Por PAULA SARANDRÍA
Frente a este panorama, la provincia trabaja en proyectos
que apuntan al manejo de los productores en la etapa de faena y frío.
Un panorama actual caracterizado por importantes dificultades en
la faz de la comercialización, con precios poco competitivos
y escaso margen de negociación, aparece como una de las características
de la actividad cunícola en Río Negro. Como contrapartida,
se perfila la intervención del Estado a través de proyectos
que apuestan a una reconversión de la producción, contemplando
una mayor infraestructura para faena y frío manejada de los
propios productores.
Justamente este diagnóstico de la situación es el que
permite entender la disminución de actores ligados a esta actividad
productiva: de más de 80 productores cunícolas que había
tiempo atrás, actualmente se pueden contabilizar unos 60, distribuidos
en las distintas zonas en las que se divide a la provincia como son
el Alto Valle, Valle Medio, Río Colorado y Valle Inferior.
En la actualidad, el esquema de comercialización de la cunicultura
en la provincia está organizado a través de la venta
a frigoríficos -generalmente de la provincia de Buenos Aires-
que realizan cargas de producción en los distintos criaderos
en volúmenes no muy importantes, y que destinan la mercadería
a la exportación.
Especulación
La dependencia con esas firmas genera poco margen de negociación
de precios, que por estos días se está vendiendo a razón
de 3,15 pesos el kilo en pie, y hasta “un cierto grado de especulación”,
según analiza Carlos Carrilao, coordinador del Programa de
Cunicultura en la provincia. Como contrapartida, la inversión
que demanda la cría de estos animales hace que los números
“no cierren” para los productores.
“Otro de los temas que juega en contra es que hay épocas,
durante mayo y junio, que los frigoríficos tienen prioridad
con la comercialización de la liebre y no se le da tanta importancia
al conejo”, explica el funcionario.
Lo cierto es que más allá de las particularidades regionales,
la Argentina tiene muy poca incidencia en el mercado de la cunicultura
a nivel global, si se tiene en cuenta que consumen en la Comunidad
Europea 200.000 toneladas por año, y el país sólo
vende 2.500.
El turismo europeo como nicho de mercado
Para Carrilao, “es necesario cambiar ciertas mentalidades,
que ven a la exportación como la única salida de crecimiento,
porque de esta manera la actividad cunícola en Río Negro
puede desaparecer”.
En este contexto, y en el marco del proyecto que la provincia está
impulsando para reconvertir la actividad (ver recuadro aparte), la
mirada debe centrarse, para el funcionario, en el mercado interno.
“Pero cuando decimos mercado interno me refiero a que se apueste
al turismo internacional, gran consumidor de conejos en sus países,
ofreciéndoles a través del servicio gastronómico
platos elaborados en base a este producto”, indica Carrilao,
quien considera que se trata este de un nicho de mercado a explotar.
Como dato para sustentar esta afirmación, explicó que
el 80 por ciento del turismo que llega a Río Negro es europeo,
y que no se encuentra con una buena oferta de platos con sus particularidades
patagónicas, pero que incluyan al conejo.
Una actividad alternativa en Neuquén
Un balance oficial indicó que ya se exportaron 40
mil gazapos.
Se buscará desarrollar el consumo de carne de conejo
en el mercado local para poder equilibrar los vaivenes en la exportación.
Días atrás se concretó el último envío
de conejos y con esas cifras, la cuenca neuquina ya exportó
a 40 mil gazapos. Ese volumen equivale a unas 100 toneladas de carne
de conejo en pie.
De esa manera y con los indicadores en la mano, desde el Ministerio
de Producción y Turismo junto al centro Pyme de Neuquén
se informó el excelente nivel que está registrando esta
actividad en la provincia.
De acuerdo con lo informado por el Ministerio de Producción
y Turismo y el Centro de Promoción y Desarrollo para la Pequeña
y Mediana Empresa (Centro Pyme), con el último envío
a frigorífico, la cuenca cunícola neuquina lleva exportados
40.000 gazapos que equivalen a 100 toneladas de carne de conejo en
pie.
Desde esa cartera provincial se destacó que el volumen obtenido
en medio de una importante crisis del sector, lo que evidencia el
apoyo eficaz que reciben los productores cunícolas integrantes
del proyecto provincial que fuera estructurado y gestionado por el
Centro Pyme.
Cuenca cunícola
“Este proyecto se definió y caracterizó con el
propósito de generar una Cuenca Cunícola en la provincia
que incorpore factores diferenciadores cualitativa y cuantitativamente,
de tal manera de poseer ventajas competitivas que otorguen primacía
en un proceso de crecimiento de la producción esperable en
el ámbito nacional”, se indicó desde el ministerio
a cargo de Marcelo Fernández Dötzel.
Se agregó que el desarrollo de la cuenca se definió
territorialmente en etapas, conforme se fueran cumpliendo los objetivos
que consolidarán a la misma. La primera fase contempla las
localidades de San Patricio del Chañar, Centenario, Neuquén,
Plottier, Senillosa, Cutral Co, Plaza Huincul, Picún Leufú
y Zapala.
A partir de la consulta con los propios cunicultores, se elaboró
un diagnóstico y un posterior programa de actividades para
un mayor desarrollo de la actividad que se presenta como una verdadera
alternativa para muchos pequeños emprendedores.
Planificación
El plan de acciones contempla la continuación de la capacitación
y asistencia técnica en toda la cadena, para permitir cumplir
con el objetivo de una cunicultura industrializada, y que los productores
estén altamente capacitados y profesionalizados.
Otra de las acciones que lleva adelante el Centro Pyme en este programa
es el respaldo permanente a la radicación de un Centro Privado
de Multiplicación Genética Francesa y de Reproducción
Asistida, con tecnología apropiada para asistir al productor.
Esta iniciativa fomentaría, además, la instalación
de una industria frigorífica, de proceso y matadero, cuyas
instalaciones permitan exportar un producto según las normas
internacionales de alimentación.
Actualmente se están culminando los trabajos para el desarrollo
del mercado regional, con la meta de enfrentar los vaivenes de la
exportación y brindar una alternativa a la actual demanda de
otras carnes tradicionales como la de vaca y pollo en función
de su consumo.
Salas de faena y un frigorífico
A través del Programa de Cunicultura de Río Negro,
se elaboró un proyecto de reconversión de la actividad
que contempla políticas de promoción e inversión
en infraestructura. Concretamente, se apuesta a la instalación
de cuatro salas de faena locales que permitan el tránsito federal
de la producción, como así también de plantas
elaboradoras de productos en base a conejo (enlatados, escabeches,
paté).
Estas salas de faena deberían distribuirse en la provincia
de manera estratégica, teniendo en cuenta que estén
cercanas a los criaderos. De esta manera, se dejaría de tener
la dependencia con los frigoríficos a la hora de la comercialización.
Los planos de estas instalaciones ya fueron presentados a la Dirección
de Industria, mientras que también está en etapa de
análisis de qué manera se podría financiar el
proyecto. “Hay organismos nacionales que otorgan fondos para
este tipo de iniciativas, pero también la idea es que haya
una participación directa de la provincia”, señaló
Carrilao. Sería a través de un traspaso del Estado al
sector privado (a productores que integren asociaciones cunícolas
y bajo un esquema cooperativo), mientras que tras un período
de prueba, se podría pensar en un contrato de concesión.
En este marco, otro de los planes desde el programa cunícola
apunta a la instalación de un frigorífico que podría
estar ubicado en Allen, ya pensando en la posibilidad de exportación.
En esta idea se piensa además la posibilidad de asociación
con otras provincias, de manera de “crear un bloque asociativo
en la Patagonia”.
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