Lanús, con Ramón Cabrero en
el banco, le ganó ayer a Arsenal por 2 a 1, con dos goles de
cabeza de Cristian Fabiani, y estiró su buena racha. Cuando poco
y nada pasaba, una jugada preparada por el equipo del Viaducto abrió
el partido. El Pulpo González, con un cabezazo sentenció
a Chiquito Bossio. Este gol cambió todo, porque el Arse aprovechó
el envión anímico y, guiado por Santiago Hirsig, dominó
a voluntad. Pero Lanús llegó al empate en forma inmerecida
por un grueso error del arquero Esteban Dreer, que salió muy
mal en un centro y Cristian Fabbiani la peinó de cabeza. Este
gol despertó a la visita y a su gente.
En la segunda etapa Lanús se mostró más ambicioso
desde el principio. Si bien no era un dominio abrumador le alcanzaba
para ser superior. Y en la primera que tuvo, facturó. Tiro de
esquina y Fabbiani, otra vez de cabeza, dejó sin chance a Sergio
Masttinella (arquero debutante que ingresó por el lesionado Dreer).
A pesar de este tanto, poco cambió en el local y el Granate festejó
otra vez.