La risa, remedio infalible

 
  En las décadas del ‘60 y el ‘70 un médico psiquiatra norteamericano decidió convertirse en clown, comprometerse y acompañar a sus pacientes. Así nació la corriente médica de la alegría, con una nariz de payaso y una gran sonrisa.


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En la última semana, el servicio de oncología y pediatría del Hospital Castro Rendón se movilizó al recibir a un muy especial equipo médico.

Neuquén > Los doctores Verdín Vacunín y Flora Susana Sana llegan al hospital con sus caras pintadas de blanco y la sonrisa bien dibujada, mientras los pacientes esperan ansiosos el diagnóstico que, lejos de preocuparle, los «colma de felicidad».
El momento crítico es cuando anuncian cuál será el remedio y confirman que es «mucha risa» y el tratamiento a largo plazo es la «alegría», esto sólo es parte de lo que aportaron en su paso por Neuquén los «payamédicos».
La escena se repitió cuando ingresaron también al Centro de Salud Amuchen Rucá dependiente de Luncec (Lucha Neuquina Contra el Cáncer). Pelucas de colores chillones, verde, rojo, violeta, azul componen el punto más saliente de su indumentaria, amén de las narices rojas de payaso. El guardapolvos blanco adornado con matracas, collares, colgantes con luces y los indispensables burbujeros completan el vestuario de un auténtico y reconocido “payamédico”.

Sana y Vapurín
“Payamédicos” es una asociación sin fines de lucro que ha tenido como objetivo contribuir con la salud emocional del paciente hospitalizado -aclara Andrea Romero, una de las coordinadoras y creadoras del grupo en el país-. Utilizamos recursos artísticos y psicológicos relacionados con juegos, música, teatro, técnica de clown, magia y humor.”
José Pellucchio, otro de las creadores y coordinadores del grupo, aclaró: “Dentro de los objetivos se encuentra lograr desdramatizar el medio hospitalario demostrando al paciente, familiares y equipo médico que el humor, la risa y la fantasía pueden formar parte de su vida en el interior del hospital”.

Otra mirada
En el área de los procedimientos llevados a cabo por los “Payamédicos” se encuentra la individualización, privacidad y especialización de sus intervenciones que requieren de la información que brindan los equipos médicos que incluyen el nombre y la edad del paciente. Este primer punto permite “personalizar” la intervención. Además para ellos es muy importante conocer el diagnóstico médico por cuestiones de higiene sanitaria y posibles limitaciones. Y otro punto fundamental es el conocimiento de la evolución de la enfermedad, el estado actual y el pronóstico que incluye la situación anímica del paciente y de su núcleo de convivencia.
El trabajo de los “Payamédicos” se realiza en salas de internación, en terapia intermedia y terapia intensiva. Para ellos son importantes todos los lugares del área de internación, por lo cual intervienen también en pasillos, salas de espera, prequirófano, salas de recuperación posquirúrgica, habitaciones de los pacientes. También pueden aparecer con sus burbujeros y sus pelucas multicolores durante estudios o procedimientos invasivos o donde el equipo médico lo requiera.
Dentro de los datos aportados por los “Payamédicos” en su visita a la capital neuquina, consignaron la atención a más de mil seiscientos pacientes adultos en el Hospital de Gastroenterología Bonorino Udaondo y en el Hospital de Clínicas José de San Martín de la ciudad de Buenos Aires visitaron más de mil novecientos niños a lo largo del año 2004.

Intervenciones
Los «Payamédicos» trabajan al lado de la cama, en el lugar de internación. Una de las premisas es el pedido que se les hace a los pacientes para comenzar la “intervención”. En los casos de internaciones prolongadas realizan un seguimiento teniendo en cuenta principalmente las necesidades del paciente, las de su familia y las del equipo médico.
Este grupo de médicos-clown aseguran que están preparados para garantizar el respeto y la confidencialidad que requiere el medio sanitario y el hospitalario. Para esto se basan en un código deontológico que nuclea a las distintas asociaciones de payasos hospitalarios del mundo.
La formación requiere de ellos el dominio de tres áreas estrechamente relacionadas: artística, psicológica y adaptación al medio hospitalario.

Desembarcos
Lo que han dado en llamar “de-sembarcos de alegría” es una de las modalidades que utiliza el grupo para realizar visitas puntuales a otros hospitales en los que no trabajan habitualmente y en esa visitan llevan color, alegría y mucho amor, siempre con su vestimenta característica y la sonrisa permanente.
Entre esas instituciones se encuentra la Casa de Salud Amuchen Rucá, el Hospital Regional Eduardo Castro Rendón en la ciudad de Neuquén, y en la Capital Federal en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, el hospital Fernández, la Colonia Montes de Oca, el Hospital Rivadavia y el Hospital Muñiz.

El auténtico creador
«Payamédicos» fueron los organizadores de la visita de Hunter «Patch» Adams a nuestro país y lo acompañaron en una serie de visitas a los hospitales donde habitualmente realizan sus intervenciones.
El cierre de la visita tuvo su broche de oro en una conferencia en la plaza Bernardo Houssay. Patch Adams es el creador del método de compromiso y actitud tan especial hacia los pacientes. El hermano de Patch, Wildman Adams visitó la Argentina en octubre de año 2004 conjuntamente con payasos de Italia, Holanda y los Estados Unidos y del Payasospital de Valencia las doctoras «Ana Lista Especial Especialista» y «Urgencia Tenga Paciencia».

En todo el mundo
Los sitios que siguen las premisas de Patch Adams se están diseminando por el mundo. En la Argentina están los «Payamédicos», Risaterapia en México, Pallapupas en Barcelona y La Sonrisa Médica en Palma de Mallorca (España), Bolaroja en Perú, Doctores da alegría en Brasil, Rote Nasen Clowndoctors en Alemania, Humour Foundation en Australia, Big Apple Circus Clown Care en Boston, Estados Unidos.
Otra de las actividades donde desembarcan alegría simultáneamente en varios centros hospitarios de la Capital Federal es la Payamarcha. La primera fue realizada con la colaboración de artistas invitados y asistieron más de 100 “payaamigos”. La consigna fue realizar la actividad caminando por las veredas sin obstaculizar el tránsito.

Reír, amar y soñar
“Nosotros trabajamos la terapia de la risa –indica el doctor José Pellucchi, psiquiatra, profesor de teatro, clown-. Se ha descubierto que la risa libera endorfinas que producen cosas como reducir el apetito, reducir la ansiedad y hacer desaparecer el dolor. Ésa es la clave de nuestro trabajo terapéutico. Tratamos de acompañar al paciente y su familia en ese momento diferente de sus vidas. Porque una internación trastoca la funcionalidad de todos los miembros de un grupo de convivencia. Y quien permanece internado es el que más se tiene que adaptar a la nueva situación, a las nuevas caras, a los nuevos horarios y a la invasión de algunos procedimientos médicos”.

Dr. Palín Botiquín, representante neuquino

Nacido y criado en la capital, el Dr. Pablo Colletti participó en el desembarco realizado en los centros de salud de Neuquén.

Neuquén > “Mi ingreso a ‘Payamédicos’ fue por casualidad. Por medio de una amiga me enteré de que había un curso de Teatro en la Facultad de Medicina. Cuando fui estaban ellos –indica el Dr. Coletti- me interesó la idea y comencé a colaborar. La idea es que ‘Payamédicos’ siga creciendo de a poco sin perder la modalidad de trabajo. En lo personal me interesa seguir haciendo de ‘Payamédico’ y la especialidad que seguramente voy a seguir es Pediatría. Desde luego que después de que termine mi especialización pienso volver a Neuquén para desarrollar todos los conocimientos adquiridos y la experiencia.
La visita me pareció muy positiva, vi a la gente muy contenta con la presencia de los ‘Payamédicos’, con mucha energía y muy receptivos, muy bien interesados por la propuesta.”

Los médicos-payasos

Neuquén > Los «Payamédicos» argentinos realizan las intervenciones bajo la coordinación del «Dr. Verdín Vacunín y la Dra. Flora Susana Sana». Pero el staff payamédico está compuesto por egresados de medicina, psicología, asistencia social y por estudiantes de los últimos años de estas carreras.
«Dra. Agustina Catecolamina, Dra. Endorfina Papacámara, Dra. Eureka, Dra. Colombina Proteína, Dra. Pastillita, Dra. Azulina Acquaporina, Dra. Candelaria Boticaria, Dr. Chipamusculovich Canguros, Dra. Valentina Vitamina, Dra. Filomena, Dra. Lunaria Cóndilo de Cúbito, Dr. Palín Botiquín, Dra. Petunia, Dra. Anastasia Nestesia, Dr. Estreptomocus Basilocus, Dra. Lucero Suero, Dra. Clotilde, Dra. Pipeta Pizpireta, Dra. Fulanina Capsulina, Dr. Raimundillo Suerillo Grillo», son los encargados de dar felicidad en el dolor.

La hormona de la felicidad

Los seres humanos tenemos sentimientos de felicidad, tristeza, cariño o agresividad
Gracias al trabajo de investigación se sabe que existen centros de placer o de dolor que se activan a través de impulsos nerviosos y de hormonas.
En 1975 se descubrieron sustancias responsables de las sensaciones satisfactorias, a las que se llamó “endorfinas”.
Según experiencias realizadas con ratones luego afirmada en los seres humanos, se demostró que los individuos que producen baja cantidad de “hormonas del bienestar” tienen predisposición a convertirse en alcohólicos o drogadictos.
Se comprobó también que situaciones de estrés sostenido provocan la disminución de los niveles de endorfinas en sangre. Además se descubrió que existen situaciones placenteras que estimulan su producción.

La leche materna incluye nutrientes necesarios para el bebé durante los primeros seis meses de vida y contiene endorfinas que hacen que el pequeño se sienta feliz.

El amor es uno de los grandes disparadores de endorfinas ya que este sentimiento desborda la sensibilidad y disminuye los niveles de estrés y depresión.

La historia del médico-clown llegó al cine

Robin Williams personificó a Patch Adams el médico-payaso, creador de la terapia.

Neuquén > Patch Adams quería ser médico pero también quería ser actor. Sus calificaciones en la escuela de medicina le observaron negativamente su tendencia a la «felicidad excesiva». Uno de los profesores de la facultad sentenció: «Adams si usted quiere ser payaso trabaje en un circo». Pero Patch se decidió a combinar sus dos vocaciones, paciente y doctor, en un instituto mental.
Para Robin Williams, protagonista del film, Patch es una «anomalía extraña, increíblemente justa. Usa camisas con flores con un colgante que de vez en cuando hace ruido. Es una persona diferente; es un médico dedicado y apasionado por la salud de sus pacientes. Creo que nunca deseó ser parte del sistema, por eso tuvo que crear un nuevo sistema.
Patch trabajó en la universidad de Virginia entre los años ’60 y ’70, luego creó su propio instituto «Gesundheit» dedicado al ejercicio de una medicina personalizada y comprometida con el paciente.
El director del film Tom Sha-dyac dijo que «Patch intenta descubrir qué incidencia tiene su compromiso y atención paternalista con los pacientes. Y se da cuenta de que logra que aumenten sus niveles de endorfina y el deseo de recuperarse».
Adams explica sus prescripciones de humor y por qué él está dispuesto a vestirse como un mono, llenar una habitación con globos o una palangana con tallarines con tal de obtener una sonrisa de sus pacientes, mantener una conexión espiritual o provocar un instante de alegría en un enfermo. La compasión, el compromiso y la empatía son las bases de la filosofía de Patch, tan importantes como remedios al igual que los más grandes adelantos tecnológicos. Pero pocos compartieron inicialmente la filosofía del Dr. Patch. El decano de la Universidad se opuso a sus métodos, mientras sus compañeros lo consideraban infantil.
Finalmente Patch encuentra su lugar en la sala de los niños, donde sus ayudas divertidas, fuera de lo común, son el bálsamo para los miedos de los pequeños.
La sabiduría convencional no es la filosofía de Patch sino el luchar, permitiéndose como médico ser vulnerable, con la idea que servir a los demás. Para él esta es la mejor manera de combatir los problemas propios
En la actualidad sabemos sobre las endorfinas y la importancia de la mente en el proceso curativo. Ese conocimiento no existía antes de los años ’70 cuando Patch armó su filosofía. Él es realmente un pionero en el descubrimiento de los valores medicinales de la risa y de la tolerancia.

 

 


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