Por LAURA ROTUNDO
Pedro Brieger es un reconocido Analista en Política Internacional.
Columnista del noticiero central del canal del Estado, Visión
7, integrante de equipos de programas radiales y televisivos y especializado
en el conflicto arabe-israelí, este sociólogo que vivió
durante once años en Medio Oriente, dialogó con La Mañana
de Neuquén sobre diversos temas que resultan actualmente relevantes
para el mundo y para la República Argentina.
El futuro de Palestina después de la muerte del controvertido
líder Yasser Arafat, la segunda parte de la era de George Walter
Bush en Estados Unidos y los anunciados acuerdos de China con el Gobierno
del Presidente Néstor Kirchner son algunos de los hechos que
Brieger comenta en esta entrevista, a través de un perspicaz
análisis, enteramente alejado de lo arbitrario.
¿Podría describirnos brevemente quién
fue Yasser Arafat?
Arafat fue el líder palestino que le dio identidad a un pueblo,
expulsado de su territorio en 1948, desperdigado por el mundo, anclado
en campos de refugiados, sin identidad, desplazado, ignorado y rechazado
por todo el mundo. Arafat creó entonces un movimiento político
que llevó a que hoy ya nadie niegue la existencia de un pueblo
palestino o que la mayoría de los políticos en los distintos
ámbitos internacionales reconozcan, por lo menos, el derecho
de un pueblo palestino de tener un Estado propio. Ése es el
gran mérito de Arafat: haber levantado a un pueblo de refugiados
desplazados para convertirlo en un pueblo con identidad y creo que
eso es lo más importante para los palestinos.
Durante los últimos 40 años, en los que Arafat
dominó la política en Palestina (antes de morir, presidía
la Autoridad Nacional Palestina (ANP), la Organización para
la Liberación de Palestina (OLP) y el Movimiento Al-Fatah),
¿qué puntos calificaría como negativos y cuáles
como positivos de esa larguísima gestión?
Habría que ver positivo o negativo para quién. Positivo
para su pueblo está todo lo que acabo de señalar. Lo
negativo encierra varias cosas: tendencias autoritarias, haber tenido
que bajar la cabeza y encontrarse con algunos líderes árabes
que habían despreciado y atacado a los palestinos y mientras
él lo hacía, otros lo criticaban por eso... pero esto
también fue parte de la táctica y de la estrategia de
tener relación con todo el mundo e intentar ser diplomático.
El abrazo con el Rey Hussein que masacró a los palestinos en
Jordania en 1970 es tal vez el símbolo de esto. Fue muy criticado
dentro de su pueblo por los acuerdos de paz de 1993, pero creo que
la mayoría de su pueblo lo apoyó. Obviamente es parte
de un debate político. Creo que para su pueblo, que al fin
y al cabo es lo que más cuenta, el balance es claramente positivo.
Sobre algo que acaba de mencionar... ¿por qué
considera que los acuerdos de Oslo -firmados en septiembre de 1993-
entre Arafat y el entonces premier israelí, Yitzhak Rabin no
lograron reestablecer el proceso de paz entre Palestina e Israel?
No creo que fue culpa de Arafat. Creo que en ese momento el líder
palestino tenía mucha debilidad. Israel era mucho más
poderoso y fue quien pudo imponer condiciones y frenar el avance y
la profundización de los acuerdos de paz porque no estaba dispuesto
a desmantelar los asentamientos construidos en los territorios que
ocupa desde 1967. Además, hay que tomar en cuenta que -dos
años después de la firma de estos acuerdos de paz- un
extremista de ultra derecha dentro de Israel mató al Primer
Ministro, lo que significó un golpe muy duro para la paz.
Horas después del fallecimiento de Arafat, distintos
políticos del mundo e incluso el secretario general de la Organización
de las Naciones Unidas, Kofi Annan, dieron sus visiones acerca de
la muerte del ganador del Nobel de la Paz en 1994. El ex canciller
israelí Shimon Peres aseguró que “Arafat cometió
su peor error cuando se convirtió al terror y alcanzó
su mayor logro cuando intentó construir la paz”. ¿Cree
que Israel tuvo que ver en esa conversión al terror?
Es muy fácil hacer esas declaraciones ahora. Si Arafat no se
hubiese levantado en armas, el mundo no hubiese conocido que existen
los palestinos. De hecho, los palestinos fueron expulsados en 1948
de su territorio y hasta que no aparece la Organización para
la Liberación de Palestina (OLP) liderada por Arafat, a principios
de los ‘70, el mundo le reconocía identidad siquiera,
no solamente sus derechos. Lo tuvo que lograr a través de la
fuerza... sí, es verdad porque de otra manera no hubiera conseguido
que el mundo mirara el destino de los palestinos.
¿Cuál cree que serán las principales
políticas implementadas por quien resulte vencedor en las elecciones
convocadas para el 9 de enero para definir al sucesor de Arafat? ¿Piensa
que continuará la lucha para que los Palestinos tengan su propio
Estado y que se alcanzará finalmente ese objetivo?
En mi opinión, los diferentes candidatos palestinos tienen
todos muy claro que quieren un Estado Palestino independiente en Cisjordania
y la Franja de Gaza con Jerusalén Este como capital. En este
sentido, yo creo que ninguna de las diferentes fracciones palestinas
va a bajar esa bandera. El resto son acomodamientos tácticos,
luchas políticas... insistir más en la diplomacia, cómo
utilizar las armas: si combatir al ejército israelí
con las armas en la mano o no. Creo que los distintos postulantes
tienen sí, esa plataforma de fondo que los une.
De acuerdo con su experiencia y su conocimiento sobre el
conflicto, ¿cuáles cree que son las posturas que no
deberían repetirse a nivel político para que entre Israel
y Palestina pueda establecerse un proceso de paz medianamente sólido?
Yo creo que la llave la tiene el Estado de Israel porque es el más
poderoso y porque ocupa territorios que los palestinos reclaman como
propios. Considero que mientras Israel no se retire de los territorios
que ocupa desde 1967, no va a haber paz entre los palestinos e israelíes.
Entonces en lo personal, considera que por ahora va a ser
muy difícil que Israel y Palestina encuentren la paz...
Sí, yo creo que por ahora es muy difícil. Es importante
recordar que este gobierno israelí lo constituye la misma gente
que se opuso en 1993 a los acuerdos de paz y que por lo tanto, no
está de acuerdo con llegar a una armonía con Palestina
que propone la creación de un Estado independiente.
Siguiendo con el tema de reestablecer la paz mundial, pero
pasando a la actualidad de los Estados Unidos, ¿considera que
George W. Bush iniciará en esta segunda etapa una nueva estrategia
en lo que hace a su política militar?
Yo creo Bush va a profundizar la política militar que tiene.
De hecho, él ya avisó que va a mandar más tropas
a Irak. Si en el 2000, Bush ya tenía una legitimidad pendiente
por el escándalo que acompañó a las elecciones,
él ahora siente -con el triunfo obtenido en noviembre al ser
reelecto- que tuvo el respaldo de la mayoría de los norteamericanos
y es como un deber mesiánico el tener que intervenir todas
las partes del mundo. Va a insistir en que las elecciones en Irak
se hagan en enero porque esto lo siente como una victoria personal:
conseguir que se realicen los comicios, a pesar de que muchos partidos
políticos iraquíes sostienen que hay que suspenderlas
y postergarlas. Creo que estamos frente a una súper potencia
que siente que le puede imponer condiciones a la mayoría de
los países del mundo y que siente que no hay ninguna otra potencia
que puede eclipsarla. Que es la más poderosa desde lo militar,
desde lo económico, desde lo tecnológico... hoy por
hoy esto es así y esto le da una fuerza a Bush muy clara y
encima cuenta con el apoyo de su población.
¿Cómo cree que influirá la reelección
del Presidente republicano en las acciones que pueda llegar a encarar
el terrorismo a partir de ahora? ¿O piensa que si el demócrata
John Kerry vencía en los comicios en noviembre, los planes
de Al Qaeda o de otras redes terroristas no se alterarían?
Yo creo que para Al Qaeda no hay muchas diferencias entre Bush y Kerry
o entre los republicanos y los demócratas. El bloqueo en contra
de Irak lo comenzaron los republicanos, lo continuaron los demócratas
y lo vuelven a continuar los republicanos. Hay matices, existen diferencias
sin lugar a dudas... no es lo mismo Bush acusando a John Kerry de
que apoya a los homosexuales y decir que está a favor del divorcio,
que un Kerry que estaba a favor de esas posturas. Claramente ahí
hay diferencias sociales, culturales y políticas profundas.
A nivel de política exterior y de cómo esto repercute
en la mayoría de las regiones del mundo, creo que ni en el
mundo árabe, ni en el islámico ni en América
Latina se van a ver grandes diferencias.
¿Y los alcances que traerá el triunfo de Bush
(h) en Europa?
Tampoco creo que cambie demasiado. Bush va a negociar con los europeos
en cuanto pueda y lo necesite y va a continuar una política
unilateral si llega a la conclusión de que la alianza con Europa
no le sirve.
En relación a los acuerdos comerciales entre China
y Argentina. A mediados de noviembre, comenzaron los rumores sobre
algunos posibles convenios entre ambos países; algo que finalmente
se confirmó con la visita del Presidente Hu Jintao y un reconocimiento
del gobierno Argentino a China de ‘economía de mercado’.
Para entender un poco quién nos busca, ¿podría
ilustrarnos brevemente la realidad china actual?
A mi entender, el gobierno chino tiene varios objetivos. Uno es posicionarse
en el mundo, otro es una economía que crece y por lo tanto
necesita insumos de los que no tiene en cantidad suficiente en su
territorio, petróleo. Precisa materias primas con las que tampoco
cuenta, tiene que recurrir a una masa alimenticia que tampoco tiene
y esto lo sale a buscar en diferentes lugares del planeta. Obviamente,
el crecimiento le permite un poderío económico como
para comprar recursos, adquirir materias primas e invertir. Por otra
parte, me parece que hay un tema político importante al que
no se le dio mucho lugar: a China le importa mucho marginar a Taiwan
porque China considera que es una provincia y Taiwan busca posicionarse
como un Estado independiente y esto es parte de un debate internacional.
Taiwan quiere entrar en Naciones Unidas y China no quiere, por lo
que brega en el mundo -cuando realiza acuerdos comerciales- para buscar
también, acuerdos políticos.
¿Cree que el gigante asiático se acerca a nuestro
país sólo para realizar inversiones en ferrocarriles,
en viviendas y en energía en Argentina o que -como manifestaron
algunas figuras del escenario político local- planean -a largo
plazo- apoderarse de las tierras y las riquezas naturales?
Yo no sé si la política de ellos es apoderarse de las
tierras. Sí me parece que su política es conseguir materias
primas a bajo precio, como cualquiera que busca esto y sí considero
que su política también es tratar de vender lo que tiene
para vender: colocar sus productos en el mundo. China logró
tener un superávit comercial con Estados Unidos al venderle
más de lo que le compra, por lo menos en los números
económicos. Esto es parte de la política económica
que tiene China, la inversión además en la Argentina
-si uno piensa en una base estratégica- en materias primas
y alimentos y una salida al Pacífico, obviamente busca servir
a los intereses chinos, pero ellos tampoco lo ocultan.
¿Considera que China podrá competir con Estados
Unidos en algún momento para convertirse en la primera potencia
mundial?
Creo que China tiene varios problemas respecto a esto. En primer lugar
tiene un atraso tecnológico: China importa y copia tecnología,
pero no la genera independiente, al estilo norteamericano y entonces
no tiene innovaciones tecnológicas para venderle al mundo.
En segundo lugar, tiene un idioma muy difícil que no tiene
pautas culturales con una historia de fuertes lazos con Occidente,
que sí tiene el inglés, por ejemplo. Ambas son dificultades
muy serias que tiene China, por lo menos a mediano plazo.
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