El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad
Agroalimentaria (Senasa) sostuvo que no existieron fallas de inocuidad
en las vacunas contra la fiebre aftosa e informó que ya fueron
sacrificados más de 4.000 animales que se encontraban en el establecimiento
San Juan, de la localidad correntina de San Luis del Palmar, y en un
predio vecino.
El organismo detalló que se sacrificaron todos los animales del
establecimiento propiedad de la firma Jumajo. A ellos se sumaron animales
de otros propietarios integrantes de la misma unidad productiva-epidemiológica
y de un establecimiento lindero, dado que su propietario es el encargado
del establecimiento San Juan.
Se indicó que el 19 de febrero se completó el sacrificio
sanitario de todos los animales enfermos y contactos del establecimiento
San Juan, propiedad de la firma Jumajo, ubicado en el departamento San
Luis del Palmar, que abarcó a 4.098 bovinos, 100 ovinos, 235
caprinos y cinco porcinos.
Vigilancia
Sostiene el informe que el servicio continúa con el análisis
en terreno del riesgo derivado por proximidad y aclara que también
se consideran otros establecimientos linderos al lote afectado como
posibles contactos, a fin de evaluar la ampliación del sacrificio
sanitario.
Se indica, asimismo, que se completó la vacunación de
todos los animales del área perifocal y que la vacunación
de los bovinos se continúa realizando según lo planificado,
estimándose su finalización en 15 días. El área
perifocal del brote de la enfermedad detectado en San Luis del Palmar
es de tres kilómetros, mientras el área de vigilancia
comprende un radio de 10 kilómetros a partir del perifoco donde
se realiza la vacunación del rodeo bovino existente y se vigila
que no se extienda la enfermedad.
El informe señala que el Senasa continúa con la vigilancia
del área perifocal. Por ello cuando “el día 21
de febrero el veterinario oficial recibió la denuncia de que
un bovino presentaba signos clínicos compatibles con la fiebre
aftosa en un establecimiento lindero al foco, se actuó rápidamente”.
Se trató de un productor propietario de 16 bovinos, integrante
de una unidad epidemiológica que involucra aproximadamente
a 50 productores pasteros con una población cercana a 1.400
cabezas.
El veterinario constató que se trataba de un único bovino,
sin marca de propiedad, con lesiones cicatrizadas en las patas y la
boca. El resto de los animales del lote no presentaba signos clínicos
de enfermedad.
La investigación acerca del origen de la infección continúa
en estudio y, según el Senasa, se ha establecido que mediante
secuenciación genómica del virus aislado y controles
de calidad realizados a las vacunas, se ha descartado que el brote
obedezca a fallas de inocuidad de la vacuna.
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