La autopsia determinó que el
chico fue asesinado un día después de que su abuela recibiera
un llamado de sus captores.
Buenos Aires
> El padre de Santiago Miralles, el niño cuyo cadáver
apareció sumergido en un pozo séptico en una quinta
de Canning, aseguró ayer que su hijo fue asesinado durante
un «secuestro extorsivo» y que aún estaba vivo
cuando sus captores pidieron 20 mil pesos de rescate.
De acuerdo a los resultados de la autopsia, el nene fue asesinado
36 horas antes del hallazgo de su cadáver, es decir un día
después de la llamada recibida por la familia.
La necropsia determinó, además, que sufrió varios
golpes en la cabeza que le provocaron fractura y hundimiento de cráneo,
con pérdida de masa encefálica, y que tenía agua
en los pulmones, lo que significa que aún respiraba cuando
fue arrojado al pozo ciego.
Recomendación
Walter Miralles denunció que la policía bonaerense que
estaba a cargo de la investigación le recomendó que
no revelara la existencia del llamado extorsivo por la seguridad de
su hijo y descartó que el crimen tuviera como motivación
una venganza en su contra, tal como se aseguró en un principio,
ya que su relación con los detenidos «era normal».
«La idea era pedirnos plata y era un plan premeditado. Esto
fue un ‘secuestro extorsivo seguido de muerte’»,
dijo Miralles, quien se mostró indignado con los investigadores,
porque consideró que «la muerte de Santiago se podría
haber evitado».
Santiago Miralles, de seis años, había sido visto por
última vez el miércoles de la semana pasada a las 15,
cuando jugaba en la vereda con el hijo de los caseros de la quinta
lindera a su casa en la localidad bonaerense de Canning, partido de
Esteban Echeverría.
Horas después, Walter Miralles denunció la desaparición
de su hijo en la comisaría de Canning, por lo que varios policías
se dirigieron al lugar y comenzaron a buscarlo.
«Vinieron muchos policías con perros cocker adiestrados
y los perros se quedaban en la puerta de la quinta vecina, pero como
no tenían orden para entrar, no lo hicieron hasta 72 horas
después. Ahora me doy cuenta de que si hubieran ingresado,
Santiago estaría con nosotros», dijo el padre del menor
asesinado.
Al día siguiente, el jueves a las 11.30, la abuela de Santiago
atendió la llamada extorsiva, en la que un hombre le dijo que
tenía secuestrado al chico y que juntara 20 mil pesos para
el día siguiente, y le advirtió que si no sacaba a la
policía del lugar y a la prensa iban a matar al nene.
Fuentes policiales y judiciales aseguraron que, hasta ese momento
el teléfono, de la casa de los Miralles aún no estaba
intervenido, por lo que no se pudo grabar la conversación.
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