El ensayo permitió la remoción
de los agentes contaminantes sobre el suelo, además de enriquecerlo
para futuros usos.
Neuquén > Si algo le faltaba al arsenal de propiedades
atribuidos a la manzana, es la posibilidad de que esa fruta de pepita
en descomposición pueda revertir daños ambientales. Una
investigación presentada recientemente por un equipo de especialistas
de la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza) demostró que el
orujo de manzana puede no sólo remediar suelos contaminados con
hidrocarburos sino también enriquecerlos.
El avance de las actividades extractivas y el constante riesgo de contaminación
obligan a investigar nuevas alternativas que den una salida o permitan
remediar total o parcialmente el medio ambiente. Uno de ellos y sobre
lo que se está hablando con más frecuencia se relaciona
con la recomposición de los suelos.
Un interesante estudio realizado por investigadores de la Universidad
Nacional de Cuyo (Mendoza) -y presentado recientemente en las 6tas Jornadas
de Preservación y de Agua, Aire y Suelo en la Industria del Petróleo
y del Gas que tuvieron lugar en Neuquén- reveló las posibilidades
concretas que tienen algunas sustancias orgánicas de origen vegetal
en general y el orujo de manzana en particular para remediar suelos
contaminados con hidrocarburos.
El trabajo, titulado Compostaje: un nuevo enfoque a la biorremediación
de suelos contaminados con hidrocarburos (que tiene como autores a “M.C.
Medaura, M.E, Barbeito, R. Clausen, S. Videla y E. Ercoli-Facultad de
Ingeniería –Universidad Nacional del Cuyo”) permitió
bajo ensayo una interesante remoción del material contaminante.
De origen vegetal
Si bien la investigación se hizo en base a los restos de la
molienda de la manzana, el análisis apunta a varios materiales
orgánicos de origen vegetal para la remediación biológicas
de las áreas contaminadas.
En el caso concreto del orujo de manzana el estudio parece haber generado
varios resultados positivos, teniendo en cuenta no sólo el
efecto buscado –la biorremediación- sino también
un enriquecimiento del suelo a través del aporte de componentes
esenciales para la tierra. Pero además, este tipo de compostaje
(proceso microbiano aeróbico de degradación de compuestos
orgánicos) permitió alcanzar otro resultado interesante
como es el bajo costo de implementación, la utilización
de un recurso abundante en distintas regiones y el bajo riesgo ambiental.
La introducción del estudio expresa que “el compostaje
de suelos se basa en la mezcla de materiales orgánicos de origen
vegetal en proporciones controladas con suelo contaminado. La materia
orgánica potencia la actividad catabólica de los microorganismos
sobre los contaminantes, convirtiéndolos en compuestos inocuos
como dióxido de carbono y agua y transformándolos en
otros menos tóxicos y/o atrapándolos dentro de la matriz
orgánica, reduciendo así su biodisponibilidad”.
El compostaje o elaboración de compost (humus obtenido artificialmente
por descomposición bioquímica en caliente de residuos
orgánicos) es una técnica que permite el empleo de residuos
orgánicos para reducir riesgos, recomponer suelos y hasta reducir
la desertificación.
Tal como señala el mencionado trabajo, se realizaron estudios
a escala banco utilizando orujo de manzana y suelo contaminado con
2,95% de hidrocarburos totales de petróleo (HTP). El experimento
se desarrolló en un reactor de 100 kilos de capacidad, utilizando
una relación 95:5 (en peso seco) de sueldo contaminado a orujo
de manzana. El primer resultado alcanzado fue que la concentración
de hidrocarburos totales fue de 2,95% al inicio del ensayo, el que
descendió a 1,39% al cabo de los 90 días que duró
el tratamiento. “El resultado final es una mezcla de suelo/compost
con características físicas mejoradas y una considerable
disminución de los hidrocarburos”.
A partir de ese indicador favorable, los investigadores concluyeron
en el desarrollo de la técnica.
“El compost madura en presencia del suelo contaminado, la comunidad
microbiana experimenta cambios en su estructura que se traduce en
variaciones de temperaturas de la mezcla”, expresa el informe.
Las temperaturas elevadas favorecen la biodegradación del hidrocarburo.
La presencia de material vegetal aumenta la invasión de determinados
“protozoos y hongos”, que son degradadores de estructuras
más complejas, explica la investigación en uno de sus
puntos.
Ensayo
Para desarrollar el estudio se diseñó un reactor rotatorio
horizontal de 200 litros de capacidad con carga superior y el mismo
se llenó disponiendo 70 kilos de suelo con 30 kilos del orujo
que en forma previa, se dejó compostar por 72 horas hasta alcanzar
un aumento de la temperatura de 45 ºC. La relación –agrega
el informe- de mezcla obtenida fue de 95:5 en peso seco.
De acuerdo a la relación que se intentó mantener, “se
agregaron 12 gramos de urea en tres fracciones de 4 gramos disuelta
en agua cada 10 días durante los primeros 30 días de
tratamiento. El reactor fue removido diariamente durante los primeros
45 días, se controlaron la temperatura del sistema y la temperatura
ambiente diaria, el contenido de humedad de la masa reactante en forma
semanal, el pH dos veces por semana durante las tres primeras semanas
y luego una vez por semana».
Los microorganismos aerobios degradadores de hidrocarburos se controlaron
cada tres días durante las dos primeras semanas.
De igual manera, se efectuaron análisis de los hidrocarburos
sobre los componentes iniciales, la mezcla inicial y sobre las muestras
tomadas en distintos períodos.
Ensayo-resultados
En 90 días que duró el ensayo, mezcla de compst a
base de orujo y suelo contaminado, se logró reducir el nivel
de afectación del suelo.
Se trata de una alternativa que es viable en cuanto al resultado
buscado, permitiría enriquecer el suelo a partir del aporte
de nutrientes esenciales. Además, su uso no genera riesgos
ambientales.
En determinadas zonas, como es el caso de Río Negro y de Neuquén,
la utilización del sistema resultaría económica
por la presencia del orujo.
El ensayo permitió a los investigadores seguir avanzando
en esa línea de acción.
El primer resultado alcanzado fue que la concentración de
hidrocarburos fue de 2,95% al inicio del ensayo, el que descendió
a 1,39% al cabo de los 90 días.
El resultado final es una mezcla de suelo/compost con características
físicas mejoradas y una considerable disminución de
los hidrocarburos.
El compost a base de orujo de manzana permite además frenar
la desertificación.
|