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«Desalojo violento»
El 7 de abril del año 2006 el señor Aarón
Bravo fue desalojado en forma violenta por efectivos de la policía,
lo cual el juez Varessio puede simularlo como un desalojo pero a todas
luces quedó claro, tal como se vio por todos los medios de
difusión, que fue una cruel y atroz represión. Este
juez, sin haber realizado un previo examen de títulos, con
la copia simple de una escritura, impartió una orden de allanamiento
y desalojo, con ello se puede apreciar que no se cercioró de
acreditar la verosimilitud del derecho invocado por el famoso ciudadano
Carlos Álvarez.
Con esta manera de actuar el juez Daniel Varessio nos demuestra que
cualquier persona con una escritura en la mano podría destituirlo
a usted señor o a usted señora que reside en su hogar
hace varios años habiendo adquirido la propiedad como un boleto
de compra venta y teniendo la efectiva posesión.
Este proceder lo desacredita como funcionario judicial y provoca pánico
en la sociedad, ya que cualquier habitante en estas condiciones podría
ser víctima de un brutal desalojo como el que se realizó
el 7/4/06 en la chacra 122 A.
No tiene marco jurídico la decisión llevada adelante
por el Juez, quien en todos los diarios afirmó que impartió
la orden de desalojo una vez corroborada la propiedad de las tierras.
Yo me pregunto si la constatación la realizó en base
a una fotocopia de una escritura simple, tal como surge de la causa
penal, qué clase de seguridad jurídica podemos tener
los neuquinos. El procedimiento correcto, para comprobar como dijo
el señor juez, hubiese sido primero oír a la otra parte,
concederle el derecho de defensa en juicio que tiene cualquier ciudadano
y que hace a un estado de Derecho y a una imparcialidad judicial.
Pero como todos sabemos esto último esto último está
constantemente en tela de juicio.
Además de este procedimiento viciado de grandes irregularidades
no sólo se dejó a muchísimas familias sin su
fuente de trabajo y de sustento sino también se despojó
a muchos del lugar en el que viven. No conformándose con eso,
se les incautó los materiales que eran el centro de su actividad
laboral ocasionándoles de este modo serios perjuicios económicos.
Dejándolos a la deriva y privándolos de su derecho al
trabajo y a una vivienda digna.
Por otro lado, los medios obviaron de informar que el jefe de la policía
Carlos David Zalazar dejó expresa constancia en la causa penal
de que no se debería realizar un desalojo, ya que en el predio
habían muchas mujeres, niños, mujeres embarazadas, no
pudiendo garantizar la seguridad de quienes se encontraban en el lugar
como así tampoco la de los efectivos de la policía.
Se adelantó a decir que dicha medida concluiría en un
desenlace fatal y que la responsabilidad sería pura y exclusivamente
del juez dejando esto en su conciencia.
Con esto se puede apreciar que el juez Daniel Varessio no tiene mucha
conciencia, ya que omitió todo lo informado por el jefe de
la policía, siendo él el más entendido en el
tema y quien podía emitir una opinión real y concreta
sobre las consecuencias del desalojo. Sin haberse hecho presente en
el lugar, y sentado detrás de su escritorio reiteró
la medida de desalojo y yendo aún más lejos, ordenó
el pedido de captura del señor Luis Aarón Bravo quien
se encuentra poseyendo la chacra 122 A desde hace más de 18
años, siendo esto un hecho de público conocimiento,
ya que lo hizo en forma pública, pacífica, ininterrumpida
y libre de vicios. Poniendo en clara evidencia que la denuncia de
Carlos Álvarez por presunta usurpación, resulta no sólo
un absurdo sino una aberración a la justicia. Ya que conforme
el código penal para que exista delito de usurpación
que se haya despojado a otro en forma violenta, bajo amenazas, engaños,
abusos de confianza y clandestinidad con lo cual queda claro que no
es el caso en cuestión. Creemos en una justicia imparcial pero
estas aberraciones dejan mucho que pesear.
El juez Varessio dictó el pedido de captura del señor
Bravo, ese mismo día fue presentado un pedido de eximición
de prisión y un hábeas corpus preventivo los cuales
fueron resueltos por el mismo juez en forma negativa.
Ahora bien, el hábeas corpus preventivo fue fundado en los
motivos de salud que padece el señor Bravo, ay que es un paciente
de riesgo (hipertenso severo, insulino dependiente y con una insuficiencia
renal crónica), que requiere intensivos cuidados, por lo cual
no estaba en condiciones de perder su libertad ambulatoria.
Esto tampoco le interesó al señor Juez (si se lo puede
llamar señor, ya que parece que la parte humana la dejó
olvidada en el pasado), es dable recordarle que estudió una
carrera humanística, en la cual la persona y sus derechos son
la cúpula principal de todo el ordenamiento jurídico.
Sin embargo, rechazó el hábeas corpus basándose
en la imputación de los supuestos delitos cometidos dejando
de lado los derechos constitucionales y derechos humanos que lo amparan
y por sobre todas las cosas los tres derechos fundamentales: el derecho
a la vida, a la integridad física y a la defensa en juicio.
Continuando con la postura adoptada desde el comienzo de las actuaciones
penales, ayer se difundió que rechazó la excarcelación,
su decisión fue meramente caprichosa y poco jurídica,
ya que es importantísimo destacar que la opinión del
fiscal fue que correspondía hacer lugar a la misma. Pero…
que podemos esperar.
Emilio León Bravo
DNI 30.144.951
«Derroche y contaminación del agua»
Entre el gasto desmedido del consumo de agua en donde
todos somos responsables; y la contaminación producida por
distintos factores en donde también está la mano del
hombre; no se vislumbra que este líquido vital: EL AGUA, pueda
llegar a existir dentro de tres décadas.
Por un lado se advierte el descontrol en el uso: ya sea por parte
de los que la utilizan para lavar las veredas; en el lavado de vehículos,
tanto en los lavaderos como en los domicilios; el riego excesivo de
plantas; independiente de las pérdidas permanentes que se producen
por cañerías en mal estado, el goteo de surtidores y
tanques o mochilas de inodoros deteriorados.
Por otro lado está la contaminación; la cual surge principalmente
de las distintas industrias, las cuales en más o en menos,
arrojan diversas sustancias nocivas a los cauces de los ríos,
lagos, mantos acuíferos, etc.; provocando con ello el envenenamiento
y el posterior agotamiento del agua.
Posiblemente el hecho de disfrutar permanentemente del uso del AGUA,
es más en abundancia, nos hace pensar que la misma nunca podrá
agotarse.
De ninguna manera quisiéramos ser responsables, de que las
generaciones venideras sufran las consecuencias de su escasez. Pero
sería muy lamentable que ello ocurriera y, que por desoír
los distintos llamados o avisos de que la cuidemos, se terminara por
destruir el medio ambiente.
No debemos olvidar que, posiblemente ante la falta de recursos naturales
de agua y, como consecuencia de que no se le podrá dar el debido
uso: beber la cantidad necesaria, uso adecuado para higiene, etc;
traerán infecciones gastrointestinales, enfermedades de la
piel y de las vías urinarias.
Las industrias podrían llegar a paralizarse y el desempleo
sería dramático.
No lleguemos nunca a que nuestros hijos nos pregunten: Papá!
por qué se acabó el agua?. De sólo pensarlo siento
un nudo en la garganta.
Cómo me gustaría que toda la humanidad hubiera comprendido
esto...
...todavía estamos a tiempo de salvar nuestro planeta Tierra.
Juan Carlos Francisco Fernández
DNI 8.146.170
Congreso 1525 4º B- C.P. 1428 Capital Federal
T.E. 47872490 |
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