El peronismo bonaerense es una caldera
luego de los resultados de los comicios del domingo. Buenos
Aires (Corresponsalía) > Apoyado en los resultados
electorales del último domingo, el Gobierno buscó ayer
despejar el incipiente debate sobre el perfil futuro del Partido Justicialista
con una afirmación sin fisuras. “El Presidente es el
líder del justicialismo en el país. Esto quedó
legitimado con las elecciones”, afirmó el ministro del
Interior, Aníbal Fernández.
Fernández subrayó que esa situación trasciende
a si Néstor Kirchner “está o no al frente del
partido”. “Lo reivindicaron los propios justicialistas
votando masivamente al Presidente”, completó.
El triunfo del kirchnerista Frente para la Victoria en la mayoría
de los distritos del país y, especialmente, en la provincia
de Buenos Aires donde la primera dama, Cristina Fernández,
aventajó por casi 27 puntos a su rival por el duhaldismo, Hilda
“Chiche” González, instaló sin intervalos
la discusión interna sobre una posible nueva articulación
al interior del peronismo.
El gobierno se apresuró en negar decisiones inminentes en el
ámbito partidario y, en las últimas horas, salió
a afirmar que los resultados de las elecciones legislativas resultan
“suficientes” para confirmar, con el duhaldismo relegado
en todo el territorio bonaerense, el liderazgo del mandatario, según
confiaron fuentes oficiales.
Intenciones
En la Casa Rosada aseguran que no es intención del presidente
hacerse cargo en términos formales de la representación
del PJ, especialmente en la órbita nacional, aunque ayer el
ministro del Interior admitió que algunos temas vinculados
a la reorganización del partido de gobierno “van a ser
fruto de discusión”.
“El peronismo quedó ajado”, dijo en clara alusión
a la representación duhaldista.
La posición de Fernández recibió el respaldo
del ministro de Defensa, José Pampuro, flamante senador electo
por el primer distrito electoral del país.
“El peronismo está claramente conducido por el presidente.
Kirchner lo conduce, indiscutiblemente”, puntualizó.
Aunque en el gobierno prefieren dilatar el debate sobre la eventual
asunción de Kirchner o algún hombre de su confianza
al frente del PJ nacional, la avanzada del kirchnerismo sobre la conducción
duhaldista del PJ bonaerense parece no tener freno. Esa jugada está
encabezada por el gobernador bonaerense, Felipe Solá.
Ese mandatario provincial fue de los primeros en apoyar el proyecto
de ruptura con Duhalde y en imaginar un plan de acumulación
de poder propio en la provincia de Buenos Aires, territorio históricamente
dominado por el liderazgo del ex presidente en alianza con los jefes
comunales del conurbano.
Ayer, el diputado duhaldista José María Díaz
Bancalari, jefe formal del justicialismo bonaerense, salió
a rechazar la embestida del gobernador.
“Es extraño que pidan mi renuncia porque ellos se fueron
del peronismo para conformar otro partido que fue reconocido por la
justicia”, dijo el ex candidato a senador nacional.
En esa línea, explicó que si el kirchnerismo decide
impulsar su desplazamiento debería “convocar al Congreso
del PJ”. Ese órgano es presidido por el también
duhaldista Eduardo Camaño.
Más allá del rechazo a la prematura pretensión
del kirchnerismo, la derrota del domingo en las urnas dejó
a la dirigencia del PJ bonaerense absolutamente golpeada y sin ánimo
de confrontación.
“Hay que esperar que los ánimos se calmen” para
realizar una evaluación a futuro del peronismo bonaerense,
se sinceró ayer Díaz Bancalari.
Además, el legislador admitió que para los hombres que
eligieron confrontar contra el Gobierno al lado de Duhalde “no
se puede desconocer la realidad”. “El veredicto de las
urnas es inapelable”, concluyó. |