Los hospitales de Islamabad y Rawalpindi
están desbordados ante
el enorme número de pacientes.
Islamabad (Reuters) > La comunidad
internacional se movilizó para ayudar a Pakistán tras
el terremoto del pasado sábado. Sin embargo, cuatro días
después de la catástrofe, millones de damnificados siguen
sin recibir ayuda. Aunque aviones extranjeros aterrizan constantemente
en el aeropuerto de Islamabad, unas mil toneladas de asistencia permanecen
bloqueadas allí por la imposibilidad de trasladarla a las zonas
afectadas por el seísmo.
Equipos sanitarios españoles, franceses, malayos y turcos tampoco
pudieron salir hacia Cachemira por falta de helicópteros.
Hasta seis hospitales de campaña, enviados por Rusia, Azerbaiyán
y Malaisia, se encuentran paralizados en la base aérea de Chaklala,
en la ciudad de Rawalpindi, vecina a Islamabad, pues las autoridades
no disponen de recursos para facilitar su traslado a los lugares más
afectados. Estos hospitales de campaña, equipados con salas
de cirugía de emergencia, entre otras tecnologías, están
diseñados para atender a un gran número de afectados.
Según fuentes diplomáticas, también tienen capacidad
de generar electricidad, lo que ayudaría a los afectados aislados
en lugares donde la asistencia está todavía por llegar.
Mal tiempo
La portavoz del Ministerio paquistaní de Asuntos Exteriores,
Tasnim Aslam, atribuyó ayer la dificultad de trasladar la ayuda
a las zonas devastadas al mal tiempo, pero también admitió
la falta de recursos propios para hacerlo.
Las lluvias temporales y el granizo caído desde el martes hicieron
imposible que los helicópteros lleguen a los sitios más
remotos de la región montañosa de Cachemira, que sólo
son accesibles por ese medio.
Por otro lado, el personal de los hospitales de Islamabad y Rawalpindi
es incapaz de atender el enorme número de pacientes que, tras
la reapertura de algunas de las carreteras que unen la capital con
los pueblos cercanos, comenzaron a llegar.
Mientras prosigue la búsqueda de sobrevivientes en una carrera
a contrarreloj, urgidos por la amenaza del frío y las epidemias,
la asistencia extranjera sigue llegando desde todo el mundo, en respuesta
al llamamiento del presidente paquistaní, Pervez Musharraf,
que calificó la catástrofe como «la peor tragedia»
sufrida en su país.
Millones de dólares fueron comprometidos por más de
una veintena de países y diversos organismos como ayuda a Pakistán,
una cantidad que se suma al material de socorro y medicinas enviados
por los equipos de rescate. Así, Estados Unidos prometió
50 millones de dólares de asistencia, mientras el Banco Mundial
ofreció un préstamo de 40 millones de dólares,
el Banco Asiático de Desarrollo, 10 millones, y la Unión
Europea, 3,6 millones de euros. |