En un campo muy pesado y con muchos
jugadores jugando al límite, el fútbol pasó a un
segundo plano. Buenos Aires > La primera
parte de la historia se selló con un empate sin alardes, aunque
en el terreno de las conveniencias el punto le cabe mejor a River
que a Banfield porque con sólo igualar sin goles en la revancha
habrá alcanzado el objetivo de meterse en las semifinales de
la Copa.
Después de una semana cargada de polémicas por las citaciones
(y devoluciones) de jugadores al seleccionado mayor y el Sub-20, con
un terreno embarrado y encharcado por un diluvio que cayó apenas
un puñado de minutos antes del comienzo del partido, lo que
podía preverse sucedió: el juego fuerte en lo físico
y de ‘boquilla’ caliente se inició junto al pitazo
de Horacio Elizondo.
Un árbitro que se mostró dubitativo no exhibió
la jerarquía que suele adjudicársele y se guardó
algunas tarjetas que, sobre todo en la media hora inicial, podrían
haber perjudicado y mucho a Banfield, por la vehemencia exhibida por
algunos de sus hombres (hubo una descalificadora falta de Giménez
a Mascherano).
En ventaja
En lo futbolístico, River se afirmó a partir del gol
conseguido a los nueve minutos por Marcelo Gallardo, quien con inteligencia
aprovechó lo resbaladizo del terreno para tomar desde el borde
del área un rechazo de cabeza de Daniel Bilos y pegarle de
volea al arco de un Mariano Barboza que no pudo llegar abajo, contra
su palo izquierdo.
Hasta entonces el encuentro había sido equilibrado, pero a
partir de allí River manejó la pelota durante el siguiente
cuarto de hora y hasta tuvo otra chance en los pies de Ernesto Farías,
quien fue apurado por Damián Giménez y Barboza en la
última jugada y remató desviado.
El técnico Julio Falcioni les pidió calma a sus jugadores
y a partir de la media hora Banfield tomó la mitad de la cancha
y comenzó a convertir en figura a Franco Costanzo con su fuerte
juego aéreo y jugadas de pelota parada.
Si bien el arquero falló al salir a cortar algunos centros,
ya que sus puñetazos siempre fueron hacia el medio, cuando
debió responder ante cabezazos directos al arco de Andrés
San Martín y Renato Civelli lo hizo con tanta elasticidad como
seguridad. Claro que el primer tiempo también contó
con otros ingredientes de los que no podía estar exento el
pintoresco Antonio Barijho, quien salió a la cancha directamente
a provocar a Horacio Ameli y Eduardo Tuzzio, ambos protagonistas de
un comentado episodio personal hace El segundo tiempo, tanto por la
forma en que se jugó como por la fuerza empleada al límite
del reglamento por ambos conjuntos se hizo delucdio.
La igualdad
Hasta que segundos antes de los diez minutos, casi a la misma altura
del tanto de Gallardo en el primer tiempo, llegó la paridad
de Banfield, aprovechando su mejor arma: la pelota parada. Un tiro
libre frontal lanzado por Pablo Fernández fue cabeceado hacia
atrás por Bilos para superar la equívoca salida de Costanzo,
quien en su desesperación por rechazar el balón terminó
chocando con Jorge Cervera.
Pero Banfield no aprovechó el envión anímico
para ir por más, permitiéndole a River recuperar la
pelota de la mano de un Gallardo que entre el barro y las patadas
era el único con la lucidez y calidad necesarias como para
hacer lo que el resto no sabía, no podía ni quería:
jugar al fútbol.
De hecho el ‘Muñeco’ generó un par de ocasiones
claras, entre ellas una de Víctor Zapata que dio en el poste
izquierdo del arco banfileño, que le pudieron dar la victoria
a River.
La respuesta de Banfield en ese sentido transitó por la misma
vía por la que había llegado al gol: la aérea.
Y sobre la hora casi se le da a Renato Civelli, reemplazante del sub-20
Gabriel Paletta, pero su cabezazo bombeado terminó rebotando
en el travesaño. Fue empate en definitiva, justo por cierto,
ya que ambos hicieron prevalecer lo suyo en distintos momentos del
partido.
Declaraciones muy picantes
El entrenador de River, Leonardo Astrada, y su colega de Banfield,
Julio César Falcioni, siguieron jugando su propio partido en
la conferencia de prensa.
Astrada, quien fue expulsado por el árbitro Horacio Elizondo,
dijo: “Estoy cansado de que me tomen como el tarado de la película.
Cómo puede ser que (Damián) Giménez le fisuró
una costilla a (Javier) Mascherano y cuando todos pensábamos
que lo iba a echar termina dando un lateral», remarcó.
“Cuando River hizo el gol, se encargó de generar infracciones
para que Banfield empate. Ahí logró su propósito
y con el 1 a 1 cobró parejo. Estoy cansado de trabajar toda
la semana para que un hombre de negro nos meta la mano en el bolsillo»,
completó. En tanto que su colega, Julio Falcioni dijo que el
Jefe: “debe preocuparse más de River que de lo que yo
digo, porque de los últimos nueve partidos ellos ganaron solamente
uno, mientras que nosotros, de nueve perdimos apenas uno», disparó.
En tanto que Gallardo señaló que «merecimos mejor
suerte, pero me voy conforme con el resultado porque Banfield es un
equipo difícil».
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