Las personas que más lo conocían
lo calificaron como un chico muy callado, tímido y amante de
la pesca.
Picún Leufú (Enviados especiales)
> “Como padre yo siempre te voy a decir que Sergio
es un chico bueno. Porque para todos los padres los hijos son buenos.
Para hablar de mi hijo y decir cómo es él hay que preguntarles
a los amigos que lo conocieron”. Así lo aseguró
Don Ávalos, padre de Sergio Ávalos, el joven de 19 años,
estudiante de Contador Público, que desapareció el 14
de junio de 2003 en la capital neuquina.
Sergio es oriundo de Picún Leufú, una localidad -ubicada
a 136 kilómetros de Neuquén capital- de calles circulares
para resguardarse del viento.
La familia de Sergio es muy humilde. La casa en la que habitan es
chica y precaria, con pocas cosas y un mueble que divide la cocina
del comedor. Para Don Ávalos, como todos lo llaman, Sergio
siempre fue y será un hijo bueno, sano, con muchos amigos,
a quien le gustaba jugar al fútbol y que era muy callado.
También Isabel Mariano, madre de Damián Sambueza -un
amigo- recuerda a Sergio como muy callado. “Era un chico excelente,
muy humilde. No tenía problemas con nadie. Con los chicos iban
a pescar y también a andar a caballo”, rememoró
Isabel.
Pasión por la pesca
Con sus amigos, Sergio acostumbraba a ir a pescar al lago, distante
quince kilómetros aproximadamente de Picún Leufú.
Si podía, iba dos o tres veces por semana y si no tenía
quién lo acompañara, iba solo.
Según Nehuén Pan, uno de sus amigos desde la primaria,
“cuando íbamos a pescar nos quedábamos allá,
a él le gustaba mucho”. En muchas oportunidades, Sergio
iba a pescar con Florindo Guerrero, panadero del lugar. “No
era un mal chico, era bueno. Él me venía a buscar y
salíamos hacia el lago”, comentó Guerrero. Y afirmó
que “era un buen pescador, se las ingeniaba para pescar, cuando
el pescado era chico lo devolvía”. Además, Sergio
le decía “yo te voy a enseñar a pescar”.
Guerrero coincidió en calificarlo como muy callado, pero “cuando
hablaba decía lo justo y nunca decía nada malo”.
Juntos pasaban mucho tiempo y, según Guerrero, en una oportunidad
Sergio le comentó sus deseos de ser policía. Cuando
el joven estudiante desapareció, todo cambió para él.
Ya no quiso salir a pescar porque “no puedo ir más para
allá”.
Buenos momentos
A Sergio también le gustaba jugar al fútbol. Según
Nehuén, jugaban partidos contra los profesores y cuando ganaban
se juntaban a festejar en la casa de uno de los chicos y comían
un asado.
“Una vez, fuimos en tercer año a El Chocón para
el día del estudiante, íbamos por dos días y
cuando volvíamos, habían cortado la ruta y nos tuvimos
que quedar tres días más” comentó Nehuén.
Con Sergio y el resto de los chicos habían llevado bastante
comida, por lo que, con guisos y tortas fritas, permanecieron allí
hasta que uno de los padres los fue a buscar.
Nehuén lo calificó a Sergio como “un chico inteligente,
muy tranquilo y buen compañero” a pesar de que “no
sabía cocinar muy bien” cuando vivían juntos en
el barrio Villa Ceferino y estudiaban en la Universidad Nacional del
Comahue.
Para Damián Sambueza tampoco cocinaba muy bien, “pero
de a poco iba aprendiendo”. Según Damián, era
tímido y “no era una persona de carácter fuerte
que iba al choque” (ver recuadro).
Un gran dolor
A dos años de su desaparición, sus allegados claman
por saber algo sobre Sergio, “un gran chico”. A muchos
de ellos les cuesta hablar, porque la tristeza les hace un nudo en
la garganta.
“Pensé que a esta altura iba a poder hablar sobre él,
pero no puedo…” manifestó Don Ávalos entre
lágrimas. Mientras tanto, la mamá de Sergio, sentada
a un costado de su marido, permanece callada, aunque sus ojos tristes
y húmedos delataban todo el dolor de no saber nada sobre su
hijo.
«La última vez que lo vi iba hacia
el baño»
Sus amigos tampoco encuentran una explicación sobre
lo que le sucedió a Sergio.
Neuquén > Damián Sambueza fue una
de las últimas personas que vio a Sergio dentro de un local
bailable en Neuquén. Esa noche habían salido juntos
y al otro día viajaban a Picún Leufú para festejar
el Día del Padre, pero Sergio nunca llegó.
“La última vez que lo vi yo estaba en una de las barras
y lo vi que iba en dirección hacia el baño, después
no lo vi más”, explicó Damián. Y agregó:
“Tenía muchos amigos en Picún pero acá
no conocía a nadie, y tampoco tenía enemigos”.
Por otra parte, Nehuén Pan recordó que a Sergio “le
gustaba ir a la chacra a trabajar con el padre”. Y, además,
contó que le gustaba mucho la música latina, sin olvidar
que era “hincha de Boca”. También, “era muy
matero, le gustaba mucho tomar mate”, destacó Florindo
Guerrero.
La misteriosa desaparición de Sergio Ávalos dejó
en sus amigos y familiares un gran dolor. Con los ojos llenos de lágrimas
recuerdan cada día de sus vidas a una gran persona con la que
compartían muchas cosas, como la pesca, el fútbol, las
comidas, las salidas y el estudio, entre otras.
No se pierden las esperanzas
Picún Leufú > Don Ávalos
manifestó que “no comparto las hipótesis de muerte
por accidente o que se confundieron, porque el cuerpo hubiera aparecido
a los quince días o al mes y no lo hubieran hecho desaparecer”.
En una oportunidad, Don Ávalos recibió la noticia de
que un tal Sergio Ávalos necesitaba dadores de sangre y el
aviso había salido publicado por el canal de cable ATC. “Un
vecino me dijo, pero cuando averigüé no era él,
era un hombre de más de 40 años que tenía el
mismo nombre”, dijo Don Ávalos. Y agregó: “Después
nos avisaron de un Sergio Ávalos en una cárcel de Asunción,
Paraguay, fuimos y no era. Ahí me enteré de que Interpol
lo estaba buscando”.
Pero a pesar de lo que significa vivir con el dolor de no saber el
paradero de su hijo, Don Ávalos no pierde las esperanzas. “Tenemos
la esperanza de que está vivo en algún lugar, por eso
pedimos que si alguien sabe algo nos avise”, afirmó.
Y agregó que “hay que esperar, cualquier noticia que
sea que nos la digan”.
Asueto y acto en la Universidad
Neuquén > La Universidad Nacional del
Comahue (UNCo) realizará hoy una serie de actividades al cumplirse
los dos años de la de-saparición de Sergio Ávalos,
estudiante de la Facultad de Economía y Administración
(FAEA) que fue visto con vida por última vez en un local bailable
de la ciudad de Neuquén.
El cronograma establece para las 17 horas un acto en el playón
de la FAEA, para lo cual declaró el asueto académico-administrativo,
mientras que a las 19 partirá una columna compuesta por la
comunidad universitaria hacia la casa de Gobierno de Neuquén,
donde se llevará a cabo una sesión extraordinaria del
Consejo Superior (CS) a la que serán invitados el gobernador
Jorge Sobisch y el ministro de Seguridad, Luis Manganaro.
Simultáneamente, se publicarán solicitadas en diarios
de la región y se pedirá una entrevista con el fiscal
y el juez que intervienen en el caso del estudiante.
Por el avance de la causa
Las medidas que fueron aprobadas en forma unánime por el CS
incluyen una invitación a todas las unidades académicas
para participar en las actividades y una convocatoria a las asociaciones
gremiales de la universidad con igual objetivo. Asimismo, la resolución
Nº 0025 invita a todos los docentes a realizar en el ámbito
de sus cátedras una reflexión al respecto.
Hasta el momento, la investigación no avanzó más
allá del testimonio de quienes acompañaron al estudiante
en esa ocasión. Sólo la rectora de UNC, Ana Pechén,
manifestó la necesidad de contar con una ley de «protección
al testigo».
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