Ledesma, Delgado y Palermo marcaron
los goles del equipo xeneize, que ahora es el líder de la zona
con 10 unidades.
Lima, Perú > Es una vieja y sana costumbre de Boca
cuando juega de visitante. El equipo del Chino Benítez se paró
firme en defensa y soportó el asedio de su rival que duró
los primeros cinco minutos. Una vez que Cascini y Cagna se adueñaron
del mediocampo, los xeneizes comenzaron a manejar el partido.
Ya en las primeras “contras”, Boca mostró cuál
era su negocio. Habían pasado apenas 11 minutos, cuando el Guly
entró solo al área y sacó un fuerte derechazo que
dio en el cuerpo del arquero. Ledesma recogió el rebote, le dio
de primera y clavó la pelota en el segundo palo.
Boca había hecho poco para ponerse en ventaja, pero a partir
de allí mostró una gran tranquilidad para contener los
tibios avances del Sporting y esperó pacientemente una nueva
oportunidad para aumentar las cifras.
Después de un cabezazo de Domínguez que pasó cerca
del arco defendido por Abbondanzieri, a los 28m., el Chelo Delgado tomó
una pelota en la medialuna y con un remate que se desvió en un
defensor marcó el segundo tanto de su equipo y el primero desde
su regreso a Boca.
Sporting tuvo su mejor chance a los 32m, cuando, otra vez Domínguez,
se perdió un gol increíble después de una doble
tapada del Pato. Dos minutos después, otra vez el arquero de
la selección mostró su capacidad para mandar al corner
un cabezazo a quemarropa de Bonnet. Ahí estuvo la diferencia.
Sporting iba y erraba. Boca iba y sacudía las redes. Porque a
los 42m. tras un córner ejecutado por Delgado, apareció
la cabeza de Palermo para liquidar el partido con un lapidario 3 a 0.
Cristales rotos
Boca siguió siendo más que su rival en el segundo período
y sin llegar a brillar, pudo haber conseguido una goleada histórica.
Palermo, Delgado, Guglielmienpietro y Donnet, tuvieron sus chances,
pero fallaron en la definición. Y entre la tibieza del Cristal
y la tranquilidad de Boca, se fue muriendo un partido que solo duró
45 minutos. Lo que tardó el elenco xeneize en marcar las diferencias
entre un equipo consciente de su condición de partenaire y
otro que se sabe candidato y sueña con su tercera final consecutiva
en el certamen continental.
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