Por VICKY CHÁVEZ (*)
Su voz vibrante e inconfundible forma parte de la memoria
colectiva de los “nyc” de la época de oro.
En nuestra edición anterior relatamos la historia familiar
de Magda Byrne, cuyo verdadero nombre es Antonia Bassolino. Su padre,
chofer de la Gobernación, tuvo la oportunidad de conocer personalmente
a Bartolomé Peri, Eduardo Belenguer, Enrique Pilotto y tantos
otros que tuvieron bajo su mando los destinos del territorio neuquino.
La abuela, Antonia Reynoso de Bassolino fue una de las primeras parteras
radicadas en la capital.
Magda, alumna de la Escuela 121, cursó estudios secundarios
en la inolvidable Escuela Profesional de Mujeres, antes de iniciarse,
casi por casualidad, como locutora de la emisora por excelencia de
la región con domicilio en Neuquén capital.
Los comienzos
Magda comenzó a trabajar en el “Hotel Confluencia”,
en la administración con el Sr. Crespo. Allí se hospedaban
todas las personalidades que llegaban al territorio. Un huésped
de “honor” fue Miguel Valenti, director de LU5, el cual
le ofreció trabajar en la radio, y fue así que en 1948
comenzó su carrera como locutora. Su voz inconfundible y agradable
le permitió, poco tiempo después, obtener su carnet
de locutora nacional.
Magda recuerda que “solía cantar con Pimentel acompañados
por la orquesta “Los Dados Negros” en los grandes eventos
sociales”, con la presencia de personalidades importantes, como
el caso del Jefe de Correos, Mario Carrera Frea, en el año
1949.
En 1957 tuvo una interesante oportunidad para trabajar en la provincia
de Córdoba, en Radio Ranquel de la localidad de Río
Cuarto. Posteriormente tuvo un importante contrato en LV 8 Radio Libertador
de Mendoza, donde adquirió mayor experiencia y se codeó
con los “grandes” de aquellos años.
“Nyc”
De regreso en Neuquén formó parte de la inauguración
de LU 19 radio Cipolletti, junto con Juan Carlos “Negro”
Marín. Luego regresó a trabajar a la radio de sus amores,
LU5, hasta el año 1980.
De tantos años de labor profesional, Magda forma parte del
recuerdo de los auténticos “nyc”, con programas
recordados como “El alegre despertar”, con el inolvidable
allense Elbio Bonfanti y con otro inolvidable, Juan Carlos Venegas.
Magda recuerda que les decían las “tres b” aunque
Venegas se escribía con “v” corta.
Otro programa que permanece en el recuerdo de los oyentes fue “La
Valija”, con Hugo Peña y Agustín Orejas. En este
caso se trató de un importante programa de interés general
en el que se brindó intensa ayuda social. Uno de los elementos
que entregaban eran campanas realizadas por el taller por alumnos
de la ENET 1 (hoy EPET 8) para escuelas del interior como Chos Malal,
Andacollo, Huinganco y Las Ovejas, entre otras.
Con su segundo esposo, Oscar Lavalle, hizo el programa “Gánele
al minuto” en la década del 70’. En 1972 participó
del maratón radial en el que Magda transmitió con Salmini,
Venegas, Ana María Lambert, “Pepe” Ramos Paz.
A mediados de la década del ’70 realizó “Musicolandia”
con Hugo Peña. Luego vino la etapa televisiva con su hijo Luis,
quien trabajaba como operador de estudios, realizó el programa
“Trasnoche Informal” en la década del 80, transmitiendo
en cadena con LU 3 de Córdoba.
“Me fui con Oscar (Lavalle) a Tierra del Fuego, al Canal LV
13 de Río Grande, hasta 1987. Cuando volví de Río
Grande trabajé en LU5 en forma “independiente”
en el programa “El golpecito” con Tito del Bo y fue ésta
mi última audición de radio”-indica Magda-.
Prensa y protocolo
Alrededor de 1990 el entonces intendente de la ciudad de Neuquén,
don Herminio César Balda, la llamó para trabajar en
Prensa y Protocolo del municipio, cargo que desempeñó
hasta acogerse a los beneficios de la jubilación.
En la actualidad Magda transcurre sus felices días en su espaciosa
casa del Barrio Alta Barda, en su querida Neuquén. La provincia
a la que Magda, con su vibrante voz, hizo imaginar y soñar
a los radioescuchas a través de sus inolvidables programas.
(*) Miembro de la Junta de Estudios Históricos de
Neuquén.
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