Por Lic. Ariel Carignano
El sector primario disminuyó su producción.
Qué sectores expulsaron y crecieron en cuanto a mano de obra
en la provincia de Río Negro.
La evolución del mercado laboral del Alto Valle de Río
Negro y el cambio en la estructura de la ocupación entre marzo
de 2003 y marzo de 2005 fue analizada por el licenciado Ariel Carignano
del Ieral Fundación Meditérranea. A continuación
se brinda el informe completo elaborado por el profesional.
El mercado laboral de la región del Alto Valle de Río
Negro mostró durante los últimos años un notable
desempeño. La crisis de finales del 2000 repercutió
en el desempleo regional, elevando la tasa de desocupación
a 15,6% en setiembre del 2002.
Este valor es el segundo más alto registrado desde el comienzo
de la serie en 1977.
Solamente en setiembre de 2000, el índice se ubicó por
encima, con un valor de 16,7%1. A partir de ese momento, la desocupación
descendió fuertemente para situarse, según la última
medición, en 3,5%. Esta reducción se debió principalmente
al aumento de la demanda laboral, ya que durante este período
la oferta laboral también se incrementó.
Crecimiento
Durante los últimos dos años, Río Negro experimentó
un fuerte crecimiento del PBG, destacándose los sectores secundario
y terciario.
Por el contrario, el sector primario vio disminuida su producción.
Estos cambios influyeron sobre la estructura de la ocupación,
detectándose sectores expulsores de mano de obra, y otros que
crearon puestos de trabajo.
La actividad de la región posee un gran componente estacional,
ya que durante los primeros meses del año se lleva a cabo la
cosecha de la actividad frutícola.
La tasa de actividad se incrementó entre marzo de 2003 y el
mismo mes de 2005 un 5,1%. El aumento correspondiente a los hombres
fue del 9,1% y para las mujeres fue del 1,4%.
Mano de obra
El sector comercio y el de la agricultura, ganadería, caza
y silvicultura son los principales demandantes de mano de obra. Entre
los dos concentran el 44,6% de los puestos de trabajo. Pero mientras
que el comercio incrementó su participación porcentual
en 1,5 punto, el correspondiente a las actividades primarias redujo
su contribución en 2,1 puntos porcentuales. Este movimiento
concuerda con el fuerte crecimiento del sector comercial durante el
2004 (21%) y la caída en la actividad primaria, donde la producción
de fruta de pepita se redujo un 5%.
Dentro de las categorías que muestran un mayor aumento se encuentra
en primer lugar el servicio doméstico. En el 2003 absorbía
el 4,8% del empleo, mientras que en la actualidad su participación
aumentó al 7,2%, es decir un aumento del 57,9% en las personas
ocupadas. Como consecuencia, su importancia como demandante de mano
de obra pasó del décimo al quinto lugar en los dos últimos
años.
Otro sector que mostró una dinámica importante fue el
de electricidad, gas y agua. Si bien su participación es pequeña,
los puestos de trabajo en dicho sector aumentaron un 44,8%. Esto se
debió a un aumento tanto en la generación como en la
distribución de la energía eléctrica. En tercer
lugar están los hoteles.
Expulsión
Dentro de los sectores que expulsaron mano de obra, se encuentra el
de explotación de minas y canteras, con una disminución
del 33,2%. Esto es causa de la disminución de la producción
de hidrocarburos durante el 2004, donde la extracción de gas
se redujo en un 27% y la de petróleo un 7%.
Analizando las diferentes ramas de actividad en el 2003 y el 2005,
no se encuentra una diferencia importante en cuanto a ránking
en la parte superior o inferior de la tabla. Los principales movimientos
ocurrieron en las posiciones intermedias, donde resalta el avance
del servicio doméstico, que sube 5 posiciones, o los servicios
de enseñanza, con una caída de 4 puestos.
Al analizar la importancia de los distintos sectores en la creación
de los nuevos puestos de trabajo, vemos que el servicio doméstico
y el comercio en conjunto explican el 53,4% de los nuevos empleos.
Estos puestos de trabajo se caracterizan por tener salarios promedio
más bajos que los de los sectores donde se redujo la mano de
obra, como el de las industrias extractivas o la salud. Además,
se caracterizan por un menor nivel de formalidad. Por lo tanto, los
nuevos empleos son de menor calidad y peor remunerados que los que
se perdieron. |