Religión y travesía por la Cordillera del Viento

 
  Más de 350 peregrinos concurrieron a la iglesia de Ailinco para venerar a la Virgen de Lourdes, patrona de los enfermos y referente de los crianceros.


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A caballo, a pie, en auto o como pudieron, los fieles llegaron hasta
la iglesia de Ailinco.

Ailinco(Enviado especial) > La tranquilidad de la población de Ailinco, paraje ubicado a 700 kilómetros de la capital, se conmovió por la llegada de más de 350 fieles a caballo, caminando, en auto o como pudieron, para venerar a la virgen de Lourdes, patrona de la enfermedad y principal referente de todos los arrieros y habitantes de la región.
La festividad religiosa se lleva a cabo desde hace varias décadas, y es la excusa primordial para que los organizadores de la tradicional cabalgata iniciaran la travesía, por quinta vez consecutiva, días antes del festejo. La misma tuvo un trayecto de 110 kilómetros y unió la localidad de Huinganco con la de Ailinco.
La experiencia sirvió para que turistas, arrieros y baquianos de la zona disfrutaran de los hermosos paisajes y degustaran deliciosos sabores tradicionales del lugar. Las tortas fritas, los quesos, el chivito, la chupilca y el pan casero fueron la tentación de los más de 85 aventureros que, montados en sus caballos, iniciaron el jueves 9 una aventura que finalizó el sábado 12 de febrero, con la celebración de la misa y veneración a la Virgen.
Este evento se viene desarrollando de forma ininterrumpida desde el año 2001. Y con el paso de los años se ha convertido en un viaje donde, además de lo religioso, se difunde ampliamente el turismo del Norte de la provincia del Neuquén.
Sin embargo, quedó en evidencia que aún faltan obras de infraestructura para el confort de los visitantes. Ésta es una tarea a trabajar con profundidad pensando en el próximo año.
La interminable fila de caballos bajó la loma que une el campo de Juan Sepúlveda con la iglesia, y se encontró con el recibimiento de los participantes de la cabalgata religiosa que partió tres días antes desde Tricao Malal, en la cuenca del Curi Leuvú, hacia el volcán Domuyo por el Este de la misma cadena montañosa.
Así, en total, fueron cerca de 150 los que llegaron montados en sus “pingos” desafiando las montañas, praderas y el desierto para ofrecerle rezo, lágrimas y devoción a Lourdes. La emotiva misa, donde todos participan de gala, fue dada por el párroco de Andacollo, Enrique Domínguez. La celebración sirvió, además, para que Ailen Marisol Espinosa y Alfredo Alejandro de La Vega fuesen bautizados “en la casa del amor: la iglesia donde uno se encuentra con la paz”, dijo Martín Hidalgo.
Al finalizar la misa, un exquisito asado de sabrosos chivitos hechos a la cruz, baile y mucho canto despidieron a los turistas hasta que el sol se escondió detrás del Domuyo.

Inicio de la travesía
En medio del crepúsculo matutino del día 9, los más de 85 jinetes con sus caballos emprendieron el camino por la imponente Cordillera del Viento, acompañados por los baquianos duchos de la zona, atentos y cordiales durante todo el trayecto. Los110 kilómetros eran todo un desafío, pero aún mayor, el toparse con imágenes de un paisaje único e imperdible de conocer.
El anuncio, de parte de los organizadores (Municipalidad de Huinganco, Subsecretaría de Juventud y Deporte, y el apoyo de la Subsecretaría de Turismo) llegó y los “matungos” comenzaron el recorrido. La senda tenía diagramadas distintas paradas en parajes, pueblos y en medio del campo para alimentarse y compartir la atenta cordialidad de los habitantes del Norte. Además, se hicieron, para degustar, infinidades de especialidades gastronómicas clásicas de la región, acompañadas por la fresca agua de los arroyos.
La primera parada se hizo en Butalón Norte, donde se comió el clásico chivito y se compartieron comentarios entre los norteños, los neuquinos y los provincianos que llegaron de diferentes puntos del país. A ello hay que sumarle la presencia de un español.
Después de dos horas de descanso, la cabalgata continuó hasta Varvarco, cuna del folklore y la cueca. De manera estelar,3 3 3 3 los vecinos congregados en las puertas de sus casas recibieron a la virgen con aplausos, lágrimas en los ojos y mucha algarabía. La Municipalidad tenía preparado un evento especial y Olga Ester Castillo, la cantora más antigua de la zona, cantó para todos los presentes. Por la noche, estuvieron en el escenario la atracción juvenil del pueblo: las cantorcitas de Varvarco.
El segundo día estaría signado a la belleza de la región. La travesía se vistió de hermosura, tierra seca, montañas, y todo lo atractivo de la zona. La inmensidad del paisaje sería indescriptible en palabras. “Esto es el paraíso; hay que vivirlo para contarlo”, dijo Matilde, una señora mayor que llegó desde Buenos Aires para compartir junto a los crianceros la experiencia de peregrinar a caballo. A su lado, la réplica de Lourdes acompañó su experiencia.
En ese trayecto, la cordillera entregó postales imborrables como la formación de Los Bolillos distribuidos por el campo y praderas de piedras inmensas que albergaban en su interior un arroyo, el Atreuco. “Las imágenes pasan al igual que los segundos en nuestra vida. La diferencia está en que cada segundo que permanecemos en esta cabalgata, convivimos con historia y un paisaje poco comparable en el país”, remarcó un baquiano puro del Norte.
La jornada tuvo su final pasadas las 18 en “Los Menucos”, un puesto que pertenece a Juan Sepúlveda. “Ésta es la última parada donde compartimos el final de la cabalgata bailando en un corral del campo. En un futuro podrán cambiarse las paradas, pero el final está asignado a esta vega”, dijo Evaristo Retamal, integrante del grupo de apoyo logístico.

Rezo en la cumbre
En lo alto de la cima, los fieles veneraron su virgen entre llantos y rezos por motivos diferentes. Rodeando la cruz del cerro, los religiosos prestaron atención a las palabras de Enrique Domínguez, quien pidió por los enfermos, los sanos y todos los presentes. “Subidos acá en la montaña nos sirve para pensar y mirar todo con el sólo hecho de abrir los ojos. Muchas veces es importante tomarnos un descanso, subir a la pradera y reflexionar antes de dar un paso en falso”.
Llamó la atención ver a los niños paralizados ante el sermón del párroco. También, observar a vecinos descalzos, pidiendo arrodillados por la salud de familiares o amigos. Todo realizado con enorme fe e incansable compromiso. Compromiso que vienen asumiendo desde hace más de 40 años, momento en que los crianceros comenzaron a acercarse para pedirle favores y dejarle ofrendas a su virgen: la de Lourdes. Ésa que consideran su compañera diaria y veneran todos los 12 de febrero.

La ternura de un nene con sus abuelos a caballo

En esta edición hubo familiares y amigos, pero la atracción pasó por Lerislao y «Juancito», abuelo y nieto juntos por primera vez.

Huinganco > Para uno fue una experiencia más de las tantas en sus 86 años de vida. Para otro, toda una novedad con sus siete años. A los dos los une una única pasión: el caballo. Ésta es la historia de Lerislao Herrera y Juan Espinosa, abuelo y nieto, quienes decidieron volcar sus afectos diarios montados en su animal para recorrer 20 horas de una travesía imponente en el Norte neuquino.
“Esta experiencia es única porque se construyen nuevos amigos, compartimos historias diferentes y andamos permanentemente a caballo”, dijo Lerislao, que sin esconder su emoción por tratarse de una edición especial, agregó: “Ésta es mi cuarta cabalgata y una de las más lindas por el hecho de que no sólo voy acompañado de mi mujer, sino que en esta oportunidad se me sumó Juancito (nieto)”, expresó emocionado Don Herrera.
“Me encanta andar a caballo. Pedí uno prestado y esperaba este día desde hace mucho. Anoche tenía miedo de no despertarme o que mis papás no me llamaran a tiempo para salir temprano con todos los caballos”, dijo Juan Espinosa.
El más pequeño de la quinta edición, montado en su yegua blanca, fue el atractivo de todos los jinetes. Con bombacha y chaleco negro, camisa blanca, sombrero y anteojos de sol estuvo presente desde principio hasta final. “Me gustó todo. Ya había venido, pero nunca solo. Lástima que se terminó”, dijo el nene con una sonrisa en la iglesia de Ailinco.
“Esto termina para la mayoría, pero para mí no. Mi retorno es haciendo el mismo trayecto que hicimos todos, pero con la diferencia de que voy acompañando a los baquianos en su regreso”, detalló Don Herrera.
Abuelo y nieto. Historias diferentes con un mismo reto: hacer la tradicional cabalgata desafiando el calor, el sol, las montañas y todo lo que se les cruzó durante los tres días. Tiempo en que Lerislao y Juancito compartieron la cabalgata por la Cordillera del Viento.

La verdadera historia

Muchos de quienes peregrinan durante el mes de febrero son los que levantaron las paredes de la iglesia.

Huinganco > La cabalgata, hoy convertida en un evento de concurrencia turística, comenzó como una simple iniciativa de arrieros y amigos locales. “Nosotros fuimos quienes levantamos las paredes de la iglesia donde le brindamos homenaje y devoción a Lourdes”, dijo César Espinosa, secretario de Gobierno del municipio.
“Todos los años un grupo de amigos íbamos para brindarle homenaje a nuestra querida virgen y trabajábamos durante días en la construcción de lo que hoy es una realidad. De esta manera comenzó esto que se da hoy en el Norte de la provincia”, recordó César.
“Y todos los 12 de febrero nos acompañaban vecinos que llegaban como podían a venerar la virgen. Así, un día, acompañados por mucha gente, uno de los presentes tiró la idea de venir al año siguiente a caballo desde Huinganco para hacer más emotiva la concurrencia. Así fue como nos organizamos y a partir del año 2001 un grupo pequeño de conocidos, a lo que se le fueron agregando vecinos por diferentes parajes, hicimos la primer cabalgata”, rememoró Espinosa.
Esta historia cumplió cinco años. Media década de aventura a caballo con la misión de brindarle su rezo a la Virgen de Lourdes.

Promesa cumplida

Un vecino de la localidad de Chos Malal aprovechó la aventura para depositar una réplica de San Sebastián en medio del camino.

Ailinco > «Participo de esta ceremonia porque soy demasiado religioso y, además, porque es importante acompañar a la virgen. Tengo una promesa que cumplir y no pararé hasta llegar a ella», dijo durante el primer día Juan Oviedo, vecino de Chos Malal.
«La promesa la hice hace unos meses y me siento orgulloso de cumplirla en este momento. Voy a dejar una réplica del santo San Sebastián en la ermita que el tiene en una de las praderas por las que pasaremos yendo hacia Aguas Calientes», agregó.
Y así fue nomás. El viernes a las 13.30, Oviedo bajó de su caballo con la réplica del santo, destapó la ermita y la depositó en su interior. En ese momento, con lágrimas en los ojos dijo: «Logré lo que me había propuesto y espero que sirva para ayudar a todos los que pasen por este lugar. También para que nos ayude a todos en nuestros pasos de acá hacia el futuro».
Junto a este vecino, los baquianos del Norte se persignaron, lo acompañaron en ese momento y le brindaron palabras de agradecimiento.

Figueroa: «Estamos conformes»

Neuquén > El secretario de Estado de Juventud y Deportes, Rolando Figueroa, se mostró satisfecho con los resultados de la 5ª edición de la cabalgata Huinganco-Ailinco, al decir que «vemos que lo que hicimos hace cinco años ha dado sus frutos, ha sido muy acompañado, no sólo por las personas que están a cargo de una institución o del gobierno municipal, sino que se han sumado las comunidades del Norte de la provincia. Esto es muy positivo».
«Siempre hemos tenido el acompañamiento de los turistas y de las comunidades de la zona Norte y esto se debe a la puesta en valor turístico de estos lugares», manifestó el secretario de Estado. «Hoy podemos ver cómo los distintos jóvenes que crían caballos y que los alquilan año a año van esperando el mes de febrero para tener este ingreso extraordinario y preparan los animales para que estén al servicio del turista», dijo.

Cronología de los tres días de viaje

1 El inicio fue en Huinganco, a las 6 de la mañana. Hubo una parada para el desayuno en el paraje Ñireco y más tarde se almorzó en Butalón Norte. La jornada cerró en Varvarco, donde la fiesta la dieron las Cantorcitas de Varvarco.

2 Ésta fue la mejor parte de la cabalgata. Además de encontrarse el mejor paisaje, como fue el «Cajón de Atreuco», estuvo el popular baile llevado a cabo dentro de un corral donde se alojan chivos. Todos los presentes bailaron la cueca y mucha cumbia hasta horas de la madrugada.

3 El final llegó el sábado 12 de febrero, cuando se desarrolló la misa. Ahí hubo oportunidad para escuchar la palabra del párroco Enrique Domínguez y el bautismo de dos niños. Lo llamativo estuvo en que antes de bautizarlos, el padre preguntó abiertamente a los presentes si estaban de acuerdo o no con llevar a cabo dicha ceremonia.

 

 


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