Rogel, una gloria a pedir de Boca

 
 
Defensor recio y expeditivo, Roberto Rogel habla con la misma seguridad y solvencia que lució en su época de jugador.
Prototipo de jugador xeneize, por fibra y temperamento a través de siete brillantes temporadas (’68 al ’75). Visitó Neuquén como docente de la Asociación de Técnicos.


Disminuir tamañoAumentar tamañoCambiar tamaño  Imprimir Imprimir
 
       
   
   
 

Por BERNARDO COFRÉ

En su opinión apuesta a la movilidad y cambios de ritmo para “combatir” a quienes pregonan la marcación extrema, el pressing y la reducción de espacios.

Neuquén> Roberto Domingo Rogel se ganó merecidamente un lugar en la historia grande de Boca Juniors, al lucir durante siete temporadas sus colores y el brillante equipo bicampeón en las temporadas ’69 y ’70.
El destacado ex marcador central, que hizo dupla –entre otros- con el peruano Julio Meléndez, visitó Neuquén invitado por la Escuela Nro. 49 de la Seccional local de la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (ATFA) y el sábado pasado ofreció una charla en la sede social de Atlético Neuquén.

Cómo se produce su visita a Neuquén
Generalmente por intermedio de la ATFA realizamos este tipo de charlas en el interior del país y también he tenido salidas al exterior. Intentamos tener un diálogo de amigos, porque en esto nadie tiene la verdad absoluta. Y en Neuquén salió una linda charla que, en un futuro no muy lejano, pensamos profundizar con trabajos prácticos. Una especie de clínica de fin de semana.

Y en qué conceptos se centró la charla.
El mayor hincapié que hago y hace rato que lo vengo pregonando, es que al fútbol actualmente se lo ve con la idea del pressing, de reducir espacios, de marcar y, el gran desafío es hablar con el mismo énfasis de movilidad, cambios de ritmo, trabajos de definición buscando todos los métodos para que el gol esté lo más cercano posible.

¿Cuál es su actual actividad?
Soy profesor de la ATFA en la Escuela Nro. 130, que funciona en Lanús. Y además, por ejemplo, en noviembre pasado fui contratado por el Ministerio de Educación de Ecuador para dar una clínica, ante 147 profesores y entrenadores.

¿Qué diferencias percibe con el fútbol de hace 30 años?
En la parte defensiva se han facilitado un poco las cosas al reducirse espacios, jugando con volantes de marca que hacen más corto al equipo. En la época que me tocó jugar a mí en Boca, los volantes de marca no existían, todo lo contrario la mayoría (Madurga, Trobbiani) eran con capacidad creativa y entonces, uno en el fondo tenía más espacios. Pero eso fue cambiando, hasta llegar hoy al doble cinco. Ahora, el hombre con la obligación de crear o tratar bien a la pelota, la tiene más difícil. Entonces, hay que hacer hincapié en dos grandes cosas: la movilidad y los cambios de ritmo. La técnica en velocidad es mucho más difícil, por eso hay muchas más imprecisiones. De todas maneras, en ese aspecto se debe reconocer que hay una evolución, porque ahora se realiza el trabajo en un 80 por ciento con pelota.

Orgullo bostero

“Siempre lo he dicho y no me canso de repetirlo, yo tuve una gran suerte en el fútbol. Aparte de habérseme brindado la posibilidad de llegar a uno de los clubes más importantes del mundo, como lo es Boca Juniors, tuve la suerte de jugar al lado de jugadores de una calidad y una jerarquía excepcional. Además de Suñe, Meléndez y Marzolini, los compañeros de la defensa, uno nombra a Potente, a García Cambón, Orlando Medina, Madurga, Ponce, Peña, jugadores de un fútbol claro y una contundencia bastante importante.

El recuerdo más importante o emotivo de su carrera.

Es indudable que lo máximo, lo mejor fue dar la vuelta olímpica en el ’69 contra River en su propia cancha. Esa fue una final memorable, por la importancia que tenía en cuanto al resultado, el desarrollo, el desenlace que tuvo. Después, la posibilidad de jugar en la Selección y la suerte de hacer el primer gol en el comienzo de la era Menotti, en un amistoso que empatamos contra España. Son emociones que uno recuerda y comparte siempre con los amigos.

Aquel título de Boca fue cuando solamente usted y Marzolini, pudieron dar la vuelta olímpica.

En realidad, los demás no dieron la vuelta olímpica por dos cosas: una porque prendieron los grifos de riego y otra por una actitud de un verdadero señor que se llama Rubén Suñe. Como capitán de Boca y al ver a los jugadores de River vencidos y destruidos, dijo “muchachos, no demos la vuelta”. Son gestos que la gente no los sabe. Ahora esas cosas no pasan y uno las tiene que recordar y sentirse orgulloso de haber tenido compañeros como el “Chapa” Suñe.

Le tocó también enfrentar a grandes delanteros.

Sí, duelos memorables con el “Puma” Morete, con el “Lobo” Fischer, la “Pepona” Rinaldi. Antes había delanteros pesos pesados, entonces se armaban esos duelos.

Y luego de Boca, finalizó su carrera en el exterior.

Insisto que yo tuve suerte en el fútbol. Fui a México y salimos campeones con los Tigres y después de un paso fugaz por Rosario Central, otra vez campeón con Deportivo Cali, en Colombia y con Carlos Alejandro Leone (radicado hace varios años en Neuquén) de compañero.

Como técnico, algún título.

Subcampeón con Quilmes, en el ’84 cuando salió campeón Ferro. Luego tuve la suerte de dirigir un Vélez excepcional. Fue el equipo que más me hizo disfrutar. Jugaban Ischia, Alonso, Bianchi, Comas, Pumpido, Moralejo. Un gran nivel de jugadores. Tal es así que clasificamos terceros. Después también fui subcampeón del Nacional B con Lanús.

 

 


La Mañana Neuquen
Redacción Cómo anunciar  |  Webmaster
Neuquen - Fotheringham 445 - Teléfono 449 0400
Copyright © 2002-2004 - La Mañana Neuquen - Todos los derechos reservados
 
 
 



Min.: 3°c
Máx.:
12°c
Nubosidad variable. Vientos regulares del sector oeste.
 
Visite La Mañana Cipolletti

 Transportes Interurbanos
 Guía Profesional
 Teléfonos de urgencia
 Farmacias de turno
 Transporte Aéreo
 Quiniela
 Horóscopo
 
 
 
 
 

Cine
Teatro
Recitales
Televisión
Videos

 
 

Revista Caras