El joven empresario concurrió
al despacho de un juez y dijo que había sido engañado
en su buena fe. Neuquén > Una
camioneta Chevrolet que fue adquirida por un gitano domiciliado en
esta ciudad, con el “motor y chasis totalmente adulterados”,
fue enviada a subasta pública en cumplimiento de una orden
judicial.
El joven comerciante, domiciliado en esta ciudad y dedicado a la compra
y venta de automotores, se presentó con el vehículo
en el Departamento Sustracción de Automotores.
Ingresó al lugar con la idea de verificar su estado jurídico.
Se presume que tendría conocimiento de que el rodado podría
tener alguna irregularidad.
Las anomalías fueron detectadas por los expertos minutos después,
por lo que el interesado debió abandonar el lugar caminando
y el vehículo fue movilizado poco después, hasta el
predio del Parque Industrial.
La orden de rematar la camioneta, una Chevrolet LUV color blanco,
modelo 1996, dominio UVH 652, fue adoptada por el titular del Juzgado
de Instrucción Seis, Daniel Varessio.
Desgaste
El magistrado, además, reclamó al Departamento Judicial
de la Policía Provincial disponga un fotógrafo para
que se constituya en el predio ubicado en inmediaciones del Parque
Industrial y se tomen fotografías de frente y laterales del
vehículo.
Se sabe que personal de Sustracción de Automotores realizó
el procedimiento de revenido químico en el chasis y motor del
rodado secuestrado (volver al acero a su estado propio).
Las tareas se realizaron durante varias horas y no arrojaron numeración
alguna.
Las pericias resultaron totalmente negativas en razón de que
la superficie donde están colocados la numeración del
chasis y motor, presentaban un gran desgaste.
Varessio sostuvo que a pesar de las distintas diligencias practicadas,
fue imposible obener la numeración original de fábrica
del motor y chasis del vehículo. Esto significa la imposibilidad
de ubicar a los propietarios del rodado y poder aclarar el hecho delictivo
y la responsabilidad penal correspondiente.
Compra y verificación
Por el momento no se sabe cuando el gitano compró la camioneta
y tampoco que cantidad de dinero pagó por ella.
Sin embargo, el secuestro se produjo en los últimos meses del
año pasado, tiempo suficiente que habilita efectuar su venta
en subasta pública por intermedio de un martillero público.
Se sabe también que después concurrió hasta el
Juzgado de Instrucción Seis, donde presentó un escrito
solicitando la entrega del vehículo, alegando haber sido engañado
en su buena fe, trámite que fue rechazado de plano por el Juez.
El magistrado consideró además que no corresponde requerir
el rodado en las condiciones irregulares en que se encuentra.
La buena fe
Neuquén
> El juez Daniel Varessio sostuvo que para revestir la
calidad de comprador, en este caso de un automóvil de buena
fe, debe obtener del propietario un certificado del Registro del Automotor.
También es necesario exigir del vendedor la exhibición
del título del automotor y reclamar las constancias de dominio
y gravámenes del bien.
Además, es importante realizar la verificación correspondiente
para establecer si se trata del mismo vehículo e inscribir
la transferencia.
En el caso de no contar con la constancia del registro y teniendo
en cuenta que se compró el rodado a quien no es el titular,
no se puede invocar su buena fe, porque “el error derivará
de su propia negligencia”.
Varessio afirmó también que el empresario local “no
cumplió con ninguno de los pasos legales exigidos”. |