Desde 2003 viene arrastrando un saldo
negativo con el principal socio del Mercosur.
Buenos
Aires (NA)> La riesgosa política del Banco Central
para mantener un tipo de cambio competitivo y la incesante apreciación
del real brasileño no lograron todavía equilibrar el
preocupante desbalance comercial con Brasil, que en octubre dejó
un saldo negativo para Argentina de 333 millones de dólares
y así alcanzó el mes 29 en rojo.
Desde junio de 2003, la Argentina viene arrastrando un saldo negativo
en el intercambio comercial con el principal socio del bloque Mercosur,
en cuyo lapso acumuló un rojo de 5.650 millones de dólares.
El elevado desequilibrio comercial con Brasil generó una situación
similar con el conjunto de los países que integran el Mercosur,
aunque la situación pudo ser compensada por el notable incremento
en las ventas hacia la Unión Europea, en lo que influyó
significativamente la apreciación del euro a partir de 2003.
También como factor positivo para compensar ese desequilibrio
fue el fuerte aumento que registraron las exportaciones a los países
asiáticos.
Pero, no sólo es preocupante el desequilibrio comercial por
una cuestión económica, sino también por la calidad
de las importaciones y exportaciones que se dan entre ambos países.
Esto es así ya que entre los principales productos argentinos
que se exportan a Brasil se encuentran los primarios, los procedentes
de la industria petroquímica y la automotríz.
Por el contrario, la Argentina le compra mayoritariamente a Brasil
bienes industriales y de consumo, tales como electrónicos y
celulares.
Este otro desequilibrio jamás pudo ser compensado dentro del
Mercosur, ni siquiera con la firma entre privados de cupos para la
importación de algunos productos brasileños (como por
ejemplo calzados) para intentar promover las fábricas nacionales.
Además, Brasil nunca dejó de implementar el régimen
de subsidios que tiene para determinadas industrias y los créditos
blandos a los que pueden acceder los productores de ese país
a través del poderoso Banco Nacional de Desarrollo (BNDES).
En este sentido, fabricantes nacionales vinculados a la industria
textil, del calzado, juguetes, entre otros, vienen expresando sus
quejas por la permanente «invasión» de productos
del país vecino.
Otra cuestión que no es menor, es la fuerte concentración
que existe en los envíos a Brasil, ya que las 10 principales
empresas del país participan en más del 30 por ciento
de las exportaciones y las 25 más grandes venden la mitad.
|