Se abren las compuertas

 
  En medio de un escenario por demás complicado para el sector productor, se inicia el lunes una nueva temporada del servicio de riego.


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  Bajos niveles de cobrabilidad y un margen acotado de obras son las principales características del sistema.

Neuquén > “El canon de riego parece ser la primera variable de ajuste de los productores en tiempo de crisis”, se escuchó decir días atrás a un dirigente de un consorcio de riego. Y si se toman los promedios de los niveles de recaudación actual, los cuales oscilan entre un 25 y en el mejor de los casos un 60%, aquella afirmación cobraría más sustento. Pero en realidad se trata de una verdad a medias ya que, tomando distintas referencias de años anteriores, existen consorcios de riego que tienen un nivel histórico de recaudación más allá de la coyuntura.
Pero también es cierto que debería ser el riego una de las últimas “facturas” a abonar, teniendo en cuenta que se trata de un servicio esencial, primero a todo y del que no se puede obviar. “Se puede no curar, se puede no podar, pero no se puede concebir ningún modelo productivo sin riego”, esta idea también corresponde a un productor.
Actualmente, el canon oscila en promedio en los 120 pesos por hectárea por año. Hilando más fino, se puede decir que el valor implica un monto de 30 centavos, por hectárea por día.
Eduardo Artero, titular del consorcio de Cipolletti explicó que la recaudación por el servicio oscila entre un 30 y 40%, valor que ya de por sí es crítico para el mantenimiento del servicio y las obras necesarias para la correcta prestación.
Por su parte, un panorama casi similar es que el dio a conocer el presidente de la entidad de Roca, Ángel Spampani, quien –en diálogo con La Mañana de Roca- explicó que el pago del canon ha bajado “en picada” en el último bimestre, situándose en un 40% de cumplimiento.
En ambos casos, los dirigentes no pasaron por alto la crisis que vive la mayoría de los productores por la escasa rentabilidad que ha dejado la última temporada.
Pero también coinciden en que el riego es uno de los insumos más económicos que debe afrontar el chacarero.
A partir del lunes próximo, cuando se habilite el servicio, la mayoría de los dirigentes de todos los consorcios de riego del Alto Valle deberán analizar un tema no menor, y que se repite con menor o mayor intensidad año a año: qué hacer con los productores que adeudan el servicio, en concreto con aquellos que mantienen deudas de varios años.

El nocivo Efecto de las Aguas Claras

Por Gustavo Franco

Estudios técnicos revelaron que en los últimos 25 años, la fruticultura perdió más de 225 millones de dólares por acción de las represas.

Las represas construidas sobre el río Limay y el Neuquén retienen los sedimentos naturales que permiten la impermeabilización necesaria de ríos, canales y acequias.

Neuquén > La falta de inversiones en el sistema de riego, el bajo nivel de cobro de los consorcios son dos de los aspectos que influyen no sólo en la correcta prestación del servicio, sino también en la calidad y cantidad del recurso necesario para cualquier actividad productiva.
Pero existe un elemento del que desde hace varios años se viene hablando y cuya incidencia provoca daños casi irreversibles en el sistema. Se trata del denominado Efecto de las Aguas Claras o Clarificación de las Aguas.
Según un estudio realizado en el año 2000 por el Consejo Federal de Inversiones (CFI), aquel efecto generó pérdidas en la fruticultura regional del orden de los 225 millones de dólares en los últimos 20 años.
La construcción de diques o presas, que generalmente se diseñan y ejecutan para regular caudales o para generación hidroeléctrica, terminan actuando como enormes tamices de los sedimentos naturales que transportan las ríos. Aguas debajo de las represas o diques, los cauces siguen su marcha con un mayor nivel de claridad y ausencia de esos sedimentos naturales.

Aguas Claras
Tal como se ha definido técnicamente el fenómeno, el efecto de las aguas claras “cuando un dique retiene temporalmente las aguas, se produce la precipitación natural de los sólidos en suspensión, originando que las aguas que se toman de esas presas resulten más erosivas por haber perdido todo el material en suspensión y estar dotadas de una máxima energía cinética”.
Ese tipo de agua no sólo provoca mayor erosión de los taludes de ríos, canales y acequias, sino que, además, no deja sedimentos naturales en esos sitios, los que son necesarios para la impermeabilización de los cauces. Por ese motivo, es mayor el volumen de agua que se filtra (a través de taludes y fondos) de los cauces provocando una elevación de las napas freáticas y, por consiguiente, serios inconvenientes en los cultivos.
Este efecto –que no es sólo regional- ha impactado y mucho en las zonas irrigadas del Alto Valle y Valle Medio. Si se tiene en cuenta el esquema de represas distribuidas a lo largo de los ríos Limay y Neuquén, las zonas aledañas al río Negro, al canal principal de riego y los demás cauces secundarios fueron los más afectados por la clarificación del agua. Es por eso que desde hace varios años, se viene advirtiendo sobre este problema por lo que existen pocas soluciones al alcance: la impermeabilización del canal principal y demás cauces. Pero esta solución presenta en la región una sola alternativa que a su vez tiene dos variantes: el revestimiento de taludes y solera (fondo) del canal con hormigón, con membrana, u otro material que pueda cumplir esa función. La primera es más cara –se trata de 110 kilómetros de extensión de ese cauce- pero más efectiva. La membrana, que se ha utilizado en varios tramos del canal de riego, es más económica pero más propensa a su deterioro o rotura.
Desde los consorcios de riego y desde organismos como el Departamento Provincial de Aguas se vienen realizando obras de este tipo, aunque –por una razón de costos- el revestimiento se está efectuando en forma parcial. En algún momento, se barajó –entre sectores productivos y algunos organismos oficiales- utilizar el estudio del CFI para solicitar a Nación y/o a las concesionarias algún tipo de resarcimiento económico por el daño causado en la fruticultura. Cabe acotar que el estudio técnico no estuvo sólo apuntado a determinar la incidencia negativa, sino que se trató de un trabajo en el que también se destacaron los beneficios que acarreó para la zona, la regulación de caudales.

Obras del Departamento Provincial de Aguas

A partir del lunes, las autoridades provinciales y de los consorcios habilitarán una nueva temporada del servicio de riego que, año a año, permite llegar con el recurso a más de 6.000 unidades regables (chacras) y una superficie total actual de 55 mil hectáreas desde Barda del Medio a Chichinales.
El Departamento Provincial de Aguas (DPA), organismo encargado de los recursos hídricos y del control de las concesiones, viene realizando distintas obras a lo largo de los 120 kilómetros del canal principal de riego.
Muchas de esas obras corresponden a trabajos de mantenimiento, limpieza y construcción de taludes y soleras.
Tal como se informó desde el DPA, durante el último año y aprovechando la suspensión del servicio, se ejecutaron obras de impermeabilización de un tramo del canal con un producto de calcáreo seleccionado (ripio y material fino compactado) en taludes y piso a lo largo de 2.500 metros en la progresiva 68, mientras que se realizó reparaciones de la membrana plástica a lo largo de 6.000 metros en lo que sería en la zona cercana a Cinco Saltos.
En forma paralela, también se ejecutaron trabajos de mantenimiento, concretamente en lo que se refiere a remoción de embanques en una extensión de 89 kilómetros del canal, como así también el desglosamiento en banquinas.
En la zona Allen se concluyó con revestimiento de hormigón armado en taludes y solera en 1.000 metros, como así también en la zona de Huergo, donde se combinó un revestimiento de más de 1.000 metros del canal con hormigón armado en taludes y paquete de calcáreo en solera.
También se concretaron las obras por parte del DPA en lo que se refiere a la nueva toma que comenzará a funcionar el año próximo en Roca, en lo que se refiere a las zonas irrigadas por el canal secundario 3.
Esas son algunas de las obras que ha realizado el organismo provincial, las que se suman a otras ya ejecutadas en distintos puntos del canal.

En Neuquén
En tanto, desde el área de Recursos Hídricos de Neuquén se informó que el riego para la zona de Senillosa, Plottier y toda la zona del valle inferior del río Limay, el servicio –que se toma desde un derivador de Arroyito- se inició el pasado miércoles 10.

 

 


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