El programa sanitario dividió
sus funciones en cuanto al monitoreo y el poder de policía para
aplicar sanciones. Neuquén > El
coordinador del Programa de Supresión de la Carpocapsa, Adolfo
García Barros, reseñó los logros y falencias
que hoy tiene el plan sanitario. Destacó la formación
de grupos de productores con chacras colindantes como una experiencia
que apunta al control colectivo de la plaga y a compartir los problemas
y su forma de solucionarlos.
El programa tiene un presupuesto de $ 450.000 por año que se
utiliza en el pago de honorarios para los profesionales encargados
del monitoreo y parte también en la adquisición de insumos.
El coordinador informó que el Servicio Nacional de Sanidad
y Calidad Agroalimentaria (Senasa) había dividido las funciones
para que no sea el mismo fiscalizador el encargado de aplicar sanciones.
Como falencias del programa indicó que no ha tenido la universalidad
de abarcar a todos los productores y tampoco la definición
concreta respecto al método elegido para promover. Ahora se
tomó la decisión de hacerlo mediante el método
de confusión sexual.
¿Podría realizar una radiografía del
programa?
El programa de supresión de la carpocapsa ya tiene diez años
y yo estoy hace dos años coordinándolo. Ha ido realizando
acciones tendientes a resolver el problema de la carpocapsa y lograr
una menor incidencia en términos de daño de fruta. Siempre
ha estado acotado a recursos limitados, humanos, de insumos, etc.
Los profesionales que tenía el programa venían trabajando
con múltiples tareas, eran fiscalizadores, realizaban tareas
de extensión y capacitación. Este último año
el Senasa asume con un equipo propio la tarea de fiscalización
y el programa está focalizado a lo que tiene que ver con la
transferencia tecnológica y el seguimiento de actividades de
campo. La tarea se hace igual con recursos limitados, estamos hablando
de un presupuesto de 450 mil pesos.
¿Qué avances tuvo?
Este año hemos avanzado en la conformación de prebloques,
una instancia previa a lo que se denomina bloque de confusión
sexual que está en vísperas de ser implementado en el
marco del programa nacional. Se conforma un grupo donde participan
productores que hacen confusión sexual con otros que realizan
los tratamientos convencionales para el control de la plaga.
Se avanza en una organización común, un análisis
y seguimiento de la plaga más compartido, apuntando a hacer
más eficiente el uso de los recursos disponibles. Tienen que
ser chacras colindantes, en Cipolletti hemos desarrollado dos prebloques,
en San Patricio del Chañar hemos avanzado en un área
más importante, casi la totalidad del área; y también
tenemos prebloques en Fernández Oro, Allen, Chichinales, Villa
Regina y Valle Medio. Se ha hecho en función de la disponibilidad
de profesionales, este año hemos tenido cinco bajas que, de
algún modo, buscaron otros horizontes.
Seguimiento
La experiencia llevada a cabo nos ha permitido hacer un seguimiento
micro de todas las tareas de campo, como establecer la logística
y los procesos en cuanto a realizar los tratamientos oportunos. Hay
un seguimiento pormenorizado y semanal de cada cuadro y en paralelo
se hace un tratamiento con químico ajustado al poder residual
del producto. Se toma el metil azinfos que tiene 14 días de
poder residual y, al cumplirse ese plazo, debiera el productor reiniciar
el tratamiento a fin de mantener la cobertura del monte, en todo lo
que se denomina la primera generación. Si se cumple hace al
resultado final. Hay circunstancias de tipo coyuntural como los factores
climáticos que afectan la eficiencia de la cobertura. Aquí
es donde se producen ventanas en las cuales la plaga puede nuevamente
causar daño, porque tal vez no se está en condiciones
de reiterar el tratamiento en forma rápida.
Se impulsa el uso de la nueva tecnología como la confusión
sexual porque le da al productor la posibilidad de tener bajo control
el monte pese a la lluvia y el viento. También el objetivo
es disminuir el uso de los productos órgano fosforados. Estamos
frente a un problema que, en el orden internacional, tenemos restricciones
en términos de los productos químicos que usamos y también
en cuanto a la presencia de la carpocapsa.
¿Qué han detectado?
Hay que darle un nuevo valor al control de la plaga. No por mucho
conocida existe un verdadero celo en su control. Operan infinidad
de factores, de orden estructural como la no rentabilidad, en términos
de monte como los de conducción libre que tienen 6 metros de
alto donde es difícil acceder con un equipo de pulverización
para lograr una buena cobertura. También hay desconocimiento
y hay que reforzar la capacitación. En el nuevo proyecto estas
cuestiones están contempladas a excepción de lo que
tiene que ver con los temas estructurales.
¿Es una cuestión de plata o de convencimiento?
Para resolver este tipo de cuestiones son necesarios los recursos,
es una condición necesaria, pero no por tenerlos se logran
los resultados esperados. Es una actividad que requiere mucho celo,
de estar muy atento porque la plaga está instalada por múltiples
razones en un monocultivo que tiene más de 60 años.
La plaga tiene una capacidad de migración donde no basta con
que un productor haga un celoso seguimiento y tratamiento, sino también
importa lo que haga el vecino en razón de las proximidades
que hay.
Sin duda que los recursos son básicos, con recursos se pueden
realizar acciones pero es cierto que hay que buscar un máximo
de eficiencia.
¿Tiene poder de policía el programa que está
coordinando?
Lo tiene el Senasa. Antes el programa venía desarrollando los
dos roles, era extensionista y después tenía que aplicar
una multa al productor. Eso generó situaciones complicadas
porque cuesta mucho reestablecer la relación con el productor.
En la resolución 28 del Senasa se establecen los rangos de
daño de la plaga en el monte y el Senasa es el tiene el poder
de policía.
¿Cómo se utilizan los recursos?
Están vinculados con los técnicos de campo, teníamos
16 y hemos tenido cinco bajas y los gastos de movilidad. Cada uno
de estos profesionales están en el libre ejercicio de la profesión
y son propietarios de sus vehículos y se les compensa con un
valor por kilómetro recorrido, después hay gastos administrativos
y de insumos.
¿Qué se logra con los prebloques?
Los productores conocen el resultado del monitoreo que se hace en
cada uno de los establecimientos, se establecen cuáles son
las acciones y conocer las causas de determinado daño, qué
hizo bien un vecino para obtener el resultado, y hay un compromiso
mayor frente a sus pares. Hace que se ponga más celo en el
control y que sea motivo de orgullo no tener la plaga.
¿Hay diferencias entre los productores integrados
y los independientes?
Los que están integrados al sistema tienen más disponibilidad
de recursos. De todas formas este año hubo problemas por la
situación que hemos vivido. El independiente tiene más
dificultades de acceso a los recursos, a la tecnología, lo
que lo pone un paso atrás en términos generales.
¿Han logrado una disminución de la incidencia
de la plaga?
El programa tiene un alcance limitado. La plaga ha ido incrementándose
año a año por distintos factores concurrentes. Hay productores
que realizan las tareas en tiempo y forma con un seguimiento adecuado
de la plaga que logra buenos resultados a pesar del viento, la lluvia.
Significa esfuerzos adicionales de tipo económico y logístico
y en épocas de crisis estas cuestiones se complican.
¿Se puede suprimir la carpocapsa?
El programa nacional pretende eso con acciones coordinadas, concurrentes
y con herramientas técnicas para llegar a niveles no detectables.
Difícilmente podamos llegar a cero porque trabajamos con organismos
biológicos que tienen mecanismos de resistencia que lo van
aplicando en cuando se usan recursos.
¿Se sigue dependiendo de que la actividad sea rentable
para terminar con la carpocapsa?
Todas las actividades económicas tienen vida en el marco de
rentabilidad y luego entra en un proceso de subsistencia. Es un tema
importante. El tema sanitario también lo es. Nos vemos compelidos
a resolver el problema y en paralelo se podrá ver cómo
alcanzar los niveles de rentabilidad. Hay cuestiones de orden estructural
que tienen otros ámbitos.
¿Qué hace falta mejorar?
Como toda cuestión compleja hay muchos aspectos para mejorar.
Lo que se impulsa hoy como programa nacional de sanidad tiende a alcanzar
todo el universo de productores, cosa que el programa en estos diez
años no ha hecho, no fue universal. Tampoco ha habido una única
estrategia en términos tecnológicos instrumentada para
que los productores la cumplan. La implementación de este programa
tiene altas posibilidades de lograr un buen resultado porque hay una
meta fijada y los estados nacional y provincial hacen un aporte de
recursos sin costo para el productor a los efectos de absorber los
mayores costos para el control de la plaga. El primer año serán
14 mil hectáreas, el segundo año unas 28 mil y al tercer
año a toda la región, con un grado de continuidad por
cinco años, donde se contempla la asistencia técnica
al productor con la cooperación de un monitoreador.
¿Cómo ve el tema del premio de Neuquén?
Son incentivos y estímulos para que los productores pongan
un mayor celo en el control de la plaga, es positivo.
Hay necesidad de revalorizar en todo su peso el orgullo de no tener
la plaga, de haber logrado controlarla con efectividad. Hay que reestablecer
el interés del productor de lograr un mejor control.
Qué es la confusión sexual
Las feromonas son hormonas sexuales liberadas generalmente por las
hembras de las especies en el momento previo a la cópula. Se
sabe que todos los insectos emiten estas hormonas sexuales. Cuando
una hembra de carpocapsa está «lista» para aparearse,
emite este perfume irresistible para los machos que lo detectan desde
cientos de metros de distancia. Siguiendo ese rastro encuentran a
su pareja.
Ésta es la base científica de la técnica de la
confusión sexual (TCS). Básicamente lo que se hace es
colocar emisores de feromona sintética en toda la chacra de
forma tal que los machos se confundan ante tantas fuentes de estímulo
y no puedan encontrar a las hembras para fecundarlas.
Las feromonas pueden ser utilizadas también para realizar un
monitoreo o seguimiento de la plaga en las chacras.
Otras técnicas de control biológico se basan en la utilización
de insectos, ácaros, nemátodos, etc. predadores o parasitoides
(lamentablemente en el caso de carpocapsa no hay ninguno que sea lo
suficientemente eficiente), el uso de Bacillus turingensis (una bacteria
que produce una toxina que es ingerida por las larvas) Funbapa.
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