Juan Basilio Soto, Rogelio Figueroa,
Orfelina Cerda, Remigio Moya y Ramón Contreras ya forman parte
de la historia de Huinganco.
Es probable que el día en que formaron la primera comisión
municipal de Huinganco no pensaran que iban a quedar en la historia
como, a la postre, lo hicieron. Juan Basilio Soto, Rogelio Figueroa,
Orfelina Cerda, Remigio Moya y Ramón Contreras trabajaron ad
honorem por su comunidad y sentaron, en 1964, las bases de lo que
actualmente es la localidad. La labor no fue sencilla, pues todo aquí
estaba por hacer.
A Don Basilio Soto le tocó presidir aquella primera comisión
y quedar en el recuerdo de la gente como el propietario del molino
en el cual todos, tras las trillas, iban a hacer harina o ñaco.
Tuvo cuatro hijos e integró, en la asociación de fomento
rural, una de las instituciones locales más antiguas.
Don Rogelio Figueroa provenía de una familia reconocida en
el Norte neuquino. Era hijo de Ramona Sánchez y Temístocles
Figueroa, el primer maestro. Nació en 1930 y falleció
en el ‘99. Fue un visionario, un hombre comprometido con su
tierra y su gente. Estuvo al frente de la Comisión de Fomento
durante dos décadas. En su gestión se crearon casi todas
las instituciones públicas locales. Simultáneamente
condujo el Vivero Provincial Huinganco y concretó en 1969 la
implantación del Primer Bosque Comunal Argentino.
A Orfelina Cerda la convocaron como secretaria de la Comisión.
Cumplió esa tarea repartiéndose entre sus funciones
de madre, ama de casa y ayudante de su esposo en las tareas del campo.
Las vueltas de la vida hicieron que el menor de sus diez hijos, Luis
Gerardo Sepúlveda, fuera elegido intendente en 2003.
Don Remigio Moya nació en noviembre de 1899. Se casó
con Victalia Pérez y llegó a Huinganco, desde el paraje
Chacay Melehue, cuando el actual casco urbano no era más que
un páramo. Conocía a Temístocles Figueroa y pensaba
-según recuerdan sus hijos- en darles educación a sus
descendientes. Por eso, no dudó en donar parte de sus tierras
-que había librado de piedras y pastizales- para construir
la Municipalidad y el centro de salud. Tuvo siete hijos y dedicó
su vida a las tareas del campo. Transportaba en mulas el metal desde
las minas hasta los trapiches. Murió en 1984.
Ramón Contreras, hijo de Isolina Campos y Pedro Contreras,
nació en Ñereco Huinganco en 1927. Estudió acá
y tuvo por maestros a Don Temístocles Figueroa y al señor
Garos. Además de integrar la primera comisión municipal,
presidió varias veces la cooperadora escolar y la AFR. Trabajó
en la Corporación Minera Neuquina y en el Vivero, donde se
jubiló. Casado con Margarita Olave, tuvo diez hijos. Ellos
le dieron 21 nietos, «por los que me siento orgulloso»,
aseguró. A los 78 años no pierde las esperanzas de seguir
trabajando como pirquinero y, para este aniversario, deseó
un feliz cumpleaños para Huinganco.
El lunes habrá varias inauguraciones
Huinganco tiene, según el último censo, aproximadamente
mil habitantes, entre la zona urbana, el área rural y los parajes
Charra Ruca y Butalón Norte. Está enclavado en la Cordillera
del Viento y es reconocido por la amplitud de sus bosques, la calidad
de sus dulces y la calidez de su gente.
Aunque el 41º aniversario de la localidad se conmemora hoy, los
actos oficiales se realizarán el próximo lunes. Serán
presididos por el gobernador Jorge Sobisch, quien llegará acompañado
por parte de su gabinete, y el intendente Luis Sepúlveda.
Está previsto que ambos inauguren varias obras públicas.
Entre ellas, un tanque australiano realizado con financiamiento del
Ente Provincial de Agua y Saneamiento. Su habilitación duplicará
la capacidad de almacenaje de agua que tiene actualmente la localidad
y permitirá dotar del servicio de agua potable al barrio Rahueco.
También se habilitará el remodelado edificio de la Municipalidad,
que fue ampliado para mejorar la atención al público
y ofrecer mejores condiciones a los empleados. El gobierno provincial
aportó los fondos para concretar este proyecto. A partir del
1 de mayo todas las áreas comunales comenzarán a funcionar
allí.
El lunes abrirá sus puertas “Una ventana a la vida”,
un taller para chicos con capacidades diferentes, que funcionará
en un salón alquilado por la comuna.
Para conectar Huinganco con Varvarco -empleando el camino de la margen
izquierda del río Neuquén- se ha construido un puente
sobre el arroyo Butalón, que también será inaugurado
y que beneficiará a 30 familias.
|