Cómo fue la relación
del país con el Fondo Monetario es lo que Terragno desnudó
en un libro, una relación que lo tuvo como testigo.
Neuquén > “El FMI simula que ayuda
a los países pobres y Argentina simula que cumple”. Ésa
es la explicación que dio Rodolfo Terragno por el nombre «La
Simulación», el libro que presentó el viernes
en el Museo Nacional de Bellas Artes. En el escrito muestra cómo
fue la relación de los gobiernos argentinos con el Fondo Monetario
Internacional desde hace 20 años, dos décadas en las
que la política nacional lo tuvo de testigo privilegiado. No
teme a que se lo acuse de ser de izquierda porque la lógica
colectiva del país indica que la crítica al Fondo es
marca registrada de ese extremo ideológico.
¿Cuál es el caso escalofriante de la política
argentina que usted revela en el libro?
Fue un caso resonante durante el gobierno de Eduardo Duhalde, el Fondo
Monetario exigió y el bloque justicialista en el Senado y en
Diputados, con cierta complicidad del bloque radical, terminó
derogando una ley por la cual, el que vaciaba una empresa y un banco
tenía que ir preso. Eso lo exigió el Fondo para proteger
a los hermanos Rohms y David Murford, es secretario del Tesoro de
Estados Unidos que estaban implicados en un caso de vaciamiento. En
esa sesión en la que se derogó la ley penal, Mabel Müller,
dijo que es lindo tener dignidad pero que a veces hay que agachar
la cabeza pensando en los chicos que no comen.
¿Cómo armó esta reseña?
El libro cubre casi 20 años; a lo largo de ese período
fui dos veces ministros, dos veces diputado, una vez senador, he visto
desde dentro la relación con el Fondo. He tenido muchos conflictos
por mi posición contraria al fondo y con la manía que
tengo de juntar papeles y tomar notas, fui armando un registro de
hechos que me parece que permiten a quien no tuvo la oportunidad de
ver de cerca esto, conocer más intimamente cómo se ha
dado y se da la relación de Argentina y el Fondo.
¿Por qué afirma que Kirchner queda bien con
Dios y con el diablo?
Queda bien sobre todo con el diablo. Se sube a la tribuna y habla
en contra del Fondo, lo acusa de haber defendido la convertibilidad
que el propio Kirchner defendió. Veamos los hechos. A los argentinos
que están en las AFJP y tienen un título, Kirchner les
ha dicho que ese título que dice 100 vale 35, en cambio al
Fondo le ha dicho que es un acreedor privilegiado y cobra el 100 por
ciento. No le ha pedido un centavo, no ha negociado menores tasas
de interés y plazos más largos. Le ha aceptado una condición
que ningún gobierno aceptó, inclusive el gobierno de
(Carlos) Menem, un superávit primario del 4 por ciento. El
superávit primario es la alcancía donde se separa plata
para pagar deudas. Para salud, educación, trabajo, vivienda
y agua potable, el Estado reserva $0,75 y para pagar deudas destina
$1, según el presupuesto. El Fondo debe estar encantado con
este gobierno, porque ninguno le ha cumplido tanto.
¿Lula Da Silva en Brasil pudo hacerlo porque tiene
más respaldo?
Argentina tiene todo el respaldo, lo podría hacer. Hay que
hablar menos y ponerse más firme. La Argentina si hubiera tenido
un presidente que no hablara como un gallito en las tribunas y se
pusiera firme en la mesa de negociación, podría sacar
provecho de la relación con el Fondo.
¿No cree que como sólo la izquierda critica
al FMI a usted lo ubiquen en ese extremo del arco ideológico?
Nunca pienso dónde me van a ubicar los demás, trato
de ver la verdad. En el libro no hago afirmaciones retóricas,
todo lo hago con honestidad y documentación.
¿Por qué le puso «La Simulación»?
Es lo que caracteriza la relación con el Fondo. El Fondo finge
que apoya a los países favoreciendo su desarrollo y la generación
de empleo, en realidad lo que hace es actuar como un agente de cobranzas
y aprovechar la debilidad de los países que no pueden pagar
para imponerle cosas como éstas. Los gobiernos argentinos estaban
ahogados, particularmente con la vigencia del uno a uno, una mentira
gigantesca, lo que hacía que los productos argentinos fueran
caros en el exterior y los productos de afuera fueran baratos acá.
El acuerdo con el Fondo era necesario porque tenía plata y
era un sello de garantía que permitía acceder a otros
mercados de crédito. Es necesaria una relación madura
y seria, donde se hable despacio y se negocie duro.
¿Es posible esto, hay ejemplos?
México tuvo en los 80 una gran crisis, necesitaba sí
o sí la ayuda del Fondo y éste le dijo que había
que privatizar Pemex, una empresa petrolera, y los mexicanos dijeron
que no. El Fondo los ayudó igual porque si se caía México
iba a tener un efecto dominó sobre el resto de las finanzas
internacionales. Aún en una situación de extrema debilidad
tuvo la posibilidad de ponerse fuerte.
Hay un cartel en Plaza Huincul que dice que (Oscar) Parrilli
está declarado persona no grata por haber sido el miembro informante
de la ley que privatizó YPF, ¿qué opina de la
privatización?
Me parece injusto agarrárselas únicamente con Parrilli,
porque el abanderado de la privatización fue Kirchner. Era
presidente de la Ofephi y fue el jefe del lobby para que se aprobara.
Los fondos de Santa Cruz que fueron al exterior son el resultado de
un acuerdo entre Kirchner, Menem, Manzano, Cavallo y De Vido. Estoy
de acuerdo con el cartel contra Parrilli pero también tienen
que hacer otro sobre Kirchner.
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