanto.

¿Qué lo motivó a este tributo?
El homenaje en realidad es eterno, lo único que uno hace es plasmar una obra para quede a través del tiempo, ya que uno necesita esas guías que son las que encauzan, las que van marcando un norte hacia donde seguir con el laburo, porque hoy, que ya no se vive al compás del tango, uno se encuentra un poco guacho.

En el caso de Color Tango, ¿cómo consiguieron esta decena de obras que Pugliese nunca había registrado?
Fue a través de una gira que hicimos con Lidia Pugliese a Europa, en homenaje a su marido. Íbamos viajando en tren y le comenté que sabía que había obras suyas que no había editado y que nos gustaría interpretarlas. A ella le pareció interesantísimo. Un día fuimos a la casa y elegimos 10 temas y algunos incluso no estaban terminados, como fue el caso de «Obreros gráficos», cuya segunda parte terminé yo y espero que Osvaldo me perdone desde arriba.

¿Qué es lo que lo diferencia a Pugliese de otros compositores de tango?
Yo amo ese estilo, hoy se ve una gran cantidad de jóvenes que eligen su estilo porque es tradicional y a la vez tiene una riqueza musical extraordinaria que se puede seguir
desarrollando. Lo de Pugliese es una escuela decariana donde hay arreglos y contrapuntos muy interesantes. A través de tangos como «La Yumba», «Nergracha» y «Malandraca» hizo un cambio en el tango y el mismo Astor Piazzolla tomó ideas de esas frases repetitivas que hizo en sus tangos.

Escenario
Pugliese: el santo ateo

Por ESTEBAN FLORIANO

Neuquén > «Protégenos de todo aquel que no escucha/Ampáranos de la mufa (mala suerte) de los que insisten con la patita de pollo nacional/Ayúdanos a entrar en armonía e ilumínanos para que no sea la desgracia la única acción cooperativa», rezaba una oración a «San Pugliese», impresa en unas estampitas que sirvieron para promocionar el IV Festival Buenos Aires Tango, en 2002.
Por alguna razón –tal vez no tan extraña-, la figura de Osvaldo Pugliese trascendió los espacios del tango y de la música. Entonces, este ateo militante se convirtió en una especie de santo popular.
León Gieco recuerda que «siempre mencionamos a Pugliese», en su tema «Los Salieris de Charly». Árbol, una banda de enorme crecimiento durante los últimos años, grita «Pugliese, Pugliese, siempre de mi lado, quiero tener la suerte de mi lado», en «Suerte», canción incluida en «Guau!», su último disco. Los Kapanga nombraron a la quinta en la que se recluyeron para componer su disco «Esta!» como «El Instituto Mental Osvaldo Pugliese».
Remeras, estampitas y cuadros con su rostro son cada vez más frecuentes en un paisaje repleto de notas y acordes, aún distantes del 2 x 4. Sebastián Bianchini, integrante de Árbol, agregó un nuevo elemento a esta serie de objetos «anti-mufas»: el pin del Maestro. En un principio, sólo fue repartido entre amigos, pero ahora puede conseguirse también con el disco «Margarita», de Amarillo, su banda paralela.
«Ojalá Pugliese», el disco de Carlos Varela, es un llamado a un cambio del estado de las cosas, un llamado a la buena suerte. Así como «Olé» (en árabe, wa-Allah) significa «Por Dios», «Ojalá» (wa-sa´ Allah) quiere decir «y quiera Dios».
En suma, el pianista del clavel rojo –su orquesta ponía una flor en su instrumento cada vez que se presentaba y su líder estaba detenido- mantuvo sus principios hasta el final, incluidos los ideológicos. Y, sin salirse de ese libreto, fue un hombre al que le fue bien en un medio y un país complicados, donde los fracasos cotidianos son tan autóctonos como el lunfardo.

 

 


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