Al no asistir el porcentaje mínimo
de votantes, mantiene vigencia la prohibición
de la investigación con células madre, congelación
de embriones, veto al uso de semen y óvulos ajenos a la pareja.
Roma (Télam-SNI) > El referendo
celebrado en Italia para derogar parte de una ley de fecundación
asistida aprobada por el Parlamento de ese país fracasó
al no presentarse la suficiente cantidad de votantes, lo que fue considerado
como un triunfo del papado de Benedicto XVI.
En medio de un intenso debate, apenas concurrieron a la consulta el
25,9 por ciento del padrón habilitado para pronunciarse por
la aprobación o desaprobación de la ley.
Este resultado supone un triunfo del papa Benedicto XVI, quien abogó
abiertamente por la abstención, y de los partidos de Centroderecha
y una derrota de las agrupaciones de izquierda y de diversos grupos
sociales y feministas.
El Papa había pedido a los católicos hace unos días
«abstenerse de aquello que Dios odia.
Para lograr validez, el referendo necesitaba el 50 por ciento más
uno de la totalidad de las voluntades de las personas habilitadas
para votar, unas 50 millones.
“No” a la derogación
La consulta pretendía derogar los cuatro puntos más
controvertidos de la ley de fecundación asistida aprobada por
el
Parlamento italiano y considerada la más restrictiva de Europa.
Entre ellos estaban la prohibición de la investigación
con células madre y congelación de embriones, el veto
al uso de semen y óvulos ajenos a la pareja, el acceso a la
fecundación asistida sólo a parejas estériles
y la equiparación de los derechos del embrión con los
de la persona nacida.
La Iglesia había hecho una incisiva campaña por la abstención,
en la que participó de forma muy activa la Conferencia Episcopal
italiana, encabezada por el cardenal Camilo Ruini, mientras que los
partidos de la derecha también respaldaban esta postura.
Por el «sí» a la modificación de la ley
apostaban formaciones como el Partido Radical del veterano Marco Panella
y la oposición de centroizquierda, con la excepción
de algunos líderes como Francesco Rutelli, ex alcalde de Roma
y dirigente de La Margarita, que se pronunció públicamente
por la abstención.
«El resultado representa una dura derrota para los promotores
de la consulta, como reconoció Daniele Capezzone, secretario
de los Radicales italianos, partido que recopiló las 500.000
firmas necesarias para convocar el referendo.
El jefe de gobierno, Silvio Berlusconi, que durante el intenso debate
previo al referendo se mantuvo al margen, explicó que lo hizo
«para no dividir al país sobre un problema de conciencia».
Por su parte, la subsecretaria de relaciones exteriores, Margherita
Bonivier expresó su temor de que ahora pueda tocarse la “ley
del aborto”.
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