En tanto, se supo que dos de los sospechosos
tenían problemas de dinero y se presume un secuestro.
Buenos Aires (Télam) > Dos de los detenidos por el
crimen de Santiago Miralles, asesinado en una quinta de Canning, necesitaban
dinero en forma urgente para no perder un negocio relacionado con remises,
por lo que los investigadores creen que este pudo ser el móvil
del secuestro extorsivo. Fuentes de la investigación revelaron
que los involucrados en esa maniobra son Alejandro Coito Machado, de
20 años e hijo de los caseros de la quinta en la que se encontró
el cuerpo de Santiago, y su padrino Abel Domínguez, de 55, ambos
detenidos e indagados por la Justicia Federal.
Según los investigadores, estos hombres se habían comprometido
a concretar una inversión para la compra de automóviles
con el fin de hacerlos funcionar como remises y necesitaban imperiosamente
dinero, luego de que pidieran un préstamo que les fue rechazado.
En tanto, ellos y los otros cuatro detenidos en el marco del caso negaron
ante la Justicia haber tenido alguna participación en el hecho,
aunque todos quedaron presos.
Fuentes judiciales aseguraron que todos los apresados fueron indagados
como coautores del delito de «secuestro extorsivo seguido de homicidio»,
aunque sus situaciones procesales serán resueltas por el juez
Federal de Lomas de Zamora, Alberto Santamarina, entre el lunes y el
martes de la semana próxima.
Reunión
Walter Miralles y su esposa Silvia, padres del chico de seis años
asesinado, se reunieron ayer con el juez y el fiscal federal Carlos
Daneri, a quienes les reiteraron su indignación por el resultado
del caso y sus dudas acerca de cómo se investigó.
Durante una conferencia de prensa realizada tras el encuentro, el
juez Santamarina dijo: «Fue una reunión en la que los
padres plantearon las expectativas y anhelos de justicia, y les transmití
que se van a poner todos los esfuerzos en los que de mí dependa
para garantizar que no se confundan los objetivos y no exista una
caza de brujas, ni decisiones fundamentalistas».
Fuentes judiciales dijeron que las indagatorias de los detenidos comenzaron
a las 17 del lunes y finalizaron cerca de las cinco de la madrugada
de ayer.
Los primeros en declarar fueron Enrique Coito Machado y su esposa
Ana Isabel, quienes eran los caseros de la quinta lindera a la casa
de los Miralles, en cuyo predio apareció el cadáver
de Santiaguito, semisumergido en un pozo séptico y con su cabeza
destrozada.
Ninguno de los dos logró explicar cómo fue que apareció
el cuerpo del nene en el pozo ciego de la casaquinta que cuidaban.
Luego, fue el turno del hijo de la pareja de caseros, Alejandro, uno
de los más comprometidos en el hecho, quien también
negó haber tenido algo que ver con el hecho.
Finalmente, el fiscal Daneri recibió en su despacho a Abel
Domínguez, de 50 años, quien tiene un parentesco lejano
con los Coito Machado y cuidaba otra quinta vecina a la de los Miralles.
Misterio
Santiago Miralles fue visto por última vez el miércoles
de la semana pasada mientras jugaba con un amigo en la vereda de su
casa, en la localidad de Canning.
Un día después, mientras varios centenares de policías
rastrillaban la zona y varios barrios vecinos, los familiiares del
chico recibieron un llamado extorsivo en el que le pidieron 20 mil
pesos para liberarlo sano y salvo y exigieron la liberación
de la zona.
El cuerpo de Santiago fue encontrado recién el sábado
por la tarde, semisumergido en un pozo ciego a 30 metros de la casa
de los Miralles y detuvo a los seis sospechosos del crimen. |