Rafael Bielsa dijo que le costó
aceptar el ofrecimiento de Kirchner porque, entre otras cosas, no podría
estar cerca de sus hijos.
Buenos Aires (Corresponsalía)
> Había jurado que, una vez electo diputado nacional
por la Capital Federal, cumpliría los cuatro años de
mandato correspondientes. Sin embargo ayer, poco antes de que en el
Congreso se iniciara la ceremonia de jura de los nuevos legisladores,
Rafael Bielsa anunció en la Casa de Gobierno, y junto al jefe
de Gabinete, Alberto Fernández, que cedía su banca al
conductor televisivo Claudio Morgado porque el presidente Néstor
Kirchner acababa de designarlo embajador argentino en Francia.
Más tarde diría que no había violado aquella
promesa pre-electoral, porque respondía a las especulaciones
que hablaban de su continuidad en la Cancillería luego de los
comicios del 23 de octubre y no a un “aporte militante”,
como caracterizó a su flamante designación. También
hablaría del desafío que significaba aceptar esa representación
diplomática, debido a las necesidades estratégicas de
la Argentina de mantener excelentes relaciones con el segundo inversor
extranjero en importancia que tiene el país.
Expuesto
Lo cierto es que la oportunidad elegida por la Casa Rosada para anunciar
el cambio de figuras en el Parlamento expuso al ex canciller a la
crítica de la oposición y lo obligó a explicar
una y otra vez los motivos que lo llevaron a aceptar su nuevo destino
en Europa tratando en todo momento de justificar la renuncia a la
banca de diputado con argumentos convincentes.
Reemplazo
Según relató el mismo Bielsa, el ofrecimiento para reemplazar
a Archibaldo Lanús en París corrió por cuenta
de Kirchner el mismo día en que asumían sus funciones
nos nuevos ministros del Gabinete Nacional. “Me parece que si
la gente me votó, votó el proyecto del Presidente Kirchner
y él decide que soy más útil allá, mi
deber con la gente y con mi Gobierno es yéndome, porque otros
diputados van a llevar adelante los proyectos en los que trabajé”,
aseguró.
A Bielsa le hubiese resultado difícil rechazar el ofrecimiento
del Jefe de Estado. No sólo porque su performance en las elecciones
de octubre le impidió al oficialismo mejorar su situación
en el difícil distrito porteño, y de algún modo
se sentía en deuda con Kirchner, sino también porque
su perfil legislativo quedó algo devaluado, luego de resultar
excluido en el reparto de cargos de conducción que se realizó
en la Cámara baja y en el bloque justicialista.
La decisión presidencial de enviar a París a una figura
política de altísimo perfil –un ex canciller,
nada menos- explica el interés del Gobierno argentino por recomponer
las relaciones con Francia –algo resentidas durante la durísima
negociación con la firma Suez, concesionaria de Aguas Argentinas-
como parte de una estrategia que apunta a seguir manteniendo el apoyo
de ese país dentro del Grupo de los 7 y el Fondo Monetario.
Empresas
En la Argentina hay actualmente 260 empresas francesas con inversiones
cercanas a los 12 mil millones de dólares. Según afirmó
recientemente el embajador francés, Francis Lott, su país
es el tercer inversor extranjero después de Estados Unidos
y España, pese a lo cual el primer ministro, Jacques Chirac,
excluyó a la Argentina de su próxima visita a Sudamérica,
y, en cambio, visitará Brasil y Chile.
Con el traje de embajador ya calzado, Bielsa anticipó ayer
que su primera gran tarea será “explicar el modelo de
desarrollo con inserción social que aplica el Gobierno argentino,
de modo que Francia siga siendo un inversor importante, pero sabiendo
que la calidad del negocio tiene que ver con este modelo, que es perdurable
y no con el de grandes rentabilidades en tiempos limitados”.
Análisis
Los vicios de la vieja política
Buenos Aires (Corresponsalía) > El renunciamiento
de Rafael Bielsa, el freno impuesto a Luis Patti, y el salvataje a
Eduardo Lorenzo Borocotó y la mendocina Susana Genem, convirtieron
a la ceremonia de jura de los nuevos diputados en una pequeña
muestra de las contradicciones que parecen signar a la flamante integración
de la Cámara de Diputados.
Como ocurrió en los recientes cambios de Gabinete, el kirchnerismo
en el Congreso intentó otorgarle a la jornada de ayer su impronta
de “nueva etapa”. Sin embargo, el sorpresivo reemplazo
de Bielsa por Claudio Morgado, y el perdón a Borocotó
por su repentino salto de las filas macristas al kirchnerismo, demostraron
que siguen vigentes viejos vicios de la política.
El caso Genem, la diputada justicialista mendocina cuya banca disputó
el ARI para el ex juez federal Luis Leiva, si bien pasó desapercibido,
le permitió al partido de Elisa Carrió crear la sensación
de que el oficialismo consumó una operación ilegal para
desplazar a su candidato, con el efecto que este tipo de acciones
pueden tener sobre la opinión pública.
Diferencias
El debate alrededor de la asunción del ex comisario bonaerense
Patti tuvo aristas distintas. Obligó a una intensa discusión
en torno a un pasado sobre el que no deberían quedar márgenes
de duda, pero sirvió para que un sector, que en otro momento
ni siquiera hubiera reparado en los antecedentes del ex intendente
de Escobar, se sumara a la embestida para frenar su ingreso al Parlamento.
Sin dudas la clara defensa que realiza la administración de
Néstor Kirchner del tema de los derechos humanos logró
abroquelar a la bancada oficialista. Ayer, las escasas muestras de
apoyo a Patti provinieron del duhaldismo, el sector del peronismo
que aceptó competir en alianza con el ex comisario en los últimos
comicios legislativos.
Ese gesto, expresado en el recinto solitariamente por Jorge Landau,
uno de los hombres de mayor confianza del ex presidente Eduardo Duhalde,
dejó en evidencia el fuerte debilitamiento que, aún
sin haber entrado en funciones la nueva conducción de la Cámara,
ya padecen las huestes del bonaerense en los pasillos del Parlamento.
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