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Por LAURA ROTUNDO
El 2004 fue un año importante para Argentina, a nivel
político y económico. El 2005 traerá definiciones
importantes para el oficialismo y para la oposición, ante la
llegada de las previstas elecciones legislativas. Roberto Bacman es
sociólogo y Director Ejecutivo del Centro de Estudios de Opinión
Pública (CEOP) para la Argentina y Uruguay, desde 1984. En diálogo
con La Mañana de Neuquén, el analista político
destacó los hechos positivos del año que finalizó,
sin dejar de enumerar los temas pendientes por resolver durante el año
que se inicia. Bacman se desempeña además, como Director
de la Maestría de Investigación, Medios y Opinión
Pública en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales
(UCES).
Desde el punto de vista político, ¿cómo
analiza el año que se va? ¿Qué aspectos resultaron
positivos y cuáles negativos para el Presidente Néstor
Kirchner?
En líneas generales, el 2004 fue un año positivo para
la Argentina porque el país ha comenzado a transitar un nuevo
contrato social. Allá por el 2002 (Eduardo) Duhalde demostró
que había vida detrás de la convertibilidad, que devaluar
no implicaba caos económico asociado de manera inmediata y
(Néstor) Kirchner fortaleció ese modelo y comenzó
a generar un nuevo contrato social, que aún no está
demasiado definido por ciertas circunstancias. Por primera vez en
muchos años, se recupera la institución presidencial.
Pero también deberíamos detallar los grandes problemas
que atraviesa el país y que son temas pendientes a resolver.
El primer gran conflicto es la deuda interna, además de la
deuda externa: los dos son herencias para este gobierno, pero el hecho
que sean heredados no significa que no deba ponerse a trabajar para
solucionarlos.
En la deuda interna están la exclusión, la violencia,
la marginalidad, la inseguridad, los desequilibrios regionales (cada
vez hay más provincias ricas y pobres) y la desocupación,
que aunque baje lo cierto es que si un país tiene dos dígitos
de desempleo, no es posible resistir semejante problema: el índice
tendría que ser de un dígito y cuanto más cercano
al 4 o 5 por ciento, mejor. Si a la Argentina le sumamos a la desocupación
real, la desocupación disfrazada que bajó también
pero que son los subsidios y los trabajadores en negro, este es un
problema bastante grave. En cuanto a la deuda externa, es necesario
asumir los compromisos internacionales. Sino queremos cometer grandes
locuras, los tenemos que honrar porque ningún país nos
va a salvar. Hay que volver a las normas del Fondo Monetario Internacional
porque Argentina no está en condiciones de patear el tablero
y salir del mundo capitalista. Es indispensable salir del default,
arreglar con los organismos internacionales porque van a venir créditos
blandos que nos van a permitir desarrollarnos.
Creo que para los próximos años, no solamente para el
2005, se viene un nuevo contrato social con una nueva mirada hacia
el Estado, un Estado más neokeynesiano: más preocupado
por controlar la derivación económica, para lograr que
la gente no se quede afuera de la estructura de consumo, para erradicar
la violencia, preocupado en mejorar la educación. No sobreprotector,
no paternalista y no estafador, como lo llamaron algunos en la década
del ’90 porque en esa época, para destruir a ese Estado
omnipresente en lo económico se destruyó también
al Estado necesario para contener la crisis social.
El Estado que acabo de describir es el desafío que tiene el
Gobierno no sólo para 2005 sino para los próximos años.
Kirchner está en ese camino y está en sus manos salir
adelante.
¿Cómo está posicionada actualmente la
imagen del Presidente?
Podemos discutir las consultoras si la imagen está en un 65
o 75 por ciento... esto es depende de cómo se mida, pero resultan
detalles. Lo cierto es que si un Presidente, en la Argentina que hoy
vivimos tiene arriba de 60 % de imagen positiva, luego de un año
y medio de gestión habla por sí solo de que cuenta con
un fuerte apoyo popular. La gente reconoce, cree y confía en
el Presidente y sus Ministros. Esto implica -como expresaba anteriormente-
la recuperación de la institución presidencial.
¿Cuáles son hoy las instituciones más
valoradas por la sociedad?
Estos valores se modificaron bastante. Entre las más respetadas,
están en primer lugar las PYMES porque la gente empezó
a recuperar aquello que durante las décadas del 50, 60 y 70
les dio trabajo. Luego viene la Iglesia y en tercer lugar se ubican
los medios de comunicación que, a pesar de muchos problemas,
se conservan entre las instituciones más creíbles porque
su rol es hacer públicos los secretos del poder y ese papel
es muy importante para una sociedad democrática y moderna.
Después vienen el Presidente y sus Ministros que crecieron
muchísimo.
Haciendo referencia justamente al Gabinete, ¿cuáles
son las figuras y las gestiones más ponderadas por la gente?
El Ministro estrella, que tiene la mejor imagen es el de Economía,
(Roberto) Lavagna. Después aparece Alicia Kirchner (Desarrollo
Social), pero muchos plantean que la ayuda el apellido. Le siguen
el Jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el Ministro del Interior,
Aníbal Fernández; el Canciller, Rafael Bielsa que es
un funcionario muy bien posicionado; el Ministro de Educación,
Daniel Filmus y el de Salud, Ginés González García.
El resto de los ministros tienen un gran problema que es la falta
de conocimiento porque no tienen tanta prensa. Este Gobierno tiene
un muy bajo perfil de Ministerios y esto tiene que ver con que no
hay fotos en los diarios de las reuniones de gabinete porque no se
hacen estas reuniones.
También sobre la imagen, ¿cómo están
los principales opositores y cómo cree que se organizará
la oposición con vistas a las próximas elecciones?
Kirchner logró en este año y medio de gestión,
lavar a la oposición, que de hecho no está muy clara
pero que lentamente se fue acomodando. Creo que Elisa Carrió
es la principal líder opositora. Hoy tiene entre 45 y 48 por
ciento de imagen positiva, está encontrando su lugar en la
centroizquierda y va a ser una muy buena candidata en la Capital Federal,
donde el radicalismo perdió total referencia política
y donde no tiene siquiera un líder para hacer pie en aguas
capitalinas. Carrió resulta mejor postulante para un cargo
legislativo que para Presidente o Gobernadora.
Por otra parte, (Ricardo) López Murphy fue muy castigado y
lo cierto es que él comete un error estratégico que
es muy importante: es candidato a Presidente y luego no revalida esos
galones en elecciones posteriores. A mi gusto, él representa
el pensamiento de la centroderecha y tiene más perfil radical
que otra cosa pero presenta problemas de imagen. Es un jugador de
cintura un poco dura para jugar en la mitad de la cancha. Para mí
un fenómeno muy importante en Argentina es Mauricio Macri.
Está ganando mucho espacio en el interior del país como
un candidato que también representa a la centroderecha, más
que nada porque tiene que ver con su pasado en Boca y con haber convertido
al Club en una Sociedad Anónima exitosa, que por lo menos ya
no tiene deudas.
Macri se recuperó muchísimo después de la segunda
vuelta en la Capital. Él no gana el ballottage, no porque (Aníbal)
Ibarra fuera un excelente candidato, sino porque pesó mucho
la imagen negativa que tenía, principalmente porque le jugó
en contra el apellido, la patria contratista y la historia de su padre.
Sin embargo, hoy Macri es un mejor candidato a nivel nacional que
en la propia Capital Federal, incluso muchos colaboradores de su entorno
le sugieren que se presente en una elección a nivel nacional,
donde él podría resultar un excelente representante
de la centroderecha.
Es válido destacar que es el peronismo el que genera su propia
oposición. Así como decimos que López Murphy
es un dirigente más proradical, me animo a decir que Macri
es bien filoperonista y está bien cercano a gente de Duhalde.
¿Y cuál cree que será el papel que jugará
Duhalde?
En este momento, está jugando un papel de árbitro. Pero
el de Duhalde es un caso muy particular porque si vos le preguntás
a la gente qué rescata de él, te indica que rescata
el Duhalde salvador o socorrista, que se puso el casco y en el peor
momento del terremoto en Argentina salió y le dijo a cada uno
‘no vaya por ahí’, ‘tenga cuidado’,
‘estamos condenados al éxito’. Le dijo a la sociedad
que iba a quedarse un año y medio, lo cumplió; descomprimió
políticamente porque llamó a elecciones y económicamente
porque demostró que podíamos salir del 1 a 1, además
de descomprimir socialmente porque por primera vez en muchos años,
fue inteligente en el armado de los planes sociales. Tomó la
poca plata que tenía para ayuda social, transformó todos
los planes pequeños en un solo plan: el Jefas y Jefes de Hogar.
Y Duhalde no dio estos subsidios solamente a los punteros, sino también
a las organizaciones sociales. Es cierto, generó otro problemita
al actual Presidente, que son los piqueteros pero en ese momento descomprimió.
Sin embargo, Duhalde solamente alcanza el 20 por ciento de imagen
positiva y llega a un 60 o 70 por ciento de negativa. Tiene una muy
buena imagen de su gestión, pero no de su persona.
No lo veo retirándose, lo veo como árbitro y esperando
porque actualmente está con grandes problemas. Se le presentó
un frente interno complicado que va a tener que resolver, porque atrás
de (Felipe) Solá no está solamente el Gobernador Bonaerense...
Duhalde está tratando de no perder su propio poder -un poder
muy feudal- en la Provincia. El ex Presidente sabe que uno de los
problemas que tuvo el Gobierno actual fue en abril de 2004, cuando
comenzó a trascender que podía existir una pelea y esto
le hizo bajar los índices de gobernabilidad a la actual gestión.
Ambos entendieron que no conviene esta pelea pero también demuestran
que hay en el peronismo un equilibrio inestable.
¿Y cómo considera que irán resolviéndose
las tensiones internas del PJ de acá al término de la
gestión de Néstor Kirchner?
Yo creo que no van a llegar a resolverse. El PJ es un partido muy
particular y es muy difícil. A veces cuesta explicar esto a
los periodistas extranjeros porque se plantean: ¿cómo
puede ser que la oposición que pueda tener este Presidente
esté en su propio partido? La realidad es que Carrió
no tiene todavía una estructura nacional, con López
Murphy ocurre lo mismo y el radicalismo está destruido. El
único que puede contar con una estructura nacional opositora
a este Gobierno, la tiene Duhalde y hasta ahí... porque la
realidad es que los gobernadores peronistas se adaptan rápidamente
a quien tiene el poder de turno.
Yo creo que es necesario el surgimiento de un buen representante de
la centroizquierda, con formación de cuadros para gobierno
y con nuevas ideas, así como también es necesaria la
aparición de algunos partidos más modernos desde la
centroderecha, que necesitan ver este espectro, donde hoy la única
posibilidad es (Jorge) Sobisch, en Neuquén.
Pero volviendo a la pregunta, creo que es totalmente impredecible
lo que pasará en el PJ.
¿Cree que -aunque públicamente no lo admita-
el Ministro Lavagna tiene algún tipo de apetencia política
y si es así, cómo cree que evolucionará su carrera?
Algunos dicen que sí. El problema de Lavagna es que él
podría evolucionar si se separa un poco del Gobierno. Igualmente
lo veo difícil porque el Ministro de Economía ya es
un hombre grande. Lavagna es demasiado técnico, aunque también
tiene una fuerte personalidad que lo lleva a tener sus enfrentamientos
con el Presidente porque él opina y no se deja avasallar por
nadie. Es un hombre de convicciones y fue quien nos sacó de
la crisis. Pero creo que Argentina está buscando otro tipo
de liderazgo en este momento.
¿Ve en el ánimo del Presidente Kirchner buscar
la reelección en 2007?
La verdad es que al peronista, a diferencia del radical, le gusta
seguir adelante. Hay que pasar el test del 2005, hay que ver cómo
le va al país y cómo se siente el Presidente. Mi opinión
personal es que Kirchner sí va a terminar siendo candidato
en 2007.
Por último, quisiera preguntarle dos preguntas relacionadas
con la sociedad. En primer lugar, me gustaría saber si en las
mediciones que realizan en el CEOP, ¿detecta algún tipo
de evolución del temor de la gente a perder el trabajo o a
no conseguir uno nuevo o hay más confianza en torno a este
tema?
El tema del empleo no es el mismo que el de hace 3, 4 o 5 años
atrás. Fue cambiando bastante, si bien sigue siendo una preocupación.
En la última encuesta que nosotros realizamos, el desempleo
y la inseguridad aparecen muy parejos pero porque bajó inseguridad
no porque haya aumentado el otro índice. Sigue habiendo miedo
a perder el empleo, pero la gente ya está mirando un poco más
para adelante al estar todo más estabilizado.
Pero hay un tema muy importante, que siempre intento recalcar. Los
argentinos estamos acostumbrados a vivir las elecciones con consignas
de referencia dominante. En 1983, esa consigna era el regreso a la
democracia; en 1989, esa consigna era terminar con la crisis económica;
en 1999, el eslogan era mantener la convertibilidad con más
transparencia y más sensibilidad social. Cuando votamos en
2003 no existió consigna y eso es lo que explica que entre
cinco candidatos se hayan registrado solamente diez puntos porcentuales
de diferencia. Pero el que ganó finalmente, se quedó
con todo.
Kirchner ocupó el porvenir de la esperanza, devolvió
la fe de que puede haber trabajo, educación, mejor salud y
por eso bajan todos estos indicadores, entre las principales preocupaciones
de la gente.
Pero hoy el desempleo no es el principal problema de los argentinos,
aunque es válido destacar que la desocupación es la
peor de las depresiones económicas porque golpea muy duro y
se mete adentro de la gente, genera malestar. Igualmente, a diferencia
de la inseguridad, un tema que da miedo; la desocupación preocupa,
ya no causa temor.
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