Las asimetrías en lo que se refiere
a la producción agropecuaria entre los países de primer
nivel y los emergentes parecen proyectarse como uno de los ejes de debate
de la próxima Ronda de Doha de la Organización Mundial
de Comercio (OMC) que se desarrollará en Hong Kong en diciembre
próximo.
Esa desigualdad en las políticas agrarias –generadas por
los subsidios a los agricultores en países como Estados Unidos,
Japón y Europa- se convirtió días atrás
en uno de los obstáculos levantados por varios presidentes de
los países del Mercosur y Venezuela en la Cumbre de Mar del Plata
y que derivó en un fracaso en el avance del acuerdo Alca.
Aunque la ronda de Doha cubre virtualmente todas las áreas de
negocios, incluyendo servicios y manufactura, la clave del éxito
radica en la agricultura, donde los países desarrollados tienen
una mayor participación y donde se debería avanzar en
los recortes de los subsidios agrícolas y en la apertura de los
mercados, puntos fundamentales en las discusiones para suavizar las
barreras comerciales globales.
De acuerdo a las cifras de distintos observadores, Estados Unidos, Japón
y Europa destinan en total más de 500 mil millones de dólares
por año a subsidiar a sus productores, lo que genera una importante
desigualdad para los productos de los países emergentes.
Tal como fue informado el pasado sábado por la agencia Reuters,
en diciembre se reunirá la OMC con el objetivo de avanzar en
un acuerdo para culminar en el 2006 la ronda de Doha de liberalización
del comercio, que tiene en la agricultura su mayor obstáculo.
Cada año, las potencias europeas y Estados Unidos destinan miles
de millones de dólares a proteger su producción agrícola,
lo que en la visión de los países en desarrollo obstruye
el libre comercio que pregonan las naciones más ricas.
Tras la falta de consenso en la Cumbre interamericana los ojos del continente
estarán ahora fijos en lo que ocurra en la reunión de
la OMC.
Dependiendo de sus resultados y de la disposición de los países
en posturas antagónicas, las negociaciones para el Alca podrían
reanimarse.
El presidente de Chile, Ricardo Lagos, informó que Colombia se
ofreció como sede para que, luego de la reunión de la
OMC, los copresidentes de las negociaciones para el Alca, Estados Unidos
y Brasil, tengan un encuentro y convoquen a un reinicio del diálogo
para el libre comercio. Ambas naciones son las encomendadas de llevar
adelante y hasta el final las conversaciones para el Alca.
Los países que quieren resucitar el plan del Alca se enfrentaron
en Mar del Plata a los del Mercosur -integrado por Brasil, Argentina,
Uruguay y Paraguay-, que demanda que Estados Unidos desmantele sus subsidios
a agrícolas, sector vital para sus economías, para quedar
en una mayor igualdad de condiciones. Y ése es precisamente el
tema más espinoso que se tratará en la reunión
de la OMC, con fuerte oposición de Europa que también
protege a su agricultura.