Por LAURA E. ROTUNDO
La directora ejecutiva del Pami dialogó extensamente con La
Mañana de Neuquén, Graciela Ocaña enumeró
los logros del primer año que cumplió de gestión
en el organismo y definió las políticas que pretende
continuar en su administración.
La ex diputada nacional por el ARI detalló, además,
cuáles son los reclamos que recibe por parte de los beneficiarios
de la obra social y cómo se utilizará el presupuesto
del PAMI durante 2005.
El 6 de enero del corriente año cumplió el
primer año de gestión en el Pami. ¿Qué
cosas pudo mejorar dentro del organismo, desde su asunción
hasta hoy?
Mejoramos muchísimo el reponer prestaciones regularmente, ya
que una serie de éstas estuvieron demoradas o no se dieron
en forma continua durante muchos años. Con esto, logramos impactar
sobre los ingresos y los bolsillos de muchos jubilados y jubiladas.
Por ejemplo... se otorgaron tiras reactivas para los diabéticos,
que son un elemento esencial para muchos abuelos y tienen un costo
elevado; los pañales para las personas que sufren incontinencia
igual; la entrega de anteojos (dos para cada jubilado); en cuanto
al programa alimentario (Probienestar) se aumentó en más
de 30 mil la cantidad de afiliados que pudieron acceder, lo que representa
un diez por ciento más de lo que se daba al inicio de mi gestión.
Actualmente se atienden alrededor de 430 mil familias argentinas que
reciben mensualmente y descentralizadamente -a través de los
centros de jubilados- una ayuda alimentaria mensual. Se mejoró
el valor, es decir la calidad y la cantidad de elementos que se entregan
en el bolsón alimentario.
Se instrumentó un plan de operaciones de cataratas que también
era una prestación atrasada durante casi dos años, lo
que tiene un efecto muy positivo sobre los mayores porque, a través
de la vista, mejora la calidad de vida de la persona... puede movilizarse,
relacionarse con los demás, leer.
El año pasado se repartieron alrededor de 3.000 audífonos,
aunque esto no fue para nada suficiente, dado también a la
cantidad de años que no se facilitaron. Están entrando
1.200 mensuales a partir de este año, que darán respuesta
a toda la demanda contenida, así como sillas de ruedas, camas
ortopédicas y bastones que son prestaciones que en otras obras
sociales no se dan o se las dan cobrando un arancel de alquiler.
Vamos a seguir en el marco de campañas de emergencia, no para
quitar prestaciones sino para poner al día el atraso que hubo.
¿De qué se trata el cambio del nuevo modo prestacional?
Esto es algo muy importante y justamente también estamos trabajando
en modificarlo. La idea es contratar directamente a aquellos que dan
los servicios y que quienes lo ofrezcan cobren directamente y centralmente
para que el jubilado tenga la herramienta de poder elegir con qué
médico o en qué clínica y hospital quiere atenderse.
De esta manera, también podemos otorgar un premio a quien reciba
bien a un abuelo y castigar a aquel que lo asista mal.
Esto va enmarcado en una política de cambio del Pami, donde
no se quiere tercerizar servicios y muchos menos, tercerizar hasta
la administración propia de la obra social.
Si usted me pregunta hoy en Neuquén o en Río Negro,
a qué afiliados se atendió yo no podría decirle
porque lo único que tengo como referencia es una tasa de uso
y no éstos datos. Nosotros queremos cambiar estas políticas
y a partir de este nuevo modelo prestacional, lo que se hará
es un seguimiento directo -que nos permite la contratación
directa- y centralmente obtener información con lo que pasa
con cada uno de nuestros beneficiarios, para así constituir
una historia única de cada afiliado. Básicamente, estas
modificaciones permitirán enmarcar perfiles de atención
y llevar políticas sanitarias para cada una de las regiones
y de las provincias.
¿Las que detalló son todas las prioridades
que pretende continuar con su administración a lo largo de
este año?
Sí. Queremos consolidar este modelo, consolidar esta información
e ir cerrando estos acuerdos, donde nosotros estamos trabajando con
cada una de las provincias. Lo que sucedía en muchas, yo diría
que en casi todas salvo la excepción de la Ciudad de Buenos
Aires, el hospital público –por ser el único rector
en algunas zonas- daba los servicios pero nunca cobraba por brindarlos.
Lo que se pretende es transparentar esa relación y que aquellas
prestaciones que son atendidas por hospitales públicos, también
puedan contratarse directamente con el Pami, a través de los
gobiernos provinciales y enviándole en forma directa el dinero
a cada hospital, respetando las leyes provinciales en vigencia. De
esta forma, existiría un incentivo para la atención
de los afiliados.
A nivel provincial, ¿cuáles son los distritos
de peor prestación y cuáles son los que podrá
–o pudo- sanear más rápidamente?
Desde aquí, se llevó adelante un aumento del valor de
la cápita que se pagaba durante el año pasado, atado
al cumplimiento de metas, es decir el pago al cumplimiento de objetivos
que -en líneas generales- tenían que ver con la accesibilidad
a las prestaciones, con facilidad en los turnos y el cobro de plus,
que es un gran problema en muchas provincias en donde al jubilado
se le cobra un adicional, cuando los servicios que brinda el Pami
son totalmente gratuitos. En algunos distritos se logró mejorar
la situación con mayor éxito que en algunos otros, eliminando
lo mencionado y facilitando el acceso del beneficiario para que en
siete días tenga el turno y hacer más rápidamente
las prestaciones.
¿Considera que la obra social de los jubilados sigue
en camino hacia la normalización o que ya la alcanzó?
No. Creo que la normalización la va a alcanzar en el momento
en que constituya el directorio, de acuerdo con lo que la ley que
está en tratamiento en el Congreso determine. Me parece que
estamos en un camino hacia la normalidad... a restablecer prestaciones,
ordenar administrativamente la obra social y coordinar centralmente
los controles que se deben hacer.
¿Cuáles son los principales reclamos que recibe
por parte de los beneficiarios?
Los principales reclamos siempre tienen que ver con la posibilidad
de acceso a los medicamentos. Evidentemente, en una población
donde más de un 60 por ciento está debajo de la línea
de pobreza, lo que se da siempre es poco.
Actualmente se están instrumentando distintos mecanismos que
nos permiten acceder a los medicamentos a precios de mercado, a precios
de salida del laboratorio y mantener un control más eficiente
y efectivo sobre esta prestación. Se estableció un vademécum
que va a servir para medicamentos por razones sociales.
Nosotros queremos variar la idea que del Pami se tuvo durante mucho
tiempo, donde lo que había eran expedientes: queremos que haya
personas con necesidades. El expediente es frío y muchas veces
no expresa la necesidad de la gente, que sí la expresa una
persona con nombre y apellido. Esto se relaciona con una idea del
Pami que perdió el objetivo y que en lugar de ser visto como
una obra social para sus beneficiarios, se veía transformado
en un lugar donde se hacían negocios o negociados.
¿Y cuál es el reclamo que disminuyó
desde su asunción al organismo?
Se canceló el contrato que el Pami tenía con una empresa
que proveía prótesis, que incluso fue filmada intentando
sobornar a esta obra social para mantener el acuerdo. A partir de
ahí, cambiamos la forma de contratación: hoy se contratan
directamente con los que industrializan y fabrican las prótesis,
hemos regionalizado el país y hemos dado la posibilidad de
que pequeñas y medianas empresas que nunca pudieron acceder
a participar en la obra social, actualmente lo hagan. Ya no pagamos
por cápita, que era una vieja cuestión que en el Pami
se hacía so pretexto de que con eso se limitaba el gasto, pero
en realidad lo que las cápitas sin control hacían es
no dar las prestaciones necesarias. Se redujo considerablemente el
gasto en prótesis, lo que trajo como consecuencia la realización
de una cantidad de operaciones récord y bajó enormemente
la demanda sobre este tema.
En lo personal y durante estos doce meses que cumplió
en el organismo, ¿logró trabajar tranquilamente o las
distintas amenazas que recibió, la intimidaron y le hicieron
pensar -en algún momento- en abandonar su tarea?
Para mí la peor intimidación no es sobre mi persona,
sí podría ser sobre mi familia. Sin embargo, con lo
que muchos prestadores amenazaron fue con decir que si se hace lo
que ellos quieren, el castigo va hacia los jubilados porque no se
dará el servicio o porque se evacuarán las clínicas
y por lo tanto, los pacientes no recibirían atención
y se pondría en riesgo la salud de ellos. Pero la verdad es
que esto sucedió en un grupo muy reducido de prestadores que
no quieren entender que el Pami de los negociados y de la no prestación
quedó enterrado.
Esa intimidación me afectó mucho personalmente porque
una decisión mía puede hacer sufrir a un tercero las
consecuencias, pero creo que esto también lo entendieron los
jubilados que me dicen que no cese en este “intento” de
cambio.
Lo que no podemos permitir, como sucedió en algunas provincias,
en Río Negro particularmente, es que las clínicas se
nieguen a atender porque quieren cobrar prestaciones que nunca habían
dado.
El Pami no quiere pagar ni de menos ni de más. La gente seria
y los prestadores serios entienden que éstas son las nuevas
reglas del juego.
¿Logró extirpar las mafias que existían
dentro del Pami?
Acá había grandes cajas y nosotros las eliminamos. Seguramente
quedan kiosquitos y eso es lo que estamos extirpando a través
del procedimiento de circuitos administrativos y de contralor. El
Pami debe y quiere ser controlado, por lo que a todas las licitaciones
que se hacen invitamos, tanto a la Oficina Anticorrupción,
como a la SIGEN y a la Auditoría General de la Nación.
Hasta se instauró una fiscalía propia dentro del Pami,
que está trabajando a cargo del Doctor Stornelli.
Queremos terminar con aquellos que -en algún momento- creyeron
que los dineros del Pami eran propios y así trabajaron.
El Pami es la mayor obra social de América Latina, con más
3.070.000 de afiliados. ¿Cuánto le cuesta al organismo
la atención de cada uno de sus beneficiarios?
La atención integral de cada beneficiario, tanto de prestaciones
médicas, como sociales y de recreación, está
en un valor de alrededor de 60 pesos.
Y ante un eventual aumento de las prepagas del tipo MEPRIN, a la que
todavía algunos jubilados pueden acceder, ¿el Pami está
en condiciones –económicas- de brindar sus servicios
a más cantidad de personas?
Por supuesto que sí. Lo que pretendemos justamente es mejorar
nuestros servicios para que el Pami sea una obra social de calidad,
como lo son muchas en Argentina y quiero que el jubilado que se atiende
en la obra social no sienta que es una carga estar afiliado. Ésta
es una obra social que incluso da muchas más prestaciones que
cualquier prepaga en Argentina porque no tiene un programa médico
obligatorio de emergencia, como hoy lo tienen casi todas las obras
sociales y las prepagas. El Pami da prestaciones en forma gratuita.
¿Con qué presupuesto se manejará el
Pami en 2005 y cómo será utilizado?
El presupuesto es de 3.700 millones de pesos. Se van a distribuir
de la siguiente forma: menos del 8 por ciento en gastos administrativos
y el resto en prestaciones, tanto médicas como sociales, que
incluye los servicios propios de la obra social (servicios de geriatría
propios con hogares propios, servicios de policlínicos, de
atención médica en policlínicos propios en la
ciudad de Rosario y también tiene un servicio de atención
de urgencia propio en toda la zona metropolitana y en Rosario).
Por último, unas dos preguntas importantes para todos
los abuelos. Una persona que no tiene aportes provisionales, ¿puede
obtener los servicios del Pami y si es así, a qué edad?
La ley establece que para los mayores de 70 años, a pesar de
no tener aportes sobre ningún beneficio, sí pueden acceder
a las prestaciones médicas del Pami, inscribiéndose
en la agencia o delegación más cercana a su domicilio
y yendo al Anses para que le certifiquen que no tiene ningún
tipo de ingreso, así se le hace la afiliación.
¿Los extranjeros que tienen residencia definitiva
en Argentina también pueden acceder?
Entiendo que si tienen residencia probada, sí.
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